Un equipo de científicos de las Universidades de Gottingen y Edimburgo ha analizado la capacidad de autoabastecimiento de alimentos de 186 países de todo el mundo. Han dividido los tipos de alimentos en 7 grupos, con el fin de comprobar qué naciones producen una cantidad suficiente para su propio consumo, sin necesidad de importar desde el extranjero. Solo uno de los países analizados podía autoabastecerse en los 7 grupos y lo más curioso es que no se trata de una gran potencia mundial.
El país afortunado es Guyana. Sí que es cierto que hay grandes potencias, como China, que se encuentran justo a la zaga, con 6 de 7 grupos de autoabastecimiento de alimentos cubiertos. También Vietnam se encuentra en ese segundo puesto.
Con respecto a España, es cierto que somos autosuficientes en muchos aspectos, aunque necesitamos mejorar en algunos. Eso sí, aun mejorando, a veces es inviable el autoabastecimiento de alimentos y es necesario importarlos. Aquí, pueden ocurrir dos cosas: tener relaciones comerciales con muchos países o contar con un solo socio. En el estudio se ha visto también que hay muchísimos países que solo cuentan con un socio comercial, por lo que la más mínima debilidad en esos lazos puede ser un duro golpe. Hay mucho que mejorar, pero no es sencillo.
¿Cuáles fueron los 7 grupos de autoabastecimiento de alimentos?
Los 7 grupos de alimentos que se analizaron en este estudio son las frutas, las verduras, los lácteos, el pescado, la carne, las legumbres, frutos secos y semillas (los tres son un solo grupo), y los alimentos básicos con almidón.
Se comprobó la capacidad de producción de cada país y, teniendo en cuenta su población y su demanda alimentaria, se calculó si podían alcanzar el autoabastecimiento de alimentos en cada uno de esos grupos.
Como ya hemos visto, solo Guyana alcanzaría el autoabastecimiento de alimentos al 100 % en todos los grupos. China y Vietnam llegan a 6. A ambos les faltan lácteos. Así se entiende que más del 90 % de la población en ambos países sea intolerante a la lactosa. No están adaptados a ella.
A continuación, se ha visto que solo 1 de cada 7 países tenía más de 5 grupos cubiertos. Es el caso de España. A nosotros solo nos faltaría el autoabastecimiento de alimentos en pescado y alimentos básicos con almidón. La parte buena es que hay al menos un 40 % de necesidades cubiertas en ese aspecto. No hay que importar mucho.
Para terminar, hay 6 países que no tienen cubierto ninguno de los 7 grupos. Se trata de Afganistán, Emiratos Árabes Unidos, Irak, Macao, Qatar y Yemen. Todos ellos dependen totalmente de la importación.


El flujo de alimentos es complicado
En España solo necesitaríamos importar pescado y alimentos con almidón. Sin embargo, importamos todo tipo de alimentos. Esto se debe a dos motivos. Por un lado, a que hay alimentos concretos que no pueden producirse aquí. Por ejemplo, tenemos una buena producción de semillas. En cambio, si lo que queremos son semillas de chía, es necesario traerlas desde Latinoamérica.
Por otro lado, muchas veces se importan alimentos desde otros países solo con fines económicos. Se entiende muy bien con un ejemplo real del que habla el científico ex miembro de la FAO José Esquinas en su libro Rumbo al Ecocidio. Señala que que hace unos años se publicó la noticia de una colisión entre dos camiones en la frontera de España con Francia. Uno iba de España a Francia y otro hacía el recorrido contrario. Ambos iban cargados de mercancías que quedaron esparcidas por el asfalto. Cuando se acercaron los servicios de emergencias y algunos curiosos, solo vieron tomates en la carretera. Los camiones llevaban y traían tomates.
A él le pareció escandaloso. Si tenemos la capacidad de exportar un producto no deberíamos necesitar importarlo. Sin embargo, cuenta en el libro que cuando lo comentó con un amigo suyo, economista, este le dijo que es algo bueno, porque así sube el Producto Interior Bruto (PIB). A nivel económico se necesita comprar y vender mucho. Lamentablemente, a nivel medioambiental es terrible, pues con el transporte se están emitiendo gases de efecto invernadero que a efectos prácticos son innecesarios.
Dicho esto, aunque es importante no caer en la bancarrota, también es importante analizar estudios como este. Entender cuáles son las cartas que tenemos para jugar. Incluso si necesitamos jugar cartas en el extranjero, debemos intentar tener varias opciones. Si no, puede que un multimillonario desquiciado pase a gobernar a tu principal socio comercial y de repente te imponga unas condiciones inalcanzables. Así como una situación hipotética, por supuesto.