Golpe histórico de la Unión Europea a dos de la compañía de comida a domicilio más importantes de Europa. La Comisión Europea ha impuesto una multa multimillonaria a ambas empresas por crear un ‘cartel’ y limar la competencia. Es el resultado de una investigación que data desde 2022 y que ha tenido como consecuencia una sanción de 329 millones de euros.

Las conclusiones de la comisión son muy interesantes, puesto que es la primera vez que se impone una sanción de este tipo por una cuestión «no poach», que es básicamente el llegar un acuerdo colusorio entre competidores para no robarse el talento, una forma más de manipulación del mercado que entra dentro de lo que comúnmente se conoce como un «cartel», aunque no limitado, en esta ocasión, a la fijación de precios.

Según la Comisión, ambas compañías llegaron a un acuerdo durante cuatro años para repartirse el mercado. Además, según Europa, compartieron información sobre los precios y llegaron al acuerdo de no robase entre ellas ni directivos ni trabajadores, lo que puso a Glovo y Delivery Hero en una posición ventajista en el mercado. 

Delivery Hero y Glovo crearon un “cartel” para repartirse el mercado

No obstante, el resultado de la sanción es diferente para ambas compañías.
De la multa, corresponde el grueso, 223,2 millones de euros a Delivery Hero, y el resto, los 105,7 millones, a Glovo. Y aquí lo más interesante: la Comisión ha aplicado un 10% de reducción en la sanción porque ambas compañías han reconocido participación en el “cartel” y asumir la responsabilidad.

En este sentido, la Comisión sanciona exactamente tres infracciones en las que han participado ambas compañías, tanto Glovo como Delivery Hero: el acuerdo de no reclutamiento, inicialmente solo para un pequeño grupo del personal pero luego aplicable a toda la plantilla, el intercambio de información (que no fijación) de precios y estrategias de venta, además de información sensible como costes o capacidad de producción

La Comisión castiga tres infracciones, incluidas las cláusulas recíprocas para impedir que una compañía reclutara personal de la otra firma; un pacto que inicialmente abarcaba unas categorías concretas de empleados, pero que después se fue ampliando también hasta tener un impacto generalizado sobre casi la totalidad de la plantilla. Y el más importante: repartirse el mercado.

Todas estas maniobras, puestas en marcha por Glovo y Delivery Hero, tenían como objetivo influir en el mercado europeo de la comida a domicilio y, por tanto, amañar el mercado a su antojo.


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