El hongo de The Last of Us existe. Bueno, más o menos. Es cierto que no convierte a los humanos en zombies, pero sí que lo hace con insectos. Los hongos del género Ophiocordyceps pueden infectar a algunos de estos invertebrados, como las hormigas, y manejarlos a su voluntad para que les lleven hasta más víctimas a las que infectar. Eso ocurre hoy en día, pero también hace unos 100 millones de años, cuando los dinosaurios aún caminaban sobre la faz de la Tierra.
Lo ha mostrado recientemente un equipo de científicos de la Universidad de Yunnan, en China, en un estudio publicado en Proceedings of the Royals Society B. En él, describen el hallazgo de dos especímenes de insectos conservados en ámbar, de los que emergen los cuerpos fructíferos de un hongo antepasado del que ahora ha inspirado al hongo de The Last of Us.
Algo interesante es que cada espécimen corresponde a un insecto diferente. En uno, el hongo atacó a una hormiga y en el otro a una mosca. Eso muestra que dichos hongos ya se habían diversificado hace muchísimo tiempo para infectar a distintas especies de insectos según les conviniera. Básicamente como lo hacen hoy en día.
¿Cómo es el hongo que inspiró al hongo de The Last of Us?
El hongo de The Last of Us está inspirado en los hongos del género Ophiocordyceps. Estos tienen la capacidad de infectar a los insectos y, en vez de matarlos rápidamente, mantenerlos con vida para que puedan transportarlo hacia otros insectos a los que infectar.
Por ejemplo, el modus operandi cuando infecta a una hormiga es el siguiente. Una vez que se produce la infección, esta se apodera rápidamente del cerebro del insecto, alterando notablemente su comportamiento. La hormiga sube por los troncos de los árboles, mucho más arriba de lo que lo haría normalmente. Una vez en lo más alto, se coloca colgando de una rama y muere justo a tiempo para dejar emerger al hongo, que liberará sus esporas y las dejará caer sobre un espacio mucho más amplio que si todo el proceso hubiese ocurrido a nivel del suelo.
Por lo tanto, ocurre algo parecido a lo que pasa con el hongo de The Last of Us. Las hormigas se convierten en zombies. Pero no solo las hormigas. Se ha visto que también pueden infectarse otros muchos insectos.


¿Pasaba lo mismo en la época de los dinosaurios?
Es imposible escuchar hablar de ámbar e insectos y no pensar en Jurassic Park. La trama de la historia se basa precisamente en que se usó ADN contenido en un mosquito conservado en ámbar para traer de vuelta a los dinosaurios. El mosquito picó a un dinosaurio, conservó su ADN en su interior y, voilá. Dinosaurios por todas partes.
Eso, de momento, sigue siendo ficción. Pero sí que es cierto que el ámbar, procedente de la resina fosilizada de algunos árboles, puede inmortalizar durante millones de años todo tipo de escenas. En este caso tenemos dos insectos que posiblemente fueron sepultados por la resina cuando intentaban cumplir la misión encomendada por el hongo. Buscar la muerte en un lugar donde pudiera verter una buena cantidad de esporas.
Estos dos hongos son los más antiguos que se han encontrado después de otro hallado en 2008, que parece provenir del Cretácico. El género al que pertenecen es el mismo: Paleoophiocordyceps. En el caso de la hormiga, se ha bautizado la especie como Paleoophiocordyceps gereontoformicae, y en el de la mosca como P. ironmyae.
Se cree que este género se separó del que ahora inspira al hongo de The Last of Us hace aproximadamente 130 millones de años. No se sabe mucho más sobre él, dado que no es fácil encontrar insectos parasitados, pero estos dos especímenes, que ahora se encuentra en el Museo de Historia Natural de Londres, nos demuestran que eso de zombificar insectos no es nada nuevo. Los dinosaurios no eran los seres vivos más amenazadores de la época.