El próximo 7 de mayo dará inicio el cónclave para elegir un nuevo papa tras la muerte del papa Francisco el pasado 21 de abril. El proceso debe durar un máximo de 4 días, durante los cuales lo más probable es que las personas que se encuentren cerca del Palacio Apostólico de la Ciudad del Vaticano vean varias fumatas. Algunas serán negras y solo una será la esperada fumata blanca que indica que, finalmente, los cardenales han elegido a un nuevo papa.
La fumata blanca tendrá lugar solo si dos tercios de los cardenales votan a un mismo candidato. Es algo que se ha hecho así durante más de un siglo. Sin embargo, hay algo que ha cambiado mucho recientemente: la composición del humo. Y es que, con la elección de Juan Pablo I, Juan Pablo II y Benedicto XVI, el humo de la fumata blanca salió gris, provocando confusión entre los asistentes. La primera vez pareció algo puntual, la segunda una mala casualidad, pero la tercera ya se vio como un problema que había que solucionar.
En 2013, cuando el papa Francisco fue elegido papa, se introdujo un nuevo sistema compuesto por dos estufas con el que se garantiza el color del humo gracias a la activación electrónica de una serie de fumígenos rellenos con sustancias capaces de colorear el humo. Además, para más seguridad, también se tocan las campanas. Pero repiques a parte, lo que nos interesa aquí es la química de la fumata blanca. Veamos entonces en qué consiste.
Una larga historia hasta llegar a la fumata blanca
En realidad, el uso del humo para indicar al mundo que la elección de papa ha sido exitosa se empezó a poner en práctica en el siglo XIX. Sin embargo, simplemente era eso: humo.
En cambio, en 1914 se decidió cambiar el color del humo para indicar el estado de las votaciones. Fumata blanca tras la elección exitosa, negra con el resto.
Salvo el primer día, cuando solo se hace una votación, el resto de jornadas del cónclave se hacen hasta cuatro votaciones con dos fumatas, una por la mañana y otra por la tarde. Estas son el resultado de quemar las papeletas de los cardenales. Desde 1914, lo que se hacía era usar paja seca o húmeda, según si se quería una fumata blanca o negra.
Esto es así porque, cuando la paja está húmeda, no se produce una combustión completa. Ocurre algo parecido a cuando intentamos encender una hoguera con leña mojada. Apenas arde, porque no se puede acceder a todo el oxígeno y este, por lo tanto, no se consume por completo. El resultado es la formación de hollín, cuyo color es negro. Por eso, cuando se deseaba una fumata negra, las papeletas se quemaban con paja húmeda. En el pasado, además, se podían añadir sustancias como la brea, para que el humo fuese aún más negro.
Por el contrario, cuando se buscaba una fumata blanca, las papeletas se quemaban con paja seca. Así, el oxígeno se consume por completo y solo se generan vapor de agua y dióxido de carbono, que en conjunto dan lugar a un humo blanquecino. El problema es que no era fácil controlar todos los parámetros para que la combustión fuese perfecta, de ahí que con Juan Pablo I, Juan Pablo II y Benedicto XVI se obtuviesen fumatas grises.


La química y la electrónica entran en escena
En 2013 se decidió recurrir a una estufa auxiliar para controlar el color del humo. La primera estufa es la de siempre y su propósito es solo acoger las papeletas que se queman. En cambio, la segunda contiene un dispositivo electrónico que libera el contenido de unos botes, llamados fumígenos, dependiendo del resultado de la votación.
Para la fumata negra se combinan fumígenos que contienen perclorato de sodio, antraceno y azufre. En cambio, para la fumata blanca los fumígenos que se liberan son los que portan clorato de potasio, lactosa y colofonia.
Una vez que el contenido de los fumígenos se mezcla, da lugar a un humo blanco o negro que envuelve al que se libera de la combustión de las papeletas, de modo que lo que se libera a través de la chimenea de la Capilla Sixtina tiene un color inequívoco. Así sabremos quién sustituirá al papa Francisco. Los avances de la ciencia llegan a todas partes. De paso, esperemos que el nuevo papa sea de los que confían en esos avances.