En general, las personas veganas no comen ningún producto de origen animal. Sin embargo, hay distintos niveles de veganismo. Por ejemplo, algunos veganos no comen higos, pues saben que en su interior puede haber avispas que han quedado atrapadas en el proceso de polinización. Otros, al considerarlo un proceso natural, en el que no intervienen los humanos, no tienen en cuenta esa consideración. Y, curiosamente, pasa algo similar con el azúcar blanco de mesa, pues hay opciones que no son estrictamente veganas.

En realidad, el azúcar blanco no contiene ningún ingrediente de origen animal. Sin embargo, sí que se pueden usar componentes de este tipo en su procesamiento. Eso, de hecho, establece dos tipos de veganismo. Hay veganos que no consideran necesario excluir este alimento, por no tener nada prohibido en el resultado final. Otros sí que lo incluyen en su lista de alimentos no aptos, ya que, sea como sea, ha estado en contacto con animales muertos. Algunos, realmente, ni siquiera lo saben.

Vamos a ver por qué puede decirse que el azúcar blanco no es vegano y, de paso, a señalar algunas alternativas que sí son aptas para este tipo de alimentación. 

Los pasos para obtener azúcar blanco

Sea cual sea el origen, el azúcar blanco de mesa que consumimos es siempre químicamente idéntico, pues está formado por cristales de sacarosa. Sin embargo, generalmente puede proceder de dos plantas distintas. En la mayoría de casos es azúcar de caña y, en otros, de remolacha azucarera. Los dos requieren un procesado mínimo inicial que requiere triturar, para darle ese aspecto al que estamos acostumbrados, calentar y enfriar. Así se obtienen los cristales de sacarosa. El problema es que, mientras que el azúcar de remolacha azucarera es naturalmente blanco, el que proviene de la caña de azúcar tiene un color marrón que podría ser poco atractivo para el consumidor. Por eso, se añade un paso más a su procesado.

caña de azúcarcaña de azúcar
La mayoría del azúcar blanco que consumimos procede de la caña de azúcar. Crédito: Plague (Wikimedia Commons)

Este consiste en filtrar el polvo de azúcar mediante algo conocido como carbón de hueso. Como su propio nombre indica, procede de huesos de animales que se desechan en la industria cárnica. Estos huesos se calientan a temperaturas muy altas hasta conseguir una estructura negra porosa, similar al carbón. Esos poros pueden servir para pasar por ellos el azúcar y refinarlo, dándole ese color blanco tan característico.

El azúcar blanco final no tiene nada de hueso de animales. Pero, lógicamente, ha estado en contacto con ellos. Por eso, es una decisión de las personas veganas si lo toman o no.

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