El Satisfyer es un gran amigo fiel, pero por desgracia, aunque pueda suponer la relación más duradera, estable y sana de muchas personas, igualmente llega un momento en el que nos abandona. No hay ninguno que dure para siempre, qué más quisiéramos. Esto es aplicable a otros succionadores, vibradores y dispositivos similares. Cuando eso ocurre, una vez recuperados de la tristeza, es fácil que nos surja una pregunta: ¿cómo se reciclan los juguetes sexuales?
La respuesta rápida es que debemos llevarlos a un punto limpio. Al fin y al cabo, no dejan de ser dispositivos electrónicos. Cuando llegan a una planta de reciclaje, generalmente se clasifican como pequeños electrodomésticos y se tratan igual que el resto. Solo en Bélgica hay una planta de reciclaje con un apartado en el que reciclan juguetes sexuales, pero su ausencia no es un inconveniente necesariamente. Si se procesan adecuadamente, la sección de pequeños electrodomésticos está bien. El problema, en realidad, es que muchas personas pueden sentir cierto pudor a la hora de llevar sus juguetes a un punto limpio, por lo que prefieren acumularlos en casa o tirarlos en cualquier contenedor.
Esto último no es nada bueno, ya que, sean del tiempo que sean, estos juguetes pueden resultar muy contaminantes. Por un lado, los que no tienen motor, conocidos como dildos, suelen estar hechos de materiales muy contaminantes, generalmente procedentes del petróleo. No es un plástico que se pueda reciclar directamente en el contenedor amarillo, por lo que acaban quemándose, generando emisiones perjudiciales, o contaminando el suelo o los sistemas acuáticos. Por otro lado, si tienen motor, la situación es aún peor, pues tienen piezas con materiales que pueden ser muy perjudiciales para el medio ambiente si no se procesan de una forma correcta. Dicho esto, queda claro que hay que reciclar los juguetes sexuales, ¿pero cómo lo hacemos?
Si no quieres ir al punto limpio, quizás puedas probar otras opciones
Conscientes del pudor que pueden sentir algunas personas a la hora de reciclar juguetes sexuales, muchos ayuntamientos y compañías ya han puesto en marcha iniciativas para recogerlos de forma específica.
Por ejemplo, en 2016 la compañía de venta de juguetes eróticos Lys Erotic Store puso en marcha una iniciativa muy interesante junto al ayuntamiento de San Sebastián de los Reyes, en Madrid. Bautizada como “El placer de reciclar”, la iniciativa animaba a los consumidores de estos dispositivos a llevar a las tiendas Lys sus juguetes averiados. Una vez allí se encargaban de hacer lo que se debe hacer en el punto limpio: separar las piezas y enviar cada material a reciclar por separado.
Además, para motivar a los consumidores a seguir la iniciativa, se les concede un descuento para la compra de otro juguete. O lo que deseen.


Siguiendo en España, en 2022 el ayuntamiento de Castellón, en colaboración con las 3 tiendas eróticas de la ciudad, instaló sus “cementerios de vibradores”. Estas eran una serie de cajas colocadas en cada uno de los establecimientos. Los usuarios podrían dejar allí sus juguetes averiados y, una vez que la caja se llenase, el propio ayuntamiento acudiría a recogerlos para darles un tratamiento adecuado en el punto limpio. Puede dar vergüenza llevar este tipo de dispositivos a un punto limpio general. Sin embargo, si los llevamos a tiendas en las que reciclan juguetes sexuales específicamente, da menos apuro.
Iniciativas fuera de España
En otros países también tienen iniciativas interesantes. Por ejemplo, en Reino Unido, la compañía Natural Love Company está muy concienciada con estos temas. Además de vender productos eróticos generados con una menor huella de carbono, guardados en envases reciclables y mucho más, reciclan juguetes sexuales a domicilio. Eso sí, la persona que les envíe sus juguetes averiados debe previamente comprarle a ellos un sustituto.
Hecho esto, reciben una etiqueta de envío gratuita para poner el aparato que ya no funciona rumbo al reciclaje. De paso, la compañía planta un árbol por cada compra. Son todo ventajas.
También en Australia hacen algo parecido, pero en este caso no es obligatorio comprar. Lo hace la marca de juguetes eróticos Rosewell, con un servicio de recogida para reciclaje. Por el envío de dispositivos que ya no funcionan se concede un descuento en su tienda, pero no es obligatorio usarlo.
¿Por qué son tan necesarias las iniciativas que reciclan juguetes eróticos?
Suele decirse que la reutilización es aún más importante que el reciclaje. Antes de desechar o reciclar un producto que ya no funciona, intenta repararlo o darle otro uso. Desgracaidamente, esto no es tan sencillo con los productos eróticos.
En declaraciones a EFE, el gerente de Lys Erotic Store, Óscar Fernández, explicó que el sistema electrónico de los juguetes eróticos está encapsulado, por lo que es muy difícil acceder a él. Ese es el motivo por el que reparar estos dispositivos saldría mucho más caro que comprar uno nuevo. No compensa. Aquí, el reciclaje es esencial.
Solo en Reino Unido, se calcula que la industria de los juguetes sexuales produce 222,9 millones de toneladas de residuos al año. Y eso es algo que preocupa a los propios consumidores. De hecho, según una encuesta realizada por la web de citas Gleeden, el 75% de los usuarios está preocupado por este tema.


Por eso son tan importantes las iniciativas que reciclan juguetes sexuales. Solo hay que separar las piezas y enviarlas a donde sea necesario para su reutilización y reciclaje. Pero es algo que no podemos hacer desde casa. No tenemos un contenedor a pie de calle en el que podamos tirar los juguetes, como quien tira un tetrabrik de leche vacío. Dado que es un tema delicado, si las propias compañías que venden los juguetes echan una mano, mejor. Pero si no tienes la posibilidad de llevarlo a una de ellas, no te cortes con el punto limpio. Piensa que allí ya habrán visto de todo.