La Inteligencia Artificial forma parte de cada vez más ámbitos de nuestra vida. Es asombroso lo mucho que puede ayudarnos en el campo de la medicina. Cada vez surgen más aplicaciones. Sin embargo, hasta ahora nadie había logrado fecundar un óvulo con ayuda de la Inteligencia Artificial y que el embrión resultante se convirtiese en un recién nacido vivo. Justamente eso es lo que ha hecho un equipo de científicos de la compañía neoyorkina de biotecnología Conceivable Life Sciences, demostrando así que el uso de Inteligencia Artificial en reproducción asistida es perfectamente viable.

El procedimiento se ha llevado a cabo en una clínica de Guadalajara, México, aunque los científicos operaron la inteligencia artificial desde Nueva York. Esa es una de las grandes ventajas de este método. Pero eso no es todo. Básicamente, con la introducción de la Inteligencia Artificial en reproducción asistida, se eliminan muchos de los errores que a veces pueden derivar de cierta falta de precisión.

Y es que para obtener un embrión en un laboratorio se necesita muchísima destreza. Los embriólogos son profesionales muy bien entrenados. No obstante, como cualquier trabajador, a veces pueden cometer errores. Los responsables de este reciente hito insisten en que su objetivo no es sustituir el trabajo de estos embriólogos, pero sí darles un respiro para que solo tengan que supervisar lo que hace la máquina. Dicho así, suena bastante positivo.

Crossover de Inteligencia Artificial y reproducción asistida 

Las tres técnicas más utilizadas en reproducción asistida son la inseminación artificial, la fecundación in vitro y la inyección espermática intracitoplasmática (ICSI). 

La primera es la que se usa cuando la movilidad del semen es buena. Puede que sea porque se ha recurrido a un donante o porque la esterilidad se debiese a causas anatómicas femeninas. En este caso, simplemente se introduce el semen a través de una cánula y se deposita en el útero, para facilitar la llegada al óvulo.

En el caso de la fecundación in vitro esto no es tan sencillo. Por eso, se produce la fecundación en una placa de laboratorio. Se pone una pequeña cantidad de semen junto al óvulo, de tal manera que este no tenga que nadar tanto para llegar a producir la fecundación.

Pero, a veces, la movilidad es tan mala que el espermatozoide no puede hacerlo solo. En ese caso, son los embriólogos quienes lo inyectan directamente en el óvulo. Eso es lo que se conoce como ICSI.

icsiicsi
El ICSI consiste en microinyectar el espermatozoide en el óvulo.

Se trata de un procedimiento que necesita mucha precisión. El embriólogo selecciona el espermatozoide más adecuado y lo inmoviliza mediante un golpe seco con la pipeta, de manera que no lo mate, pero sí le impida nadar. Hecho esto, lo absorbe con una pipeta muy fina, mientras que con la otra mantiene succionado el ovocito. Todo esto se hace bajo un microscopio, normalmente conectado a una pantalla, y con ayuda de un joystick. Los movimientos del profesional deben ser muy certeros. Generalmente lo hacen muy bien, pero a veces puede haber errores. Es ahí donde entra en juego la Inteligencia Artificial.

23 pasos para minimizar los errores

El equipo de Conceivable Life Sciences, dirigido por Jacques Cohen, ha entrenado un algoritmo para llevar a cabo todo el procedimiento de ICSI, dividiéndolo en 23 pasos. De estos pasos, el primero se basa en el análisis morfológico de los espermatozoides para seleccionar el más adecuado. El segundo consiste en usar un láser para inmovilizar el espermatozoide elegido, igual que cuando se le da el golpe seco.

Hecho esto, los 21 pasos restantes dividen todos los movimientos necesarios para inyectar el espermatozoides en el óvulo. 

En el pasado ya se ha aplicado la Inteligencia Artificial a la reproducción asistida. De hecho, también se ha usado con el ICSI. No obstante, algunos pasos los seguía realizando un humano. En este caso, en cambio, todo lo hace un robot guiado por la IA.

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