Donald Trump sigue convencido de que Apple debe dejar de fabricar el iPhone fuera de Estados Unidos. Durante su visita presidencial a Qatar, el mandatario norteamericano aseguró haberle reclamado a Tim Cook que la firma de Cupertino ya no debe ensamblar su producto más importante en India.
«Ayer tuve un pequeño problema con Tim Cook. Está fabricando todo en India. ¡No quiero que fabriques todo en India!», manifestó Trump con su ya habitual estilo. Pero no se detuvo allí, pues aseveró que Apple se comprometió a «acelerar su producción» en territorio estadounidense.
Claro que los comentarios de Donald Trump se deben tomar con pinzas. Desde que el republicano inició su segundo mandato presidencial, el proteccionismo se ha vuelto su política comercial más importante. Un escenario extremadamente complejo para Apple y otras tecnológicas que dependen en gran medida de líneas de producción instaladas en China y otros países de Asia. Y en la Casa Blanca están empecinados con que los californianos deben —y pueden— fabricar el iPhone en Estados Unidos.
Que Trump lance dardos contra Apple por producir el iPhone en India no es casual. Cuando se desató la guerra de aranceles entre Estados Unidos y China, la capacidad fabril de Foxconn en territorio indio se convirtió en una suerte de salvavidas para los de la manzana. Tim Cook y compañía se propusieron duplicar la fabricación de su móvil en ese país con el objetivo de cubrir la demanda del mercado estadounidense.
Según menciona Bloomberg, Apple produce unos 40 millones de iPhones al año en India. Esto representa un 20 % del total de móviles que fabrica. La demanda anual de Estados Unidos es de unos 60 millones de unidades, por lo que la idea de la compañía era duplicar la manufactura india hacia finales de 2026 para cubrirla. Sin embargo, la presión de Trump puede complicar esa estrategia.
Trump le mete presión a Tim Cook para que Apple fabrique el iPhone en EE. UU.


Es un hecho que para Apple resulta imposible fabricar el iPhone en Estados Unidos, al menos en el corto plazo como pretende Trump. Desde la Casa Blanca sostienen que los de Cupertino tienen la mano de obra, la fuerza laboral y los recursos para hacerlo. Pero la realidad es que no es tan así.
Los componentes que dan vida al iPhone provienen de distintas partes del mundo y Apple ha dedicado décadas a montar una cadena de suministros efectiva y rentable. A esto se le suma que el ensamblaje de dispositivos en China e India también ha requerido años de inversión a una escala gigantesca. Y la elección de esos países para la producción final de los dispositivos tampoco ha sido casual. Después de todo, son sitios en los que no solo abunda la mano de obra, sino donde las condiciones laborales y salariales son muy inferiores a las de la gran mayoría de los países de Occidente.
Según Howard Lutnick, secretario de Comercio de EE. UU., Tim Cook le dijo que la idea de Apple era instalar una línea de producción robotizada para fabricar el iPhone en Norteamérica. El funcionario sostuvo que la empresa esperaba que llegaran los brazos robóticos para poner el plan en marcha. Y hasta se animó a decir que el CEO de Apple le confesó que supuestamente no le agradaba emplear a personas en el extranjero. Veremos cómo sigue esta historia.