Llega a los cines A Real Pain, uno de los dramas de la temporada. La película, escrita, dirigida y protagonizada por Jesse Eisenberg, ha recibido mucha aclamación por parte del público de Estados Unidos y la crítica profesional a nivel mundial. Tanto que incluso Kieran Culkin (Succession) acaba de ganar el Globo de Oro a Mejor Actor de Reparto por su irreverentemente trágico papel. La cinta juega con las contradicciones para ofrecer un viaje mucho más profundo de lo que parece.

A Real Pain sigue a dos primos que perdieron a su abuela, judía y superviviente del Holocauso, hace apenas unos meses. Antaño ambos eran inseparables pero ahora el tiempo les ha ido distanciando. Uno de ellos, David, es un neurótico pero con una vida asentada y familiar. El otro, Benji, es un bala perdida extravagante y extrovertido. Juntos emprenden un viaje a Polonia para ver dónde vivió su abuela antes de la II Guerra Mundial y comprender de dónde viene su familia. Una aventura que les llevará a explorarse a sí mismos y sus traumas más escondidos.

A Real Pain pósterA Real Pain póster

A Real Pain

Con sus cuatro nominaciones a los Globos de Oro y la victoria de Kieran Culkin aún reciente, A Real Pain llega a los cines para ofrecer un sencillo drama de mucho empaque emocional. Una historia existencialista que habla sobre aspectos tan tópicos y universales como la memoria, la soledad o el dolor. Una propuesta muy agradable de ver que no solo no se hace densa ni pesada, sino que incluye buenas dosis de humor.


























Puntuación: 4 de 5.

Escuchamos pero no juzgamos

Jesse Eisenberg debutó como guionista y director de películas en 2022 con Cuando termines de salvar el mundo, una dramedia que pese a contar con Julianne Moore y Finn Wolfhard en el reparto, no hizo mucho ruido. Ahora vuelve a intentarlo y, esta vez, el resultado está mucho más logrado. El actor reconvertido a cineasta busca retratar la psique humana con todas sus contradicciones y hablarnos de algo tan universal como el dolor.

A Real Pain es, en esencia, una road movie en la que los dos protagonistas se embarcan en un tour turístico por Polonia. Allí descubren la historia de su pueblo y de su abuela. Pero, sobre todo, empiezan a quitarle capas a esa armadura que todos llevamos puesta para evitar exponernos. Eisenberg acierta al presentar a dos personajes en las antípodas en cuanto a personalidad. Uno es correcto y metódico, el otro es caótico y efervescente. Pero la película no les juzga, aunque ellos lo hagan constantemente.

En algunas escenas, el enfoque de uno parece el bueno y el del otro el equivocado. Pero en la siguiente escena, las tornas cambian por completo. A Real Pain no busca sentar cátedra sobre cómo debemos comportarnos ni cómo afrontar determinados sentimientos. Solo pretende dibujarnos un mapa que nos lleve a reflexionar sobre la culpa, la soledad, la memoria, el amor o el entendimiento. Tema universales que ni son nuevos ni están especialmente diseccionados en su ágil guion. Pero acercarse a ellos de vez en cuando es reconfortante, aunque pueda doler. Eso es lo que el director quiere (y consigue).

A Real PainA Real Pain

Eso sí, a pesar de que la historia de A Real Pain es puro drama, hay mucho sitio para la comedia. Los puntos contrapuestos de los dos primos desatan un sinfín de situaciones de lo más divertidas e inesperadas. A Eisenberg le cabe todo tipo de humor en su propuesta. Desde el más amable y cálido hasta el más ácido y retorcido. La vida no son blancos, negros ni grises. Es una paleta de colores y la película intenta tenerlos todos.

A Real Pain está escrita y dirigida con mucho brío. Es una cinta rápida, dinámica, en la que hay tiempo para pensar sin caer en el tedio ni la monotonía. La mezcla de melancolía, tragedia y humor hacen de ella un verso libre que se ve con mucha ligereza. El director huye de la típica pesadumbre de los dramas existencialistas y solo se permite recrearse en ello en determinadas escenas contadas. Pero en ningún caso deja que el ritmo de lo que quiere narrar se resienta. Su duración, apenas hora y media, es el mejor síntoma de un trabajo bien hecho en este aspecto.

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Kieran Culkin apunta a Oscar

Frente a esa mencionada superficialidad y falta de originalidad (no en un sentido negativo), la mejor virtud de A Real Pain son sus dos protagonistas. Eisenberg está sensacional en su papel, una vez más llevando todos sus tics y manierismos a la pantalla. Ofrece una actuación muy creíble y terrenal. Algo que tiene mucho más mérito si se tiene en cuenta que también tenía que dirigir cada escena, no solo ponerse frente a la cámara.

Pero quien de verdad domina la película es su contraparte, Kieran Culkin. El actor vive sus años más dorados. Tras su inolvidable papel como Roman Roy en Succession, ahora construye un nuevo personaje alocado que recuerda mucho a aquel, pero desde un contexto diferente. Su Benji está lleno de capas. Él es el verdadero dolor del que habla el título de la película. Dolor que provoca en los demás por su brutal sinceridad y transparencia. Pero también, y sobre todo, dolor interno que traspasa a los espectadores de A Real Pain.

Con tanta gracia como personalidad, Culkin se hace con la película como el propio Benji hace en cada escena. Bien sea con chistes o con ataques y comportamientos inapropiados, él siempre es el protagonista. Todo en A Real Pain gira a su alrededor, pero al actor no le pesa esa carga. Es una de las interpretaciones del año que ya le ha valido el Globo de Oro a Mejor Actor de Reparto y que bien puede llevarle a levantar su primer Premio Oscar.

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