Las modas afectan a la ropa, la música e incluso a los medicamentos. Esto último puede parecer una locura, pero es la realidad. 2024, por ejemplo, ha sido el año del Ozempic. Este es un fármaco dirigido al tratamiento de la diabetes tipo 2. Sin embargo, en cuanto alguien mencionó en TikTok que la pérdida de peso es uno de sus efectos secundarios, miles de personas acudieron en masa a las farmacias. En algunos países ha llegado incluso a haber un desabastecimiento que resulta peligroso para los diabéticos. Por eso, el descubrimiento de un sustituto natural del Ozempic es una noticia muy prometedora.
Es lo que se supone que ha hecho recientemente un equipo de científicos de la Universidad Jiangnan, de China. Su estudio, recién publicado en Nature Microbiology, se basa en el uso de un metabolito producido por una bacteria de la microbiota intestinal para conseguir exactamente los mismos efectos que el Ozempic.
Dichos efectos son principalmente la disminución del apetito, especialmente los antojos de dulces, y la regulación de la glucosa en sangre. De momento, su sustituto natural de Ozempic se ha probado en ratones, pero cabe esperar que también sea útil en humanos si se tienen en cuenta los hallazgos de otros estudios. Veamos entonces cómo funciona.
¿Cómo funciona la semaglutida?
El Ozempic en realidad es el nombre comercial de la semaglutida. Este fármaco es un análogo del péptido 1 similar a glucagón (GLP-1), una hormona que se libera en respuesta al consumo de alimentos para regular los niveles de saciedad y glucosa en sangre. Básicamente, es una de las estrategias que sigue nuestro organismos para indicarnos que ya hemos comido suficiente. Se desencadena la liberación de multitud de hormonas y una de ellas es la GLP-1. Se ha visto que las personas con diabetes tipo 2 tienen afectados los mecanismos de liberación de esta hormona. Por eso, les cuesta más controlar la saciedad y la glucosa en sangre puede experimentar picos peligrosos.


Para tratar este problema, se les administran inyecciones de semaglutida, un análogo sintético de la GLP, que se une a sus mismos receptores e imita su función cuando esta escasea. Ya hemos visto lo que hace este medicamento para los diabéticos. ¿Pero qué hace entonces el sustituto natural del Ozempic?
Muchos estudios han demostrado a lo largo de los años que la composición de la microbiota tiene mucho que ver con la capacidad para controlar el apetito y la saciedad. Buena parte de estos procesos se controla mediante hormonas liberadas por el cerebro, pero parecía haber también algunos desencadenantes en el intestino.
Para concretar aún más estos procesos, los autores del estudio que se acaba de publicar analizaron los efectos del déficit de distintas proteínas intestinales en ratones. Así, vieron que si los roedores no podían sintetizar una proteína llamada Ffar4 las colonias de una bacteria llamada Bacteroides vulgatus se reducían. Como consecuencia, también se reducían los niveles de una hormona conocida como FGF21, cuya función está relacionada con el control de los antojos de alimentos dulces.
Previamente, en estudios realizados también en ratones se había visto que al administrarles análogos de la GLP-1, como el Ozempic, se estimula la producción de FGF21. ¿Y cuáles serían las consecuencias en humanos? Otro estudio anterior encontró algunas variantes del gen que codifica la síntesis de FGF21 y parecen relacionarse con un consumo excesivo de azúcares. Además, hay mutaciones de Ffar4 que conllevan también una reducción en la síntesis de FGF21. Por lo tanto, si todas las piezas se unen, parece que hay una relación entre la presencia de Bacteroides vulgatus en el intestino y el control de los antojos de azúcar.


La bacteria libera metabolitos que estimulan la síntesis de FGF21, igual que lo hace Ffar4. A su vez, esta hormona, que también está mediada por GLP-1, ayuda a controlar la saciedad y los antojos de azúcar.
Teniendo todo esto en cuenta, los autores de este último estudio pensaron que la bacteria podría funcionar como sustituto natural del Ozempic. Concretamente, tomaron uno de sus metabolitos y los administraron a ratones de laboratorio. Así, vieron que los niveles de GLP-1 aumentaron, con ellos los de FGF21 y, finalmente, se redujeron los antojos. Esto, como consecuencia, ayuda a controlar los niveles de glucosa en sangre y, de paso, a reducir el peso.
Estás más que claro que tomar Ozempic sin control puede ser peligroso. Además, puede provocar un desabastecimiento aún más peligroso para quienes de verdad necesitan el fármaco. Por eso, un probiótico que funcione como sustituto natural del Ozempic sería una alternativa maravillosa. Seguiremos muy pendientes de la evolución de esta vía de investigación.