Los tratamientos contra el cáncer de mama han evolucionado mucho en los últimos años. De hecho, si bien la incidencia de la enfermedad ha aumentado por motivos que veremos más adelante, su mortalidad ha disminuido muchísimo. Esa es una buena noticia que indica que vamos en el buen camino, pero también que no debemos parar. Los ensayos clínicos en busca del fármaco o la combinación de fármacos ideal son cada vez más frecuentes. Unos no llegan a buen puerto, mientras que otros, como el que acaba de presentar un equipo de investigadores australianos, resultan muy esperanzadores.
Se trata del estudio CheckMate 7FL, realizado por científicos del Centro del Cáncer Peter MacCallum. En él se analiza la eficacia de combinar dos fármacos convencionales de quimioterapia con uno basado en la inmunoterapia. No es algo nuevo. La combinación de tratamientos contra el cáncer se lleva probando mucho tiempo, ya que atacan a distintos puntos débiles de las células cancerosas, de manera que se pueden obtener mejores resultados. Lamentablemente, cada cáncer es único y lo que funciona en uno puede ser una mala idea en otro. Por eso también es importante el estudio de tratamientos personalizados. Es una buena línea de investigación; pero, mientras tanto, este estudio australiano ha dado muy buenos resultados para el que se considera el tipo de cáncer de mama más común.
En la fase 3 de sus ensayos clínicos han logrado la ausencia completa de células cancerosas en los tejidos de casi el doble de pacientes que probaron la combinación, en comparación con los del grupo placebo. Parece que han dado con una buena combinación, aunque también se encontraron con algunos problemas que se deben estudiar a fondo antes de pasar a la importantísima fase 4 de los ensayos clínicos.
Cifras esperanzadoras en el cáncer de mama
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2022 el cáncer de mama fue el más frecuente entre las mujeres de 157 de los 185 países estudiados. De hecho, se considera que el 30% de los cánceres que se producen en mujeres son de mama.
Pasando a España, en 2024 se diagnosticaron 36.395 nuevos casos, lo cual supone una incidencia de 132 casos por cada 100.000 habitantes. Se debe tener en cuenta que este es un tipo de cáncer que afecta más a las mujeres que a los hombres. Ellos suelen suponer solo un 1% de los diagnósticos. Por lo tanto, la cifra real para las mujeres es que la probabilidad de sufrirlo en algún momento de nuestras vidas es de ⅛.


Los casos de cáncer de mama en países como España han aumentado mucho en los últimos años por varios motivos. En primer lugar, se considera que no solo hay más casos, sino también una mayor capacidad de detección. Esto indica que se detectan muchos casos que antes no se diagnosticaban y eso influye en las cifras. También ha aumentado mucho la esperanza de vida, de modo que se van acumulando más mutaciones en el ADN que pueden derivar en una mayor tasa de tumores. Finalmente, hay que reconocer que el hecho de tener la medicina más avanzada de la historia contrasta con un estilo de vida mayormente sedentario que no hace ningún bien a nuestra salud.
Pero, por suerte, el avance en los tratamientos contra el cáncer de mama ha favorecido que, aun habiendo más casos, haya muchas menos muertes. En Estados Unidos, por ejemplo, la mortalidad ha caído en un 42% entre 1989 y 2021. Esos tratamientos siguen avanzando y lo que acaban de publicar estos científicos australianos es un buen ejemplo.
Tratamientos contra el cáncer de mama que se alían entre ellos
Alrededor del 70% de los casos de cáncer de mama que se producen en el mundo son ER+/HER2-. ER son las siglas usadas para hacer referencia a los receptores de estrógenos. Los tumores ER+ tienen estos receptores, a los que pueden añadirse dichas hormonas, que sirven como combustible para que las células tumorales sigan proliferando. En cuanto a HER2, es una proteína que favorece el crecimiento rápido de los tumores. Si un tumor es HER2- significa que no tiene dicha proteína y, afortunadamente, se extiende mucho más despacio.
Existen muchos tratamientos contra el cáncer de mama aplicables a estos tumores, pero lo más habitual es recurrir a una de las combinaciones de 3: la cirugía, la quimioterapia y la terapia hormonal. Esta última es muy útil en tumores ER+, porque bloquea esa efecto de los estrógenos en el crecimiento del cáncer.


La inmunoterapia se ha usado también en el tratamiento de muchos tipos de cáncer, ya sea por sí misma o en combinación con otras terapias. Por eso, estos científicos han querido analizar en profundidad los efectos de combinar un fármaco de inmunoterapia llamado nivolumab con la quimioterapia y, si fuese necesario, también con la cirugía.
El nivolumab se encarga de bloquear un receptor ubicado en las células T del sistema inmunitario que se une a un ligando ubicado en la superficie de las células cancerosas. Esa unión bloquea la acción de las células T, de modo que sirve como escudo para que el cáncer no sea atacado. Si se bloquea el receptor, el sistema inmunitario puede atacar al tumor. Por eso es tan interesante este fármaco.
Una exitosa fase 3 de ensayos clínicos
La combinación de nivolumab con dos tratamientos contra dos fármacos quimioterapéuticos, antraciclina y texan, dio buenos resultados en las dos primeras fases de ensayos clínicos. Recordemos que, como con cualquier fármaco, estas primeras etapas van dirigidas en primer lugar a comprobar la seguridad de un medicamento y, después, a analizar las dosis adecuadas.
La fase que realmente nos da toda la información sobre la eficacia de un tratamiento es la fase 3. En este caso, han participado en ella 510 pacientes con cáncer de mama ER+/HER2-. Todas estas mujeres se trataron con quimioterapia, pero después se dividieron en dos grupos. En el primero recibieron nivolumab además de la quimio y en el segundo un placebo. Por lo tanto, tenemos un grupo de quimioterapia+nivolumab y otro de quimioterapia+placebo.
Pasadas unas 18 semanas del inicio del tratamiento, se procedió a calcular la pCR de cada participante. No debemos confundir esta prueba con la PCR que se usa, por ejemplo, para determinar la presencia del virus de la COVID-19. En este caso son las siglas de “respuesta completa patológica” y hace referencia a la ausencia de células cancerosas en muestras de tejido extraídas después del tratamiento.
Se vio que el 24’5% del grupo con nivolumab había logrado la pCR, mientras que solo se logró en el 13,8% del grupo placebo. Hubo casi el doble de recuperación entre las personas que recibieron la combinación de tratamientos contra el cáncer de mama.


Estos tratamientos contra el cáncer de mama tienen limitaciones que pulir
Los propios autores del ensayo clínico, cuyos resultados se han publicado en Nature, insisten en que aún habrá que seguir investigando en esta línea; pues, por ejemplo, no se sabe cuáles serán los efectos a largo plazo. Por ejemplo, habrá que comprobar las tasas de recurrencia de la enfermedad. Ojalá que no sean altas.
Por otro lado, hay que prestar atención a los efectos secundarios. Los más frecuentes durante el ensayo clínico fueron la caída del pelo, fatiga, anemia y náuseas. Apenas hubo diferencias en ese sentido entre un grupo y otro. Sin embargo, sí que ocurrió algo muy preocupante, pues en el grupo de nivolumab hubo 5 personas que lamentablemente fallecieron, 2 de ellas por toxicidad relacionada con los fármacos.
Los efectos secundarios de diversa gravedad siempre estarán ahí, como con cualquier medicamento, pero hay que trabajar para que sean los mínimos posibles y que en el balance beneficio riesgo la balanza caiga a plomo por el lado de los beneficios.