Para mejorar el rendimiento durante la competición es muy importante que los deportistas entrenen correctamente. Incluso que tengan la equipación adecuada. Pero eso no es todo. Si quieren desempeñarse aún mejor, necesitan un impulso mediante hábitos tan aparentemente triviales como ir al baño antes del ejercicio. Vamos, que hay que descargar el intestino antes de echar a correr.

Es la conclusión de un estudio que se acaba de publicar en la revista Sports Medicine and Health Science. Sus autores, un equipo de científicos de varios centros de investigación chinos, se han centrado en mejorar el rendimiento de competidores de triatlón. Sin embargo, consideran que sus hallazgos son extrapolables tanto a otros ejercicios como a la salud cognitiva de las personas mayores (y no tan mayores).

Y es que todo está conectado. Cuando hacemos ejercicio, nuestro cerebro tiene un papel muy importante. Por un lado, según la disciplina que llevemos a cabo, puede que tengamos que tomar decisiones muy rápidas. Además, es el cerebro el que se encarga de enviar las señales necesarias para que los músculos desempeñen su función. Si nuestro centro de control está ocupado en otros menesteres, puede que no podamos desempeñarnos correctamente. Ahí es donde entra en juego el retrete.

Para mejorar tu rendimiento, ve al baño

En realidad, en este estudio no se valoró el rendimiento deportivo de los 13 triatletas participantes, sino el rendimiento cognitivo. Esto es así porque estudios anteriores ya habían demostrado que ambos tipos de rendimiento están totalmente relacionados. 

Por eso, no salieron a correr, nadar ni montar en bici, sino que se evaluó su capacidad en la resolución de la prueba Stroop. Esta es una prueba muy conocida, que posiblemente hayas llevado a cabo alguna vez. Consiste en ver una sucesión de nombres de color escritos, pero coloreados de un tono diferente. Por ejemplo, la palabra azul coloreada en rojo. Los participantes deben decir de qué color es la palabra en vez de leer el nombre. Esto requiere unas cualidades cognitivas que no se evalúan solo en la cantidad de aciertos, sino también a través de la velocidad de respuesta.

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Vaciar el intestino ayuda a redirigirlo la energía a los músculos y el cerebro. Crédito: Freepik

Todos los participantes realizaron la prueba tres veces. En primer lugar, sin evacuar el intestino. Después, con una dieta cuidada, una hora después de ir al baño. Y, finalmente, 13 horas después de tomar un laxante a base de óxido de magnesio.

Se comprobó que el rendimiento cognitivo mejoró en todos los que habían evacuado antes de realizar la prueba, especialmente cuando se hizo mediante el laxante. Aunque este no era indispensable. La clave para mejorar el rendimiento estaba en vaciar el intestino. 

¿A qué se debe?

Los científicos no tienen del todo claro cuál es el motivo por el que ir al baño sirve para mejorar el rendimiento cognitivo e incluso deportivo, pero tienen una hipótesis. Y es que, mientras el intestino está lleno, parte de los recursos energéticos del organismo se dirigen a esta zona del sistema digestivo. Parte del oxígeno que podría repartirse por los músculos y el cerebro va a los intestinos, disminuyendo el rendimiento de todos.

De hecho, esto puede estar relacionado con el fenómeno de la diarrea del corredor. Muchos atletas, sobre todo los que requieren un rendimiento enorme, como los que hacen maratones, sufren una diarrea incontrolable cuando compiten o entrenan. Su organismo no puede repartir adecuadamente los recursos. Al forzar los músculos tanto, estos tiran de las reservas energéticas y el oxígeno que irían destinados a una correcta digestión. Por eso, esta no puede producirse y el intestino se vacía de forma explosiva.

¿Mejorar el rendimiento cognitivo mejora el rendimiento en el ejercicio?

Muchos deportes, no solo el triatlón, requieren un buen rendimiento cognitivo. Por ejemplo, en deportes de estrategia, como el fútbol o el baloncesto, se requieren pensamientos muy rápidos. En deportes de uno contra uno, como el tenis, se requiere saber hacia dónde irá la pelota rápidamente para ver a dónde correr. No basta con tener buenas piernas para correr y brazos para golpear la pelota. También hay que pensar muy deprisa.

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