Los usuarios que han estado atascados durante horas por un fallo de Google Maps van a empezar a plantearse alternativas. El GPS de la gran G ha sufrido uno de los errores más importantes de su historia, algo que ha hecho sonar las alarmas dentro de la compañía. Todo ocurrió durante la semana pasada en Alemania, donde, sin motivo aparente, la app de navegación cerró casi todas las Autobahn del territorio por varias horas. La realidad era otra: estas autopistas estaban 100% abiertas para el tráfico.

El fallo de Google Maps, como te puedes estar imaginando, fue cerrar estas autopistas en su sistema, provocando que los conductores con una ruta fijada en el GPS obtuviesen una alternativa por carreteras secundarias. El acceso a las Autobahn no estaba cortado, pero el GPS de Google así lo creyó, haciendo que miles de conductores, por miedo a quedarse parados en los accesos, aceptasen esas rutas secundarias.

El resultado fue catastrófico para el tráfico, pues Google Maps derivó miles de vehículos que normalmente circulan por las Autobahn (autopistas sin límite de velocidad) a carreteras secundarias, provocando atascos kilométricos, coches parados durante horas y un caos difícil de solucionar: ninguna carretera estaba realmente cortada, por lo que las autoridades no tenían planeada una actuación para solventar esos supuestos cierres.

Además, Google Maps no se quedó corto cerrando autopistas de forma imaginaria: según el GPS, prácticamente todos los tramos de Autobahn estaban cortados al tráfico. Miles de usuarios vieron que no podían circular por la principal red de carreteras del país. Todos, excepto aquellos que confiaron en su intuición o no estaban haciendo uso de Google Maps.

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Google Maps no siempre tiene la razón: utilizar alternativas puede salvarte

Cuando Google Maps indica que puedes ahorrarte 30 minutos de atasco tomando una ruta alternativa, lo más normal es hacerle caso. El 99% de las veces tendrá razón, y hacer uso de la tecnología te ahorrará una buena cantidad de tiempo, pero puede que sea hora de desconfiar cuando el problema parezca demasiado grande.

El cierre completo de la red de autopistas de un país es el ejemplo perfecto. Y, aunque este caso ya ha quedado en anecdótico, puede ser la excusa perfecta para empezar a contrastar esa información que nos da Google Maps, sobre todo, aquella que parece demasiado improbable.

Waze, Apple Maps o las fuentes oficiales siempre están ahí como alternativa, y en el caso de los conductores alemanes, haber consultado este cierre masivo en otras apps les habría ahorrado una buena cantidad de tiempo circulando por carreteras secundarias abarrotadas de personas siguiendo las recomendaciones de Google Maps.

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