Cualquiera que conviva con un amigo peludo hará todo lo posible por refrescar a su perro en verano. Hay un gran número de trucos para que soporten el calor abrasador de las fechas que se acercan en el hemisferio norte. Sin embargo, a veces lo que parece una ayuda obvia resulta ser contraproducente. Es lo que ocurre, por ejemplo, cuando mojamos el lomo de nuestra mascota para reducir su temperatura corporal.
En los últimos años, muchos expertos se han apresurado a advertir sobre este hábito erróneo en redes sociales. Es el caso del adiestrador Alan Peiró, en su cuenta de TikTok, o el de la veterinaria María Vetican, en Instagram. Ambos han avisado del riesgo de mojar el lomo para refrescar a un perro en verano y, por supuesto, han aportado alternativas.
Esto es algo que no se debe hacer con ninguna raza; pero, según Peiró, es especialmente grave en animales con doble capa de pelo, como los huskies o los caniches. Ahora bien, ¿a qué se debe este riesgo? Vamos a verlo, pero antes hay que responder a esta pregunta.
¿Por qué algunas personas mojan el lomo de su mascota para que no tenga calor?
Como los humanos, los perros son animales homeotermos. Esto significa que cuentan con mecanismos para mantener su temperatura corporal constante, independientemente del frío o el calor que haya en el ambiente. En el caso del calor, los humanos mantenemos la temperatura corporal a través de la sudoración.
Cuando liberamos un líquido compuesto mayormente por agua a la superficie de la piel, este debe evaporarse para no acumularse sobre ella. Esto es algo que requiere calor.
Por otro lado, cuando se elevan las temperaturas aumenta el flujo sanguíneo en zonas cercanas a la piel. Esto permite que el calor pueda extraerse fácilmente hacia ese agua que se ha acumulado en la superficie de la piel, evaporándola. Al extraerse el calor, como es lógico, se refrigera el organismo.
Los perros no pueden sudar. Ellos regulan la temperatura a través de otros mecanismos, como el jadeo. Sin embargo, son mecanismos menos eficaces. Por eso, podemos pensar que, si ponemos agua sobre su cuerpo, esta hará las veces de sudor. Podría extraerse calor corporal para evaporarla y, así, refrescar al perro.
El problema es que, en el caso del lomo, especialmente con doble capa de pelo, el agua se queda acumulada entre la primera y la segunda capa de pelo. Una vez ahí, cuando el sol incida sobre ella se calentará, aumentando aún más el calor del pobre animal. Incluso si no hay doble capa, el agua puede acumularse entre el pelo del lomo.
Entonces, ¿cómo podemos refrescar a nuestro perro en verano?
La idea de mojar al perro para refrescarlo en verano no es mala. Sin embargo, no vale cualquier parte del cuerpo. Tanto Peiró como María Vetican señalan que lo ideal es mojar el pecho, el vientre, las patas y las almohadillas. Estas sí son zonas en las que el agua podrá evaporarse y resbalar sin estancarse, refrescando al animal. Además, las almohadillas cuentan con su propio sistema de refrigeración, por lo que son todo ventajas.
Es cierto que a veces ellos mismos se mojan enteros jugando con agua y eso incluye el lomo. Si ocurre, lo mejor es pasar la mano por el pelo del lomo para retirar el exceso de agua y airearlo.
Por otro lado, cabe destacar que hay aún más trucos para refrescar a nuestro perro en verano. Tener siempre agua fresca preparada, evitar paseos a las horas de más intensidad solar y potenciar alimentos que les refresquen son algunas ideas. Incluso existen las mantas refrescantes.
Está claro que todo lo que hacemos para que pasen menos calor lo intentamos con la mejor de nuestras intenciones, pero debemos tener cuidado. Lo que a nosotros nos parece obvio y fresco para ellos puede ser una tortura.