Ryan Coogler, director de Black Panther, estrena en cines Los pecadores (Sinners). Su nueva película, protagonizada por Michael B. Jordan en un papel doble, ha ganado más y más expectativas a medida que se ha acercado su fecha de estreno. La cinta propone un viaje hasta el Missisipi de los años 30 en el que música, libertad y vampiros se darán la mano en un mix multigénero que aspira a convertirse en uno de los mejores estrenos de todo 2025.
La trama de Los pecadores sigue a los hermanos gemelos Smoke y Stack (Jordan). Tratando de dejar atrás sus problemáticas vidas, regresan a su ciudad natal para comenzar de nuevo abriendo un local de música y alcohol para su comunidad. Sus ansias de un espíritu en libertad se encontrarán, sin embargo, con que un mal aún mayor los está esperando para darles la bienvenida nuevamente.

Los pecadores
Ryan Coogler triunfa con una apuesta muy arriesgada en la que combina géneros y tonos en busca de una atmósfera única. Los pecadores es muy sólida en su densa primera parte para, después, abrazar su lado más macarra y exagerado con un festival musical vampírico lleno de trasfondo social. Una película maravillosa.
Un ejercicio de atmósfera
Para Los pecadores, Ryan Coogler ha confeccionado una película de esas que huelen a atemporal, a clásico. Por medio de un impresionante y cuidadísimo diseño de producción, y con una dirección enérgica y poderosa, estructura un filme que combina todo tipo de géneros para encontrar su propio tono único y personal. En la cinta hay wéstern, hay musical, hay terror folk, hay superpoderes… Todo ello transporta al espectador a un enclave tan ficticio como realista en el sur de la Estados Unidos de la Gran Depresión.
Desde que comenzó a dirigir, Coogler ha demostrado siempre lo bien que sabe jugar con las atmósferas para, con unos pocos ingredientes, ofrecer mundos cinematográficos muy ricos y diversos. Lo consiguió con Wakanda en Black Panther, un entorno muy diferenciado del resto del Universo Marvel. Ahora, en Los pecadores, repite hazaña con una Missisipi de contrastes y campos de algodón donde indaga en los orígenes de la música negra y en cómo el hombre blanco ha tratado desde el principio de apropiársela.

De lo mejor del cine de vampiros
Una alegoría para la que el uso de vampiros es una apuesta acertadísima. Esto eleva la película muy por encima de la gran mayoría del filmes sobre los chupasangre. Sobe todo porque, a pesar de la mezcla de géneros tan diversa que propone, Los pecadores no pierde el equilibrio en ningún momento. Algo que tiene mucho mérito porque la cinta arranca con una primera mitad bastante lenta, espesa pero interesante, en la que se presenta a los personajes.
Cuando parece que ha hecho tope, que ya no hay más temas para reflexionar ni historia por contar, cuando todo parece que está a punto de precipitarse al vacío del aburrimiento, es entonces cuando el director obra su magia. En un giro radical de 180 grados, la película empieza a mutar sin frenos. Primero aparecen aspectos sobrenaturales oníricos absolutamente bellos, aderezados por una música hipnótica que marca el compás.
De pronto, Los pecadores encuentra un nuevo ritmo mucho más animado e incluso sensual. Y con él, llega el éxtasis por medio de esos vampiros blancos. El último acto es una explosión salvaje de acción y terror a partes iguales. Una catarsis de excesos, fuego y sangre, tan anárquica como divertida. Con esa media hora de locura, Ryan Coogler recompensa la paciencia inicial del espectador, al que no le queda más remedio que entregarse en cuerpo y alma al oscuro frenesí que tiene ante sus ojos.

Michael B. Jordan es una estrella
Mucha de la culpa la tiene un Michael B. Jordan que se muestra impecable asumiendo un trabajo tan complicado como hacer dos papeles. No es tarea sencilla, y si no que se lo digan a Robert Pattinson y Robert De Niro, que precisamente con Warner Bros. acaban de estrenar dos películas –Mickey 17 y The Alto Knights– en las que también hacían doblete interpretativo. De esta peculiar trilogía no oficial de actores duplicados, Los pecadores es sin duda la mejor.
Jordan no deja de crecer y, una vez más, deja un trabajo que se sitúa entre lo más destacable de su carrera. También están estupendos, eso sí, sus compañeros de reparto. Desde una Hailee Steinfeld magnética hasta una Wunmi Mosaku que se convierte en el corazón del filme, pasando por un colosal y aterrador Jack O’Connell como revelador antagonista o un Delroy Lindo divertidísimo y excéntrico. Todo sin olvidar al joven Miles Caton, que en Los pecadores debuta como actor y deja una primera interpretación sensacional compartiendo el protagonismo con Jordan.

En definitiva, Los pecadores es una película inmensa, magnífica y gloriosa. Un festival multigénero muy bien compensado, que no entra en piloto automático en ningún momento y que contrarresta su falta de ritmo inicial con un épico y desorbitado último acto. No es solo una buena historia de vampiros, es que apunta a convertirse en uno de los mejores estrenos de todo el año y un clásico del cine de terror. Una experiencia abrumadora. Imperdible.
Los pecadores se estrena en cines el 16 de abril.