Puede que muchas personas hayan añadido a sus propósitos de año nuevo el objetivo de dejar de fumar. Es algo de lo que se habla mucho y para lo que existen muchas herramientas. Sin embargo, el caso del vapeo es diferente. Cada vez se conocen más riesgos de este hábito, pero hay poca información sobre los mejores métodos para dejar de vapear. Por eso, un equipo de científicos de la Universidad de Massachusetts Amherst y la Universidad de Oxford ha llevado a cabo una revisión de la literatura científica en la que se apunta a los dos mejores métodos para lograrlo.
Estos, según la investigación, son el consumo de un fármaco conocido como vareniclina y la intervención mediante mensajes de texto. La primera opción sería más adecuada para adultos por encima de los 25 años y la segunda para personas más jóvenes. Ambas han mostrado su eficacia con el tabaco. Ahora, sabemos que también nos pueden ayudar a dejar de vapear.
Los autores del estudio insisten en que se necesita más investigación, tanto para obtener datos adicionales sobre la eficacia de estos métodos como para dar con otras herramientas. De momento, esto es lo que sabemos. Veamos en qué consiste cada opción.
Los mejores métodos para dejar de vapear
Para la realización del estudio que se acaba de publicar, sus autores revisaron la literatura científica en busca de publicaciones sobre métodos para dejar de vapear. Tuvieron en cuenta unos criterios de selección estrictos que solo cumplían nueve estudios.
En todos ellos se analizaban varias herramientas para dejar de vapear, pero en general la mejor puntuación se la llevaban solo dos: un fármaco y un método mediante mensajes de texto.
El caso de la vareniclina
La vareniclina es un fármaco que se consume de forma oral y bloquea los efectos placenteros de la nicotina en el cerebro.
Generalmente se recomienda empezar a usarlo antes de dejar de fumar. Es decir, mantener el hábito durante las primeras dosis de la vareniclina, de manera que el cerebro ya se haya adaptado a ella cuando se tome el último cigarro.
En el caso del tabaco es muy eficaz. Por eso, dado que sus efectos se relacionan con el papel de la nicotina, podría ser esperable que ayude a dejar de vapear a personas que consumen cigarrillos electrónicos con esta sustancia nociva. Y así es. No obstante, debemos tener en cuenta que no todos los vapeadores consumen nicotina. En ese caso, aún nos queda la opción de los mensajes de texto.
Los mensajes de texto no son una taza motivacional
Según esta revisión de la literatura científica, los mensajes de texto ayudan a dejar de fumar mayormente a jóvenes entre 13 y 24 años. Porque sí, hay niños de 13 años que ya están enganchados a los cigarrillos electrónicos. Les vendieron que son inocuos. Casi un juego. Y ahora no pueden parar.
Dejando a un lado lo errada que estuvo desde el principio la publicidad en torno al vapeo, la cuestión es que los más jóvenes disponen de una buena herramienta para dejar de vapear. La intervención mediante mensajes de texto se basa mayormente en el envío de mensajes motivacionales al móvil de la persona que quiere evitar el hábito nocivo. No son mensajes de taza de colores pastel. Se trata de frases que interpelan al usuario teniendo en cuenta el rigor psicológico y la evidencia científica.
Algunas instituciones, como el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, cuentan con un servicio público de envío de mensajes de texto para dejar el tabaco. Las personas inscritas reciben regularmente una serie de mensajes que también parecen ser útiles para dejar de vapear.
Además, no se trata solo de mensajes motivacionales. En los SMS se incluyen también consejos para dejar el hábito y herramientas para tener una vida saludable. Es un servicio muy completo, que también parece ser eficaz en otras partes del mundo. Aún es pronto para saber si es extrapolable al vapeo, pero las primeras investigaciones apuntan a que sí. Es una buena noticia.