Que China trabaja constantemente para independizarse tecnológicamente del resto del mundo no es ningún secreto. Tiene redes sociales muy diferentes a las que usamos en occidente, marcas y dispositivos que no se venden fuera de sus fronteras y sistemas de pago como Alipay que dejan el NFC en un segundo plano y apuestan por los códigos QR. Ahora, en 2025, le toca el turno al Bluetooth. Un conglomerado de más de 400 empresas del país asiático están trabajando para jubilar esta tecnología.

Y no es que hayan empezado hace dos días: ya tienen casi todo listo. Su nombre es SparkLink, y no solo tiene como objetivo jubilar al Bluetooth, también pone el foco sobre tecnologías como el NFC o el mismísimo WiFi. Sus bazas son varias y a cada cual más pintoresca, permitiendo llevar las conexiones de corto alcance a un nivel muchísimo más avanzado.

Porque sí, SparkLink está pensada como una conexión de corto alcance, enlazando dispositivos de todo tipo, siendo lo más eficiente posible y compartiendo datos a la máxima velocidad. ¿Te suena? Es como el Bluetooth, pero sin muchas de las limitaciones que este protocolo lleva años imponiendo.

SparkLink está basada y se aprovecha de muchas de las tecnologías de NearLink, aunque no son exactamente lo mismo. Esta última está pensada para las conexiones de largo alcance a cientos de kilómetros, mientras que la que nos compete hoy, SparkLink, utiliza muchos de sus protocolos y los potencia para destrozar las capacidades del Bluetooth en el corto alcance.

¿Cómo funciona? SparkLink utiliza una red en formato malla, para que así, los dispositivos que la utilizan puedan conectarse entre sí y ampliar la cobertura de uno a otro. Este protocolo, además, mejora considerablemente la estabilidad de la conexión al contar con nodos cercanos en los que apoyarse si uno falla.

Este tipo de redes no es tan interesante para conectar, por ejemplo, un móvil con unos auriculares, pero sí para crear una red de dispositivos inteligentes en el hogar. Y es que China, como ya hemos dicho, no solo quiere independizarse del Bluetooth, va más allá y le pisa los talones al mismísimo WiFi. Por ahora no pretende sustituirlo, pero sí ir ganando terreno.

¿Qué es capaz de hacer? Bueno, aquí viene lo interesante. La primera versión de SparkLink es capaz de transmitir datos entre dispositivos con una velocidad de 1,2 Gbps con tiempos de respuesta menores a 20 microsegundos. Todo esto, con un consumo energético que, en términos prácticos, le saca los colores al Bluetoth.

No tiene problemas para soportar cientos de conexiones simultáneas compartiendo datos, por lo que es perfecto para crear redes de dispositivos inteligentes, ofrecer nuevas capacidades a los gadgets de siempre y mejorar mucho la eficiencia de aparatos como auriculares, teclados, ratones o cualquier cosa que dependa de una conexión Bluetooth.

Aunque no te suene demasiado, es imposible catalogar a SparkLink como un proyecto recién nacido o pequeño. Detrás de la tecnología está el gobierno de China y más de 400 empresas que lideran decenas de sectores en todo el mundo. Algunas te sonará: Lenovo, Vivo, Oppo, TCL, Huawei, Xiaomi, MediaTek, ZTE, Honor o BYD.

Como casi todo lo que ocurre en China, por ahora su uso real en dispositivos y ese sorpaso al Bluetooth es algo de lo que se sabe más bien poco. Ahora bien, que haya tantas compañías importantes involucradas en este proyecto nos deja pensar que, dentro de no mucho tiempo, podríamos empezar a incluir una nueva característica cuando hablemos de especificaciones en los ordenadores, TVs, móviles o periféricos: SparkLink.

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