Cuando vamos a comprar protector solar, a menudo nos surge una duda. ¿Podemos comprar una de las muchas opciones low cost que existen o si queremos proteger realmente nuestra piel debemos recurrir a uno caro? Lo lógico es pensar que el protector solar barato será peor que el caro, pero la respuesta no es tan rápida ni tan sencilla.
Y es que, en realidad, todo depende de lo que estemos buscando en ese protector solar. Si lo que buscamos es simplemente protegernos del sol debería bastar con un protector solar barato. Eso sí, debemos asegurarnos de que tiene el FPS más adecuado para nuestro tipo de piel o, si no, simplemente recurrir a uno lo más alto posible. Si es FPS 50 o 50+, mejor que mejor.
En el caso de las opciones de precio más elevado, a menudo lo que pagamos es simplemente la marca. O, en muchos casos, propiedades adicionales. Y es que hay protectores solares que hacen mucho más que proteger. Ahí ya sí que puede elevarse mucho el precio.
Protector solar barato o caro, esto es lo que debes buscar en su etiqueta
Para que un protector solar sea adecuado debe tener un FPS suficientemente alto y protección solar contra las radiaciones UVA y UVB. Las segundas son las que causan las quemaduras y, a la larga, pueden producir cáncer de piel. Con respecto a las primeras, es cierto que no causan quemaduras, pero sí son responsables de las arrugas, las manchas y, aunque en menor medida, el cáncer de piel.
Por todo eso, no importa si es un protector solar barato o caro. Es indispensable que proteja frente a esos dos tipos de radiaciones ultravioleta.
Por otro lado, para que sea un protector solar es importante que tenga filtros solares físicos o químicos en su INCI. Los primeros actúan como un muro, reflejando las radiaciones e impidiendo que lleguen a las células de nuestra piel. Dicho de muy grosso modo, las radiaciones rebotan en ellos. En cambio, los filtros químicos actúan absorbiendo las radiaciones para que estas no lleguen a las células de la piel. Son más parecidas a la melanina que genera naturalmente nuestra piel.


Ambos filtros son buenos. Hay personas que prefieren los físicos, pero normalmente suele ser por pura quimiofobia. Cabe destacar que los físicos son sustancias químicas, ya que todo es químico. Nosotros somos pura química. No tiene sentido temerla, sobre todo porque antes de llegar a nuestra piel todos estos ingredientes han pasado por muchos controles.
Dicho esto, los filtros físicos que más habitualmente solemos encontrar en la composición de un protector solar son el óxido de zinc y el dióxido de titanio. Con respecto a los químicos, son habituales el homosalato o el octacrileno, por ejemplo. Está bien comprobar que los filtros estén en el INCI, pero más que nada para saber si son físicos o químicos. Presentes deben estar sí o sí, ya que en caso contrario el producto no podría calificarse como protector solar.
¿Qué más propiedades pueden tener?
La protección solar debe ser un derecho, no un privilegio. Por eso, se debe garantizar que un protector solar barato sea tan eficaz como uno de precio más elevado. Si llegan al mercado, lo lógico es que se haya comprobado que, efectivamente, funcionan.
En cambio, la cosa cambia si lo que buscamos es hidratación o antienvejecimiento. Para esos casos, normalmente sí debemos invertir un poco más. Por ese motivo, las opciones low cost solo protegen y si tienen, por ejemplo, activos hidratantes, estos se encuentran a concentraciones bajas, que salen mucho más rentables a las marcas.


Los protectores solares de alta gama a menudo tienen ingredientes como el ácido hialurónico o la niacinamida, que aportan tratamiento además de protección. Además, en el caso de los protectores solares faciales, algunos de alta gama ya contienen melasyl. Este es un ingrediente patentado por L’Oreal que ayuda a prevenir las manchas e incluso reducir un poco aquellas que ya se han formado, contribuyendo a dar uniformidad a la piel. Su producción es cara, por lo que no podemos tenerlo en un protector solar barato.
En definitiva, sí, un protector solar barato, en principio, debe protegernos del sol. Eso sí, recuerda ponerte una cantidad adecuada y reponerlo cada 2-3 horas o después de darte un baño. Si solo le enseñas el protector solar a la piel y te olvidas de reponerlo en todo el día, da igual si compras el más caso del mundo. Te acabarás quemando igual.