Cómo entrenar a tu dragón (2025) es una exitosa y rara combinación de varias cosas a la vez. Por un lado, un respeto más que evidente por la historia de la saga original que se relata casi escena por escena en acción real. El director y guionista Dean DeBlois logra captar a detalle varias de las secuencias icónicas del animado, que regresa al cine con toda su combinación de aventura y emoción. Al otro extremo, está un despliegue de efectos visuales que convierten la historia original en un espectáculo que aprovecha al máximo el formato IMAX.

La historia de Cómo entrenar a tu dragón nos lleva hasta la escarpada Isla Mema. Allí, vikingos y dragones han mantenido una amarga enemistad durante generaciones. Pero Hipo (Mason Thames) es un muchacho diferente a los demás. El ingenioso y subestimado hijo del jefe Estoico el Inmenso (Gerard Butler) desafía siglos de tradición haciéndose amigo de Desdentao / Chimuelo, un temido dragón Furia Nocturna. Su insospechado vínculo desvelará la verdadera naturaleza de los dragones, poniendo a prueba los cimientos de la sociedad vikinga.

De hecho, es evidente que el punto fuerte del remake es convertir a la conocida historia de crecimiento en un show visual poco común. Con ello, las conocidas piruetas aéreas de los dragones se convierten en prodigios técnicos de alta factura. Lo mismo podría decirse de la animación de las míticas bestias.

Cómo entrenar a tu dragónCómo entrenar a tu dragón

El equipo técnico detrás de la producción logró que cada dragón sea no solo idéntico al original. Además, que puedan exhibir un realismo que sin duda marcará época. Todo lo anterior permite que la cinta esté por encima de cualquier otro live-action reciente. En especial, porque es notorio que la intención del destacado apartado visual es captar la esencia de la cinta de la que proviene.

Algo que logra desde sus primeras escenas. Mucho del triunfo de Cómo entrenar a tu dragón reside en la capacidad del argumento por adaptarse a un nuevo formato con facilidad. También, al destacar lo mejor de una saga que, sin ser la más atractiva a nivel visual o argumental, se ha hecho cada vez más sólida de entrega en entrega. Así, la mítica Isla Mema, hogar de vikingos y dragones, es mucho más que un escenario. Es un contexto ideal para un cuento mitológico que explora en el miedo, el asombro y la búsqueda del propósito con sensibilidad y alegría. 

Una historia para una nueva generación

Todo con una ingeniosa manera de trasladar los temas principales de la franquicia de la que proviene a un nuevo nivel de importancia y profundidad. Ya no se trata solo de la idea de indagar en cómo los dragones — su historia e importancia — son esenciales para comprender el poder en Isla Mema. También son reflejos de la bondad, el ímpetu y el tesón de sus personajes. De modo que la cinta mejora la historia original agregándole capas de profundidad a sus personajes. También, a todo lo que implica el símbolo del dragón como un emblema de poder y trascendencia.

Eso, a pesar de que Cómo entrenar a tu dragón es idéntica al animado original de una manera escrupulosa y minuciosa que deja poco espacio para cualquier experimentación. Así, el relato comienza con Hipo (Mason Thames), que tiene reales problemas para llevar sobre los hombros la tradición familiar.

Cómo entrenar a tu dragónCómo entrenar a tu dragón

El actor dota al personaje de una timidez torpe que permite comprender su tremendo dilema. Además de ser un joven en una cultura que le exige ser fuerte en maneras en que no puede serlo, también debe afrontar el legado de ser hijo de Estoico el Inmenso (Gerard Butler). A su vez, debe lidiar con que su padre, un jefe respetado y poderoso, está vagamente decepcionado con su hijo, un chico en apariencia débil. 

Un punto de vista respetuoso para un animado icónico

Cómo entrenar a tu dragónCómo entrenar a tu dragón

El guion hace un buen trabajo en brindar unos cuantos matices a la relación entre ambos, más tensa y adulta que en el animado. No obstante, el respeto innegable a la película original evita que el argumento tenga demasiadas libertades al elaborar ideas novedosas. Por lo que Hipo y Estoico tienen una relación muy semejante a la vista en animación.

Tanto el uno como el otro afrontan sentir que nunca son suficientes en medio de un escenario que les exige ser símbolos de poder. Gerard Butler imprime al legendario líder vikingo un entusiasmo desbordante y un carisma radiante. Y hay mucho de su interpretación vocal en la cinta del 2010 en su manera de afrontar el papel. 

Por supuesto, el punto más importante de la película es su manera de captar la violenta, complicada y a menudo impredecible relación entre vikingos y dragones. De la misma manera que la historia original, al principio las bestias legendarias son un peligro al acecho y la cinta los muestra como monstruos levemente aterradores. Pero una vez que Desdentao (Chimuelo) aparece en escena, la película cambia de tono y enfoque para mostrar a las criaturas. 

Un apartado visual espectacular

Cómo entrenar a tu dragón logra elevar la premisa de los dragones como secretos a revelar a una nueva dimensión. No solo al poner hincapié en la amistad entre Hipo y Desdentao, sino en su forma de profundizar en el vínculo entre ambos. Ya sea en el primer y clásico encuentro, que la película lleva a la acción real cuadro a cuadro, o en los vuelos de los dragones a través del cielo, sorprende el nivel de precisión con que se desarrollan las escenas. La fotografía de Bill Pope toma la libertad de la animación y la convierte en una serie de secuencias de acción y aventura con enorme destreza.

Mucho más, porque la cinta enfoca buena parte de su energía en convertir a las escenas de vuelo, luchas aéreas y enfrentamientos en el corazón de la trama. Buena parte del éxito de la cinta como adaptación es que no evita tomar decisiones que parezcan exageradas o hasta caricaturescas. Es evidente que la película está más interesada en plasmar la historia de origen que en ser realista. Un punto importante que lleva a Cómo entrenar a tu dragón a lugares por completo nuevos dentro del género del live-action

Lo mismo podría decirse del resto de los personajes. Astrid (Nico Parker) tiene la misma vitalidad y mal carácter de su contraparte animada. Pero le añade, además, sentido del humor y gran química con Hipo. Por otro lado, Bocón (Nick Frost) hereda de la versión original su buen humor bonachón y su generosidad. Por lo que uno de los puntos fuertes de la cinta es también captar la importancia de los vínculos de amistad, fidelidad y lealtad entre personajes en la cinta. 

Poca libertad para la novedad

Cómo entrenar a tu dragónCómo entrenar a tu dragón

Claro está, el hecho de ser tan fiel a la original hace casi imposible que Cómo entrenar a tu dragón tenga verdadera personalidad. Más que una cinta con entidad propia o con ideas que aportar a la mitología de la original, es una versión exacta al recordado animado. Por lo que es inevitable preguntarse cuál es el punto de una adaptación en acción real que no añade nada a la mitología conocida o a sus puntos más recordados. 

Aun así, la cinta es un regalo para los fans y se esfuerza por demostrar el amor y la devoción por el clásico de 2010. Para su final — idéntico, por supuesto, al ya conocido —, la posibilidad de una continuación es obvia y hasta necesaria. De hecho, Universal ya la confirmó hace meses. Un punto que deja la incógnita de si las siguientes películas tendrán más libertad para innovar o solo serán nuevas recreaciones de una producción querida. Ese es el mayor dilema al que se enfrenta la saga en adelante. 


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