Los eclipses solares, además de suponer un espectáculo maravilloso para quienes tienen la suerte de verlo, son una oportunidad única para los científicos. Mientras que la Luna tapa parte del centro solar, se captan mucho mejor los detalles de la corona, donde tiene lugar la mayor parte de actividad del astro rey que puede afectar a la Tierra. Desgraciadamente, la frecuencia de estos fenómenos no es demasiado alta. Como mucho suceden uno o dos al año, con una duración de unos minutos. Por eso, un equipo de científicos de la Agencia Espacial Europea (ESA) pensó que podría ser interesante crear un eclipse solar artificial.
El objetivo era crearlo a demanda, cuando fuese necesario, sin necesidad de esperar a ese par de eclipses que, como mucho, se dan naturalmente al año. Además, podría observarse durante horas, para captar los detalles necesarios con más tranquilidad. Ahora bien, ¿cómo podría conseguirse ese eclipse solar artificial?
Lógicamente, la Luna no se puede manipular. Por lo tanto, la única forma de crear este fenómeno sería utilizando un satélite artificial que se interpusiese entre el Sol y el observador. Ese ha sido el propósito de la misión Proba-3 y la realidad es que los resultados han sido más que prometedores.
¿Cómo se crea un eclipse solar artificial?
La misión Proba-3 dispone de dos naves: el Occulter y el Coronagraph. Ambos vuelan juntos, pero no revueltos, a una distancia de unos 150 metros entre sí.
El Occulter es el que se encarga de crear el eclipse solar artificial. Actúa como la Luna durante los eclipses naturales, interponiéndose entre el Sol y el observador. Normalmente, los observadores somos nosotros, en la Tierra, y pueden verlos aquellas personas ubicadas en lugares en los que sea de día en ese breve periodo de tiempo. En este caso, no se trata de verlo desde la Tierra, sino de poder tomar fotografías con el Coronagraph. Por eso ambas naves se encuentran a una distancia y ubicación muy precisa.
Coronagraph cuenta con un instrumento llamado ASPIICS, capaz de realizar observaciones en distintas longitudes de onda. Así, se pueden obtener datos muy completos sobre la corona solar, que queda totalmente descubierta y sin interrupciones durante el eclipse solar artificial.
Luego toca componer las imágenes
Las imágenes finales del eclipse solar en realidad son el fruto de la superposición de tres tipos de fotografías, con tres tiempos de exposición a la luz distintos.


¿Cada cuánto tiempo se puede crear este fenómeno?
Los científicos encargados del proyecto han explicado en un artículo para Science Alert que se puede crear un eclipse solar artificial cada 19,6 horas. Además, se puede mantener el Sol oculto durante 6 horas, por lo que hay muchísimo tiempo para observar su corona.
De momento, en las primeras fotografías han tomado imágenes de la corona solar de color verde oscuro, que demuestran la presencia de hierro que ha perdido electrones por las altas temperaturas. También hay imágenes amarillas que muestran la presencia de helio. En este color, de hecho, se captó una gran prominencia solar. Se han logrado fotografiar muchas veces, pero nunca con tan pocas interrupciones visuales.
Por otro lado, en una fotografía violeta se observan las serpentinas coronales de luz blanca, que son estructuras alargadas en forma de cúspide, que normalmente solo pueden verse durante los eclipses. Y, para terminar, en color verde claro se observa cómo se vería este eclipse solar artificial desde la Tierra.
Los resultados de Proba-3 se unirán a los de Proba-2, que analiza el Sol a través de radiación ultravioleta extrema, y el observatorio solar SOHO, que se centra en la atmósfera exterior.
Estamos a punto de aprender mucho más sobre el Sol. Esto es solo el principio de una misión fascinante.