El teléfono móvil se ha convertido prácticamente en una extensión de nuestro brazo. Lo llevamos a todas partes. A la mesa mientras comemos, las quedadas con amigos o familia, el cine, los conciertos, el teatro… ¡Incluso el baño! Dejando a un lado lo poco recomendable que es llevarlo igual al baño que a la mesa en la que comemos, muchos científicos han alertado ya que utilizar este dispositivo mientras estamos sentados en el inodoro puede aumentar nuestro riesgo de padecer hemorroides.

Bastantes expertos llevan tiempo advirtiendo sobre este tema. Lo hizo el año pasado un equipo de científicos del Instituto Garg de Investigación de la fístula anal, en la India. También lo advirtió en declaraciones a Cuídate Plus el portavoz de la Fundación Española de Aparato Digestivo, Francisco José García Fernández. Pero, sobre todo, lo ha hecho recientemente un grupo de investigadores del Centro Médico Beth Israel Deaconess de Boston. 

Estos científicos han llevado a cabo una encuesta en la que se analiza la relación entre las hemorroides y el uso del teléfono móvil en el baño. Es una encuesta pequeña y no se ha publicado más allá de una conferencia en la Semana de las Enfermedades Digestivas, celebrada en San Diego. Allí, reconocieron que se necesita más investigación, pero justamente recalcaron que su encuesta sirve para eso: para justificar más investigación. Ahora bien, ¿qué tiene que ver el teléfono móvil con las hemorroides?

Empecemos por el principio: ¿qué son las hemorroides?

Las hemorroides son venas hinchadas que se forman en el ano o la parte inferior del recto. A grandes rasgos, son algo parecido a las varices.

Existen tres tipos de hemorroides y sus síntomas dependen de cuál de ellos se trate. Por ejemplo, en el caso de las hemorroides internas, se encuentran en el interior del recto y a veces ni siquiera provocan síntomas, por lo que los pacientes no saben que las tienen. Otras veces, en cambio, pueden irritarse durante la defecación, causando sangrados o protusiones, en las que la hemorroides se desplaza a través del orificio anal. Esto último puede ser muy doloroso. 

Cuando se trata de hemorroides externas, las venas hinchadas se ubican bajo la piel que rodea el ano. Estas pueden dar lugar a picazón, dolor o sangrados, además de hinchazón en torno a la zona anal.

Finalmente, las más dolorosas son las hemorroides trombosadas. Empiezan siendo hemorroides externas, pero cambian de categoría cuando la sangre se acumula en ellas, dando lugar a coágulos y provocando mucho dolor. 

¿Tienen tratamiento?

Generalmente, lo que se hace con las hemorroides es tratar el dolor y el sangrado de forma tópica a través de cremas con corticoesteroides o anestésicos como la lidocaína. También es muy habitual usar hamamelis, que se obtiene de las hojas de una planta conocida como avellano de bruja (Hamamelis virginiana). Se suele usar en productos cosméticos, pero también para tratar las hemorroides, por sus efectos antiinflamatorios. El formato más habitual es el agua de hamamelis, que se impregna en toallitas para aplicarlas sobre la zona afectada.

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El agua de hamamelis se obtiene de las hojas del avellano de bruja. Crédito: Chris Light (Wikimedia Commons)

Finalmente, como ocurre con las varices, si estos tratamientos no funcionan y los síntomas siguen empeorando, puede ser necesario intervenir quirúrgicamente. Esta es una medida extrema a la que, idealmente, es mejor no llegar. Por eso, la principal medida es la prevención. Aquellas personas propensas a las hemorroides saben bien que deben usar preferentemente ropa interior de algodón y evitar, por ejemplo, el papel higiénico muy áspero o con perfumes que puedan irritar la zona. De hecho, se recomiendan más las toallitas húmedas que el papel higiénico.

Pero, sobre todo, es recomendable pasar poco tiempo sentados en el baño. Ahí es donde entran en juego los teléfonos móviles.

El origen de las hemorroides y su relación con los teléfonos móviles

Generalmente las hemorroides se producen cuando hay mucha presión en esas zonas que rodean el recto. Esto puede producirse por un esfuerzo excesivo, por ejemplo durante la defecación, pero también en el parto. Además, si pasamos mucho tiempo sentados en el baño, esa presión aumenta bastante.

Algunos expertos recomiendan no excederse de los 10 minutos sentados en el trono, pero otros son aún más extremos y apuntan a un máximo de 3 minutos. Si pasamos mucho tiempo embobados con el teléfono móvil ambos límites se superan con creces, por lo que pueden producirse las hemorroides.

De los libros a los teléfonos móviles

Antiguamente había algunos estudios que se basaban en el riesgo aumentado de hemorroides de quienes leen en el baño. Es algo bastante habitual. Muchas personas aprovechan ese momento de paz para leer un libro o la prensa. De hecho, se dice que en la época colonial de Estados Unidos era habitual usar el papel de periódico para limpiarse porque era lo que tenían más a mano las personas cuando se sentaban en el inodoro.

Los teléfonos móviles han llegado mucho después, por lo que, hasta ahora, no se había hecho ninguna encuesta. La que finalmente se ha llevado a cabo parece dejarlo todo bastante claro.

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No son aconsejables los papeles higiénicos con perfume. Crédito: Shvetsa (pexel)

Han participado en ella 125 personas que se iban a someter a una colonoscopia. Se les interrogó sobre sus hábitos en el baño y se descubrió que, efectivamente, hay una gran relación entre pasar mucho tiempo con el teléfono móvil y desarrollar hemorroides. El 93 % de los que tenían hemorroides señalaron que usaban el teléfono móvil en el baño al menos una vez por semana. De todos ellos, casi el 50 % reconoció que leían noticias, el 44 % se distraían con las redes sociales y el 30 % enviaban correos electrónicos.

Pero lo más importante es que varios de ellos reconocieron que pasaban más de 6 minutos en el baño y que sospechaban que se debe al uso de teléfono móvil.

Ojo, es una encuesta pequeña

Esta es una encuesta muy pequeña, pero también la más amplia que se ha realizado sobre este tema por ahora. Por eso, lo ideal sería seguir trabajando en la misma línea y, de paso, recomendar ya a la población que se dejen el teléfono móvil fuera del baño.

Porque, venga, sí que vamos a hablar de su relación con llevarlo después a la mesa. La pantalla de un móvil puede albergar hasta 600 tipos de bacterias. No todas las adquieren en su paso por el baño, pero sí algunas de ellas. Resulta muy poco apetecible tenerlo en las manos mientras comemos, por lo que podríamos empezar por sacarlo de una de las principales fuentes de contaminación de toda nuestra casa. Si lo hacemos, serán todo ventajas. 

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