El inevitable final de Yellowstone al fin ha llegado. La aclamada serie de Taylor Sheridan alcanza su desenlace con el episodio 14 de la temporada 5 (5×14). Un capítulo titulado Life is a Promise que debía ofrecer solución al futuro del rancho de John Dutton y de todos sus antepasados antes que él. El personaje de Kevin Costner ya no está en la serie, pero sus hijos tenían que encontrar la manera de salvar su legado en una situación límite y en la que no se atisbaban opciones positivas.

A finales del anterior episodio, sin embargo, Kayce desvelaba que estaba trazando un plan. Una estrategia tan secreta que ni siquiera se atrevía a compartirla con Monica y con Tate. Beth, por su parte, parecía entender perfectamente lo que estaba haciendo su hermano. Y es que la única manera de salvar el rancho Yellowstone pasaba por venderlo. Así es exactamente como arranca el capítulo final de la serie.

Kayce se reúne con Thomas Rainwater, el presidente de las Tribus Confederadas de Broken Rock y líder de la Reserva indígena. Durante las cinco temporadas, Thomas siempre se ha mostrado como un personaje por momentos aliado de los Dutton y por momentos enemigo. Su deseo final era hacerse con los terrenos, pues antaño pertenecieron a su pueblo. En el último episodio de Yellowstone, la serie cumple con la profecía que aquellos hicieron en la precuela 1883.

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La promesa de 1883

En dicha serie, James Dutton se veía obligado a cancelar su viaje hacia el oeste debido a la inminente muerte de su hija Elsa Dutton (Isabel May), la protagonista y narradora. El padre de familia mantenía en el final de la serie una importante conversación con el jefe de una tribu, asegurándole que se asentaría junto a toda su familia allá donde Elsa muriese. El lugar escogido era el enclave de Montana donde se ambienta toda la serie de Yellowstone. Allí, los Dutton construyeron su rancho y su imperio, tal y como se ve desde la serie 1923. Pero en esa lejana conversación, el líder indígena lanzaba una promesa.

«Dentro de siete generaciones, mi pueblo se alzará y te lo volverá a quitar», aseguraba. Un vaticinio ante el que James Dutton no renegaba: «Entonces os lo podréis quedar». Ahora, siete generaciones han pasado y el destino ha llevado a los protagonistas de Yellowstone a cumplir esa promesa desconocida para ellos. Kayce y Thomas acuerdan la venta de las tierras y el rancho por el mismo precio que tenía cuando llegaron sus antepasados, 1,25 dólares el acre de tierra.

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