Durante la madrugada del sábado al domingo, los relojes en España pasaron automáticamente de las 2 a las 3. Perdimos una hora de sueño y al día siguiente todos nos encontrábamos bastante desubicados. Era lógico tras haber dormido menos de lo normal. Sin embargo, este lunes muchos nos hemos dado cuenta de que las consecuencias del cambio de hora siguen haciendo mella en nuestro cuerpo. Por eso, llega la pregunta inevitable: ¿Hasta cuándo estaremos así?
No hay una respuesta exacta a esta pregunta. Depende de muchos factores, desde nuestra dieta hasta si normalmente somos búhos o alondras. De media, la mayoría de la gente suele tardar entre 3 y 7 días en volver a la normalidad, pero puede ser muchísimo más si tienes hábitos nocturnos o tu dieta es muy rica en grasas.
Lo ideal habría sido tomar algunas medidas de aclimatación antes del cambio de hora. Si no lo hiciste, no te preocupes. Todo pasa y este cansancio también lo hará. Pero, de todos modos, veamos cuáles son los motivos y qué puedes hacer para sufrirlos u poco menos.
Una semana de aclimatación al cambio de hora
Los motivos por los que nos sentimos tan cansados después del cambio de hora tienen que ver con los ritmos circadianos. Estos son ciclos de 24 horas por los que se rigen muchas de nuestras actividades fisiológicas. Por ejemplo, el sueño. Normalmente una persona duerme de noche y lleva a cabo sus tareas durante el día, pues somos animales diurnos. Por eso, nuestro cerebro nos provoca sensación de sueño a medida que se hace de noche.
Los ritmos circadianos suelen controlarse a través de la cantidad de luz que penetra en la retina y llega hacia una región cerebral conocida como núcleo supraquiasmático. Si hay mucha luz, el cerebro interpreta que es de día e inhibe la liberación de melatonina, la hormona que nos ayuda a conciliar el sueño. En cambio, cuando se hace noche y apenas entra luz a través de la retina, se impulsa que dicha hormona se libere y nos provoque somnolencia. Además, se producen otros cambios en nuestro cuerpo que nos invitan al sueño, como la reducción de la temperatura corporal.
Nuestro cerebro está acostumbrado a una proporción de horas de luz y oscuridad similar, que va cambiando paulatinamente a medida que avanza el año. Sin embargo, con el cambio de hora se producen cambios súbitos. De golpe, el día es mucho más largo, con más horas de luz al final de la jornada. Cuando se supone que debería empezar a liberarse melatonina no puede hacerlo, porque hay demasiada iluminación.
Todo esto provoca una especie de estado de confusión, con síntomas como cansancio e irritabilidad. Es algo que ocurre mayormente en las 24 horas posteriores al cambio de hora, pero suele alargarse más. Según explicó en un artículo para The Conversation el neurocientífico Stefano Arland, de la Universidad Queen Mary de Londres, la situación se puede alargar entre 3 y 7 días. Sin embargo, para las personas con hábitos muy nocturnos es posible que se mantengan los síntomas hasta 3 semanas.
A todo esto, el experto añadió que se ha comprobado que la recuperación se hace esperar más tiempo en personas con dietas más ricas en grasas.


¿Qué podemos hacer?
La mejor forma de evitar los síntomas del cambio de hora o que, en el peor de los casos, solo duren un día es la preparación previa. En un artículo para RTVE la cronobiología española Mari Ángeles Bonmatí explicó que se puede hacer un periodo de adaptación. Por ejemplo, en los días o semanas anteriores se puede ir cambiando poco a poco el horario de sueño para adaptarlo al que se seguirá cuando los días sean más largos. Si es que se cambia. Las personas que se acuestan muy tarde quizás no lo noten tanto, pero sí pueden experimentar el cansancio durante el día.
Por eso, también es importante evitar la cafeína a altas horas de la tarde y el alcohol, tanto en los días previos al cambio de hora como después.


Sea como sea, no te preocupes. Todo volverá a la normalidad. Si estos días sientes algo más de cansancio, recuerda que será algo temporal. Es un fastidio, sobre todo teniendo en cuenta que cada vez está más demostrado que el cambio de hora no sirve para nada, pero al menos los síntomas no duran para siempre.