Una de cal y otra de arena. Así es como se puede definir lo que ha hecho Samsung con su último lanzamiento, el Galaxy S25 Edge. Este modelo presume de tener un cuerpo 5,8 milímetros y un peso de 163 gramos junto con una gran pantalla de 6,7 pulgadas. Es una obra de ingeniería y un hito en la industria actual, pero la compañía coreana no ha sabido rematarlo como se merecía. El S25 Edge tiene muchas cosas buenas, pero también un detalle que eclipsa gran parte de lo positivo y hace que pagar sus 1.259 euros se ponga un poco más complicado.

En la vida no se puede tener todo, y Samsung ha dado un buen ejemplo de ello. El Galaxy S25 Edge incluye el procesador más potente del momento, está hecho de una aleación de titanio, mide la friolera de 5,8 mm de grosor y pesa lo mismo que un Galaxy S25 teniendo un panel de 6,7 pulgadas.

De hecho, ni siquiera sacrifica las tecnologías más punteras en el panel: este es AMOLED, QHD+, tiene una nueva protección Corning Gorilla Glass Ceramic 2, un brillo prominente y 120 Hz.

A simple vista, el único detalle que se echa en falta está en la cámara trasera: no hay teleobjetivo por culpa del grosor. Este sensor es demasiado voluminoso, por lo que el Galaxy S25 Edge no lo incluye. Pero incluso aquí, donde la compañía podía haber tirado por el camino fácil y carecer de distancia focal mayor, Samsung ha sabido sacar pecho y dejar claro que el apartado fotográfico del dispositivo es importante.

El gran acierto del Galaxy S25 Edge: una cámara de 200 MP para paliar la carencia del teleobjetivo

Samsung podía haber lanzado este Galaxy S25 Edge con la cámara principal y el sensor gran angular del Galaxy S25+, pero no ha querido quedarse ahí. La compañía no ha sacrificado del todo el apartado fotográfico por lanzar un móvil ultradelgado. Más allá del rendimiento, la pantalla y el diseño, esos 1.259 euros también van destinados a solucionar esa gran carencia del sensor teleobjetivo.

¿Cómo? El Galaxy S25 Edge ha hecho uso del mismo sensor de 200 MP que incluye el Galaxy S25 Ultra. Esta cámara no solo es considerablemente mejor que la de los S25 estándar, también permite realizar un recorte para aumentar la distancia focal (zoom) y que la imagen apenas pierda calidad.

Es la solución ideal para este tipo de dispositivos, que de otra manera se quedarían con un apartado fotográfico algo anticuado, sin un zoom de calidad y con una versatilidad un punto por debajo de su competencia en la gama alta.

Y, si bien el Galaxy S25 Edge no va a disfrutar del mejor zoom del mercado, este recorte x2 del sensor principal ya ha demostrado que es capaz de ofrecer muy buenas tomas, con una pérdida de calidad casi inexistente y una distancia focal que rondará la equivalencia a los 50 mm.

Sumando a la ecuación el buen procesado de Samsung, esta decisión es una de las grandes alegrías para aquellos que, sí o sí, necesitan un móvil con buen zoom en la cámara. Además, demuestra que el Galaxy S25 Edge es un dispositivo que Samsung se toma en serio y con el que no pretende simplemente presumir de grosor.

Galaxy S25 EdgeGalaxy S25 Edge

El gran error de Samsung, la batería

A pesar de que todavía no hemos podido echarle el guante a este Galaxy S25 Edge, todo apunta a que su autonomía podría ser un motivo de peso para descartarlo. A diferencia de lo que se creía, Samsung no ha incluido la nueva tecnología de baterías de Silicio-Carbono, dejando a este dispositivo ultradelgado con una celda interior de 3.900 mAh.

El procesador más potente del momento, una pantalla superavanzada de 6,7 pulgadas y una batería de 3.900 mAh no son la fórmula perfecta para pasar todo un día sin preocuparte de la autonomía. Y, aunque Samsung ha trabajado para optimizar todos los procesos y hacer este Galaxy S25 Edge lo más eficiente posible, la realidad es que cuenta con menos mAh, incluso, que el Galaxy S25 estándar de 6,2″.

Como decimos, sobre el papel, los números no salen. La compañía tenía en su mano utilizar la tecnología de Silicio-Carbono y no condicionar la autonomía del terminal, pero ha decidido sacarlo al mercado con las baterías de siempre, haciendo que, muy probablemente, este dispositivo sea uno de los que menos horas de pantalla pueden rascarle al día.

El nuevo Samsung Galaxy S25 Edge vs. sus hermanosEl nuevo Samsung Galaxy S25 Edge vs. sus hermanos

Samsung lo había hecho todo casi perfecto, solucionando cada carencia provocada por el ínfimo grosor, pero lo más obvio, esa tecnología para hacer baterías más finas manteniendo su capacidad, finalmente no está presente.

No es casualidad que todos los fabricantes —incluso Apple— estén trabajando en móviles ultradelgados, la tecnología de Silicio-Carbono es la encargada de motivar esta tendencia, y Samsung, a sabiendas de lo que podía pasar, ha decidido no utilizar ese elemento clave que va a permitir a la industria rebajar el grosor de los móviles sin sacrificar autonomía.

Por ahora, es una de las primeras en tirarse a la piscina del grosor ínfimo, y habrá que esperar para saber si su competencia sigue sus pasos o, como es de esperar, sí optan por las baterías correctas para conseguir un móvil fino con una autonomía estándar.

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