Año nuevo, noticias sobre un virus respiratorio cuyos casos están aumentando en China, cada vez más información en los medios de comunicación… Nos suena, ¿no? La mala noticia es que esto no es un remember de 2020, aunque podría serlo, sino algo que está ocurriendo actualmente. Otra vez. La buena noticia es que el virus en cuestión, conocido como metapneumovirus, parece ser bastante leve y, según las autoridades sanitarias chinas y del resto del mundo, el riesgo de una nueva pandemia por este virus chino es muy bajo.
De hecho, una de las grandes diferencias con respecto al virus de la COVID-19 es que este no es nuevo. Cuando aparecieron los primeros casos de infección por SARS-Cov 2 en 2019, los sanitarios del país asiántico estaban muy desubicados. Era un virus de ARN que causaba síntomas respiratorios, pero no se correspondía con ninguno conocido. Pronto se vio que era un coronavirus, pero no ninguno de los que ya estaban descritos, sino uno nuevo. La amenaza de algo nuevo hizo complicada su contención. En cambio, el metapneumovirus se conoce desde 2001.
Ni siquiera es un virus chino. Se descubrió en Holanda y desde entonces se han dado casos en otros muchos países. Normalmente causa síntomas respiratorios leves que afectan mayormente a bebés y niños, aunque también se han dado casos en adultos inmunocomprometidos. Justamente el hecho de que todos ellos sean grupos muy vulnerables es el mayor problema del metapneumovirus, ya que los síntomas son leves, pero a veces se pueden complicar con una neumonía. Ese es el motivo por el que se debe prestar atención a lo que está pasando en China, con cautela pero sin caer en el pánico.
¿Qué está pasando con el virus chino?
Aunque no es un virus chino, ha sido en el país asiático en el que han saltado las alarmas, como ocurrió a finales de 2019 y principios de 2020.
El metapneumovirus es un virus de ARN, como el de la COVID-19, aunque no pertenece a la familia de este, sino a la del virus respiratorio sincitial (VRS). Igual que el VRS, afecta principalmente a los niños, como bien han visto en las últimas semanas en China.
De momento no se han dado a conocer cifras exactas, pero sí se sabe que la cantidad de niños menores de 14 años afectados, especialmente en las provincias del norte del país, está siguiendo una tendencia ascendente que ya ha saturado varios hospitales. Además, si bien este brote inicialmente estaba afectando solo a China, se han detectado tres casos en bebés de la India. Lógicamente, esto ha disparado las alarmas y ha puesto en marcha las medidas necesarias de contención de la enfermedad, pero no es cierto que se haya declarado una emergencia sanitaria como se ha señalado en algunos medios de comunicación en los últimos días. Ni en China ni en la India.
El metapneumovirus es un virus respiratorio que causa fiebre, congestión nasal, tos y dificultad para respirar. No existen vacunas ni antivirales que lo curen, por lo que normalmente desaparece solo. Como mucho, se pueden tratar los síntomas individuales.
Dada que la sintomatología es muy común, se puede confundir con multitud de cuadros respiratorios, desde la COVID-19 hasta un catarro. Por ese motivo, es posible que muchos niños lo pasen sin ni siquiera saberlo. Se calcula que el 90% de los niños en todo el mundo han pasado este virus al menos en una ocasión antes de cumplir los 5 años. Además, representa entre el 3% y el 10% de las hospitalizaciones de niños de dicha edad con infecciones agudas de las vías respiratorias inferiores.
Todo esto indica que el virus chino es muy diferente al de la COVID-19. Lo conocemos, lleva mucho tiempo entre nosotros y, de momento, no ha dado lugar a ninguna pandemia.
Lo que sí tiene en común el virus chino con el de la COVID-19
Aunque aún sigue habiendo dudas sobre su origen, está muy claro que el virus de la COVID-19 apareció en humanos por zoonosis. Posiblemente surgió en murciélagos, aunque debió de haber una especie de transición que aún no está clara.
En el caso del metapneumovirus, se calcula que también llegó a nosotros por zoonosis. Si bien se describió por primera vez en 2001, se han realizado análisis genéticos que muestran que podría llevar medio siglo entre nosotros. Además, esos mismos análisis han mostrado un gran parecido con el metapneumovirus aviar, lo cual indicaría que los humanos lo contraímos a través de las aves.
Por otro lado, el mayor parecido entre este virus y el SARS-Cov2 es que se pueden prevenir de la misma forma. Se debe reforzar el lavado de manos, el uso de mascarillas cuando se sufren síntomas respiratorios o al estar en contacto con personas vulnerables, el gesto de toser o estornudar en el codo y todas esas medidas que tanto nos suenan y que, por desgracia, muchos han olvidado.
Aún hoy en día deberíamos tomar todas esas medidas en época de virus respiratorios. Da igual si se trata de gripe, COVID-19 o VRS. Debemos tomar medidas para asegurarnos de que no llegue a las personas más vulnerables. No es necesario que estemos ante un nuevo virus chino para recordarlo. En China ya están tomando las medidas necesarias. El riesgo de pandemia es bajo.