El actor Rami Malek quiere ser el nuevo héroe del cine de acción en Amateur. 20th Century Studios estrena en cines todo un thriller de espías en el que el oscarizado intérprete asume el protagonismo como un sagaz agente del gobierno de EE. UU. Al estilo de muchas otras sagas anteriores, la cinta aspira a conquistar al público con una historia de venganza y conspiración que, quién sabe, podría convertirse en franquicia en un futuro. Para ello, a Malek le acompañan cuatro nombres de lujo como son Laurence Fishburne, Rachel Brosnahan, Caitríona Balfe y Jon Bernthal.
El protagonista de Amateur es Charlie Heller, un brillante pero introvertido decodificador de la CIA que trabaja en una oficina en el sótano de la sede de Langley. Su vida cambia radicalmente cuando su esposa muere tristemente en un ataque terrorista en Londres. Cuando sus supervisores se niegan a tomar cartas en el asunto, será él quien se haga con las riendas y se embarque en un peligroso viaje por todo el mundo para localizar a los responsables. Su inteligencia será el arma definitiva para escapar y llevar a cabo su venganza.


Amateur
Amateur no pretende reinventar el cine de espías sino que emplea todos los arquetipos y elementos que funcionan para trazar su propia historia. Con un personaje que no es héroe de acción sino un inteligentísimo programador, la cinta trata de encontrar su propia personalidad. Sin embargo, su ritmo lento e irregular hacen de ella un estreno tan correcto como poco memorable.
Cine de espías con personalidad
Si Amateur destaca por algo es por utilizar, de principio a fin, la fórmula clásica del cine de espías. El director, a sabiendas de lo mucho que funcionan este tipo de películas, no ha querido distanciarse un ápice ni salirse demasiado del tiesto. Así, se asegura que todo en la cinta es sólido y funcional. No hay experimentos raros ni arriesgados. Ofrece lo que sabe que gusta. Aunque, eso sí, también transmite sensación de falta de originalidad, de haber visto esa misma historia mil veces.
El filme tiene ese sello estético elegante tan característico de muchas de estas obras. Su personaje, agente de la CIA, utiliza tecnologías de última generación para rastrear y encontrar a sus objetivos. También se incluye la figura de un mentor que le entrenará para hacer de él un hombre de acción y no un funcionario calientasillas… Y, por supuesto, la historia de venganza personal se establece en un marco general de conspiraciones geopolíticas que pueden definir el futuro del mundo y su seguridad.
En definitiva, todo clásicos del género. Amateur quiere replicar un poco de Misión Imposible, algo de 007, mucho de Jason Bourne… Además, para hacerlo la película se ordena en partes muy diferenciadas: el trauma inicial, la rabia y los comienzos de la investigación, el entrenamiento, el paso a la acción… En esta última fase, la cinta se estructura en 4 fragmentos, pues son 4 los objetivos humanos del protagonista. Así, el propio espectador puede ir tachando de su lista mental. Cada muerte reconforta porque notas que la historia se mueve, aunque sea lento.


Dale más gasolina
A pesar de las buenas intenciones y de no salirse nunca de la fórmula, Amateur dista mucho de ser perfecta. Su gran pero es la falta de acción. Justificándose en que su personaje no es uno de esos héroes casi sobrehumanos como James Bond o Ethan Hunt, el filme rebaja mucho las dosis de adrenalina en comparación a las películas de este estilo. Y eso, francamente, es una pena.
Tal y como ocurría, por ejemplo, en El contable, el protagonista tira mucho más de ingenio, de su capacidad cerebral, que de valentía física. Pero se echa en falta alguna secuencia más donde se disparen los desfibriladores. Por desgracia, estas se pueden contar con los dedos y, además, no dejan un poso particularmente importante a excepción de una de ellas que involucra una piscina, que sí resulta una idea imaginativa e impactante.
Tampoco ayuda que el ritmo de la trama sea tan lento y repetitivo. Da la sensación de que al personaje le cuesta horrores avanzar. Un poco más de dinamismo y energía le habrían sentado como un guante a una película que se estira por encima de las dos horas. Para colmo, no todos los personajes de Amateur están igual de bien planteados ni equilibrados. Mientras que el de Laurence Fishburne cuenta con el tiempo exacto para marcar todo el filme sin robarle el protagonismo a Rami Malek, la otra cara de la moneda se la lleva un Jon Bernthal desaprovechadísimo.


En cualquier caso, Amateur no es una película fallida. Recicla los clichés del cine de espías, buscando su propia personalidad en la forma de ser de su atípico héroe. Y aunque pocas, tiene algunas escenas que compensan su lentitud y falta de chispa. No pasará a la historia como una de las grandes apuestas del género, pero es correcta y se deja ver en una tarde tontorrona.