La reciente presentación de Warner Bros. en el CinemaCon, dejó buenas noticias a su paso. Una de las más llamativas, fue la fecha de estreno para la cuarta y última película de la saga Expedientes Warren. El 5 de septiembre, llegará a los cines The Conjuring: Last Rites, dirigida por Michael Chaves. La cinta cerrará la saga de Lorraine (Vera Farmiga) y Ed Warren (Patrick Wilson), por lo que se espera, también sea el primer paso hacia un nuevo escenario en la ya clásica franquicia de terror.
Pero además, la cinta podría explorar en varios de los casos más famosos del legendario matrimonio de autoproclamados demonólogos. Como se recordará, la pareja dedicó su vida a la investigación de lo paranormal. Lo que incluyó protagonizar sucesos inexplicables, la mayoría narrados en los numerosos libros en que recopilaron sus experiencias. Pero la notoriedad y fama, también trajo consigo acusaciones de fraude y de utilizar métodos pseudocientíficos para intentar verificar fenómenos sobrenaturales.
A pesar de eso, los Warren dejaron para la historia de la cultura pop, una serie de casos documentados sobre todo tipo de eventos terroríficos. Varios de los cuales forman parte de la saga cinematográfica basada en los personajes. Algo que podría repetirse en The Conjuring: Last Rites. Aunque no hay detalles concretos sobre el argumento de la película, hay al menos tres sucesos que podrían formar parte de la historia. En especial, debido a su notoriedad, complejidad y repercusión pública. Te los contamos a continuación.
La casa Snedeker


En 1986, la familia Snedeker se mudó a una amplia casa en 208 Meriden Avenue, en Southington, Connecticut. En pocas semanas, todos los miembros comenzaron a experimentar sucesos aterradores. Especialmente, Philip, el hijo menor de la familia, por entonces aquejado de cáncer y en pleno tratamiento médico. El muchacho, de apenas quince años, aseguraba escuchar voces aterradoras y ser acosado por grupos de sombras, que le seguían a cualquier parte de la propiedad.
Pero también sus tres hermanos comenzaron a ser testigos de sucesos inquietantes. De puertas que se cerraban y se abrían a mitad de la noche, olores nauseabundos y una presencia que se aparecía en el sótano de la casa. Lo cierto es que la familia estaba convencida de que la casa, de cinco dormitorios y dos baños, era el escenario de eventos paranormales.


En especial, luego que una investigación, revelara que antes, la construcción había albergado una funeraria. Fue entonces cuando los Snedeker decidieron contactar con los Warren, por entonces celebridades televisivas. La pareja aceptó de inmediato visitar la casa y según sus palabras, encontró una serie de indicios claros de posesión demoníaca. Luego de un ritual que casi le cuesta la vida a Lorraine — o así aseguró en sus memorias — lograron exorcizar a las supuestas entidades que infectaban la casa.
Años después, hubo un abierto debate acerca de los métodos de investigación y en específico, en las conclusiones de los Warren acerca de lo que sucedía en la casa. Diversos científicos lograron demostrar que los Snedeker podrían haber sufrido sugestión y que la mayoría de los fenómenos, tenían diversas causas físicas. A pesar de la controversia, el caso impactó al público y se convirtió en uno de los más conocidos de la larga carrera de los Warren.
La casa Smurl


En agosto de 1973, Jack y Janet Smurl se mudaron a una casa de dos bloques en Chase Street en West Pittston, Pensilvania. Casi de inmediato, la pareja comenzó a sufrir lo que describiría como ataques de una entidad invisible. De sonidos en las paredes, hasta agresiones directas que incluyeron herir al perro de la familia, la situación se volvió cada vez más insoportable dentro de la propiedad.
Al principio, el matrimonio se comunicó con la iglesia local y el sacerdote de la comunidad aceptó visitar la casa, sin encontrar nada en específico. Con todo, los Smurl continuaron sufriendo lo que en varias oportunidades calificaron de asedio de una entidad malévola, que estaba decidida a hacerles daño. Finalmente, en 1986 contactaron a los Warren. La pareja acudió y de inmediato, declaró a la prensa que la casa era el centro de una intensa actividad sobrenatural. Mucho peor, que con toda seguridad se encontraba sometida a un demonio poderoso. Por lo que llevaron a cabo un rito de exorcismo que liberó a la casa de toda presencia malévola.


Claro está, semejantes afirmaciones despertaron la incredulidad de expertos y la prensa. Paul Kurtz, profesor universitario y presidente del Comité para la Investigación Escéptica, logró demostrar que todos los fenómenos en la casa Smurl tenían una explicación clara. En particular, luego de comprobar que Jack Smurl sufrió por años de problemas neurológicos que afectaron su percepción de la realidad. Con todo, los Warren afirmaron haber “triunfado sobre el mal”, lo que hizo del evento el más polémico de su repertorio.
El caso Amityville


Ya en Expediente Warren: El caso Enfield de 2016, la franquicia indagó en uno de los casos más famosos y de mayor impacto cultural atribuido a los Warren. En un corto prólogo, puede verse a Lorraine Warren, mientras entra en contacto con la entidad demoníaca que vive en la tristemente célebre casa de 112 Ocean Avenue en Amityville, Nueva York. Pero The Conjuring: Last Rites, podría indagar de forma más detallada en el suceso. Especialmente, debido a su amplia repercusión pública y el hecho, que fue el caso que convirtió a los Warren en celebridades a nivel mundial.
Todo debido a un crimen que sacudió a Norteamérica. El 13 de noviembre de 1974, Ronald Joseph DeFeo Jr. asesinó a balazos a sus padres y cuatro hermanos. Posteriormente, el criminal aseguró haber escuchado una voz insistente que le obligó a cometer el asesinato. Durante el escabroso juicio — en el que alegó locura — describió a detalles un puñado de eventos escalofriantes, que siempre según su versión, le llevaron a cometer el asesinato.


En diciembre de 1975, George y Kathleen Lutz compraron la casa por 80.000 dólares. Pero, según su propio testimonio, se enfrentaron a sucesos tan aterradores que el 14 de enero de 1976, abandonaron la casa casi a la carrera, dejando atrás enseres y ropa. Finalmente, en 1978 James y Bárbara Cromarty, adquirieron el lugar y vivieron en ella una década, sin reportar sucesos paranormales.
Fue entonces, cuando los Warren visitaron la propiedad y la declararon “la más embrujada en suelo estadounidense”. Una afirmación inquietante, que debió enfrentar la investigación de pruebas forjadas y una larga serie de indicios, que apuntaban a eventos forjados o exagerados.