Nadar en el mar o en la piscina es uno de los grandes placeres del verano. Sin embargo, para hacerlo de forma saludable es importante que tomemos precauciones como proteger los oídos y los ojos. En el caso de los ojos, por ejemplo, debemos tener especial cuidado si somos usuarios de lentillas. No existe algo parecido a las lentillas para los oídos, pero todos debemos tener cuidado con el agua que entra en ellos, pues puede causar infecciones y molestias cuando esta se acumula en el canal auditivo.

Esto no quiere decir que no debamos nadar, ni muchísimo menos. Pero sí que deberíamos tener en cuenta algunas precauciones. Esto es importante para cuidar los oídos en verano, como también los es tener cuidado con algunos ruidos demasiado intensos que abundan en esta época del año.

Vamos a ver cuáles son estas recomendaciones, según los expertos. Algunas son bastante obvias, pero otros puede que te sorprendan o que, simplemente, no les des demasiado importancia.

Antes de empezar, ¿por qué es tan importante cuidar los oídos en verano?

En realidad, debemos cuidar los oídos durante todo el año. Pero sí que es cierto que en verano los ponemos especialmente a prueba. Ocurre sobre todo por dos motivos. Por un lado, porque están muy en contacto con el agua cuando nos damos baños en la playa o la piscina. Y, en segundo lugar, porque es una época en la que solemos escuchar música muy fuerte en conciertos individuales y festivales. 

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En verano es mas probable que nos entre agua en los oídos. Crédito: Freepik

Son situaciones poco adecuadas para nuestra salud auditiva. En el caso de los ruidos porque se pueden producir daños que, si se acumulan, a veces resultan en pérdida de audición. Además, es una situación especialmente delicada cuando los niños entran a formar parte de la ecuación.

Con respecto al agua, cuando esta se acumula en el canal auditivo, aumenta la humedad y pueden proliferar bacterias, dando lugar a algo conocido como oído de nadador. Es una infección que se trata con gotas antibióticas, pero que puede derivar en complicaciones si no se hace a tiempo.

Precauciones esenciales para cuidar tus oídos en la playa y la piscina

Es inevitable que el agua entre en los oídos cuando nos bañamos. Sin embargo, hay precauciones que podemos tomar para que su entrada no nos cause problemas. Estas son algunas de las más recomendadas por la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CC).

Vigila en qué agua te bañas

Lógicamente, el riesgo será mayor si nos bañamos en aguas contaminadas o muy sucias, ya que habrá más microorganismos susceptibles de causar infecciones. También puede haber sustancias irritantes. Sin embargo, es importante destacar que el agua en el que nos bañamos, da igual si es de playa, piscina o un río, no es agua estéril. Siempre puede haber microorganismos como la ameba Acanthamoeba que tantos problemas causa a las personas con lentillas.

Ocurre lo mismo con los oídos. Por eso, si queremos cuidarlos, debemos tomar el resto de precauciones en cualquier tipo de agua.

Evita las zambullidas

Si queremos cuidar los oídos será mucho mejor que no nos lancemos al agua desde gran altura. Cuando lo hacemos, entra mucha agua de golpe al oído, de modo que es más fácil que esta cause daños en el canal auditivo. Además, es más probable que se acumule, pudiendo causar infecciones después. 

Evita las inmersiones profundas si no sabes cómo hacerlas

Cuando nos sumergimos a mucha profundidad se crea un cambio de presión a nuestro alrededor que puede ser muy dañino para los tímpanos. Por eso, es importante que aumentemos la profundidad poco a poco y que, si no somos buzos experimentados, no profundicemos mucho. Ellos cuentan con técnicas para evitar los daños auditivos, pero es importante aprenderlas adecuadamente. 

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Si vas bucear, asegúrate de saber cómo hacerlo. Freepik.

Para cuidar tus oídos, sécalos bien al salir del agua

Si quieres evitar el oído de nadador es importante secar bien los oídos con una toalla cuando salimos del agua. Debemos hacerlo tanto en la parte externa como al inicio del canal auditivo. Eso sí, nunca uses bastoncillos, pues puedes introducir a más profundidad posibles patógenos que se encuentren en el canal auditivo. Además, puedes dañar la piel fina que lo rodea. Usa solo una toalla.

Por otro lado, si sientes que algo de agua se ha quedado dentro del oído, vuelca la cabeza hacia ese lado para intentar que salga cuanto antes. Puedes ayudarte con pequeños saltitos para que salga mejor.

Si usas auriculares en la playa, cuidado con la arena

A menudo nos gusta disfrutar de algo de música mientras descansamos en la playa. En primer lugar, recuerda que tu música es para ti y que el resto de personas probablemente no quieran escucharla. Respeta el descanso de los demás. Aquí entran en juego los auriculares, pero recuerda no dejarlos sobre la arena o ni siquiera sobre la toalla, ya que pueden ensuciarse y pasar esa suciedad al canal auditivo. Mantenlos en su estuche hasta que vayas a usarlos y, si es posible, límpialos después.

Para prevenir mucho más, usa medios físicos de protección

Se pueden cuidar los oídos con dispositivos como tapones, cintas de protección o incluso gorros de natación. Esto es especialmente importante para personas que se han sometido a cirugías auditivas o que cuentan con patologías previas del oído. También se recomienda a personas inmunodeprimidas o a enfermos de afecciones como la diabetes.

No olvides proteger los oídos del ruido

Someterse durante mucho tiempo o muy repetidamente a más de 85 decibelios de sonido puede ser muy dañino para el oído. De hecho, se calcula que el 74 % de los habitantes de ciudades industrializadas tienen algún tipo de sordera. Esto se debe precisamente a que están en contacto constante con sonidos muy intensos.

Pero, sin duda, estos son especialmente intensos en los conciertos y festivales de verano. Por eso, es buen momento para evitar situarse muy cerca de los altavoces. De hecho, de media, en un concierto de rock el sonido suele tener una intensidad de 90 a 120 decibelios. Se calcula que, en repetidas ocasiones, los últimos conciertos de Taylor Swift han superado los 120 decibelios. Cuanto más lejos del origen del sonido, mejor.

cuidar los oídos de los niñoscuidar los oídos de los niños
Los niños son especialmente sensibles a los sonidos intensos. Crédito: Daniela Lupasco (Freepik)

Esto aplica a todo el mundo, pero especialmente a los bebés. La otorrina María José Lavilla, señaló a Infosalus en 2017, cuando era presidenta de la Comisión de Audiología de la SEORL-CC, que los niños pequeños pueden usar los típicos auriculares de protección, pero aun así deberían permanecer alejados de los altavoces. En el mismo artículo, el pediatra Carlos Escobar, de la Sociedad de Pediatría Extrahospitalaria y de Atención Primaria, aclaró que el oído de los niños está perfectamente formado. Se puede dañar tanto como el de los adultos. El problema es que ellos se sobresaltan mucho más. Por eso, su recomendación es, directamente, no llevarlos a los festivales.

De hecho, es cierto que el oído está totalmente formado a partir de la semana 25 de gestación. Los bebés nacen ya con un oído totalmente funcional. El problema es que después de eso tardan mucho más en aprender a interaccionar con el entorno y comprender los sonidos que los rodean. Eso les hace muy vulnerables a sonidos muy fuertes o que puedan sobresaltarlos. 

En definitiva, para cuidar tus oídos y los de tus seres queridos este verano basta con unas pocas precauciones sencillas. El tema del sonido es algo más controvertido que el del agua. Cada cual puede tomar sus decisiones informadas. Pero, si finalmente decides ir con niños a conciertos o eventos deportivos, al menos protege sus oídos. 


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