Elon Musk ya tiene su propia ciudad. Desde que comenzó a comprar terrenos en 2012 para construir las instalaciones de SpaceX, los alrededores de las mismas se han convertido en una especie de ciudad dormitorio para los trabajadores de la compañía. Sin embargo, no tenía tal denominación. El área ocupada pertenecía a otras localidades. Ahora, en cambio, una votación popular realizada el 3 de mayo ha concedido a Starbase la categoría de municipio de pleno derecho, con su propio alcalde y dos comisionados. 

Dicha votación se ha llevado a cabo después de que Elon Musk enviase el pasado mes de diciembre una carta al juez del condado de Cameron, Eddie Treviño, solicitando cumplir su deseo. Alegaba que SpaceX estaba contribuyendo a dar vida a la zona y enriquecer su economía. Además, señalaba que sus instalaciones habían crecido tanto que se había creado a su alrededor un comunidad que, en cierto modo, ya era un municipio. Solo necesitaba la aprobación legal para que se le pueda considerar como tal.

El 3 de mayo se eligieron 283 residentes del área circundante con la edad y características necesarias para intervenir en una votación. La mayoría de ellos eran trabajadores de SpaceX, como es lógico, ya que casi todo el mundo que vive allí lo es. El objetivo era, por un lado, decidir si se le daba a Starbase la categoría de municipio. Por otro lado, si eso resultaba ser un sí, tendrían que elegir alcalde y comisionados. Ganó muy holgadamente el sí, por lo que también se procedió a elegir al equipo de Gobierno. Todos ellos resultaron ser trabajadores de la compañía espacial de Elon Musk, para sorpresa de nadie. 

SpaceX ya tiene su propio pueblo

216 de los votantes afirmaron que les gustaría que Starbase sea una localidad. Solo 6 votaron que no, mientras que el resto se abstuvieron. Confirmada la denominación de municipio, se pasó a elegir el equipo de gobierno. El vicepresidente de SpaceX, Bobby Peden, fue elegido alcalde. Los comisionados, por su parte, serán el director senior de salud y seguridad ambiental de SpaceX, Jordan Buss, y la ex gerente de ingeniería de operaciones de SpaceX, Jenna Petrzelka.

Starbase ha recibido la denominación de municipio de clase B por tener menos de 5.000 habitantes. Eso lleva a que los funcionarios puedan imponer impuestos a la propiedad local de hasta el 1,5 %.

Sin duda, esta decisión le dará a Elon Musk más poder sobre la zona para poder seguir construyendo y maquinando. Por eso, si bien los trabajadores de SpaceX que residen en este nuevo pueblo del sur de Texas están contentos, los vecinos del área circundante no se alegran tanto.

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Cientos de personas viven en torno a la base de SpaceX. Crédito: Wikimedia Commons

Protestas contra el pueblo de Elon Musk

Los vecinos de localidades cercanas, así como los grupos ecologistas, ya estaban preocupados por la actividad de Starbase antes de que se considerase un municipio. Con cada lanzamiento llueven a miles de metros de distancia multitud de fragmentos de hormigón, acero y otros metales. En 2023 hubo un incendio forestal causado por esos incendios. Y, por si fuera poco, la flora y fauna de la zona pueden verse afectadas por toda la actividad de los lanzamiento espaciales. Los grupos ecologistas se han mostrado preocupados especialmente con las tortugas y las aves, pero puede haber muchos más damnificados. Además, Elon Musk ya tuvo que pagar una multa de 150.000 dólares a la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos y la Comisión de Calidad Ambiental de Texas a causa del vertido de aguas residuales.

Si Elon Musk ya tenía potestad para actuar casi a su antojo antes, ahora que Starbase es un pueblo gobernado por trabajadores de SpaceX está claro que tendrá carta blanca para casi todas sus acciones. Los vecinos temen, por ejemplo, que cierre la carretera de acceso a la playa y el parque estatal de Boca Chica cuando haya lanzamientos. Desde luego, este podría ser el principio de un gigantesco conflicto vecinal. 

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