Ticketmaster lleva tiempo en el ojo del huracán. No solo por las críticas de los usuarios respecto a la poca transparencia de la plataforma, también porque mucho acusan a la compañía de prácticas desleales, costes ocultos, gastos de gestión excesivos y, sobre todo, muchas críticas respecto a la reventa en sus plataformas secundarias.
En España, esta semana pasada también se han arrojado críticas por el funcionamiento a la hora de comprar las entradas para Bad Bunny, pero esto viene desde lejos, y no es algo nuevo para cualquiera que haya usado Ticketmaster. Sabiendo, además, que es la plataforma de venta de entradas para evento más importante -y de las más usadas- del mundo.
Ahora Ticketmaster quiere quitarse parte de la mala prensa que le ha acompañado estos años, y ha anunciado una serie de cambios en un intento de aumentar su trasparencia y lavar su imagen de cara a los usuarios potenciales. ¿La mala noticia? Estos cambios se limitarán, de momento, al mercado de los Estados Unidos, sin que haya confirmación de si llegará o no a otras regiones en las que opera.
Ticketmaster automentará la trasparencia en sus precios, pero solo en EE.UU.
Ha sido en el blog oficinal de la compañía donde Ticketmaster ha anunciado su una nueva iniciativa llamada All in Prices. Con ella, la compañía mostrará el precio final —excluyendo impuestos— del precio de entradas, sin costes ocultos, para cualquier evento de Ticketmaster en EE. UU.:


Aunque la compañía lo venda como algo novedoso, debería ser la práctica habitual. Uno de los problemas de la compañía es que hasta que no llegas al carro de compra, muchas veces no tienes ni idea de cuanto pagarás por una entrada, si es que puedes comprarla. Algo que, por cierto, ya le ha costado a Ticketmaster una denuncia en España.
¿Será suficiente? De momento es solo para EE.UU., por lo que los otros países todavía seguirán sufriendo del monopolio tácito que representa la plataforma en muchos países del mundo, en los que es imposible hacerte con la entrada para un evento sin pasar por ellos.
De costes de gestión, que aumentan conforme al precio de entrada, pese a que la gestión es la misma o no incluye ningún extra, no han dicho nada. Algo que preocupa a muchos de los reguladores europeos y es bastante probable, que, quiera Ticketmaster o no, Europa le pondrá coto de una forma u otra. Aunque en su defensa hay que decir que no es un problema limitado solo a esta plataforma, sino que es extensible a toda la venta online de acceso a eventos de cualquier índole.