Lily Phillips, la mujer que se ha acostado con 100 hombres en un día, cuenta en el documental sobre su hazaña que todos los participantes debían entregar pruebas de ETS negativas. Esto, supuestamente, debería darle algo de tranquilidad a la hora de tener sexo con un centenar de desconocidos. Sin embargo, ella misma reconoce algunas de las lagunas de este requisito.
En el vídeo señala que no puede saber si alguno de ellos “se acostó con 10 mujeres después de hacerse el test”. Es totalmente cierto. Se trata de uno de los motivos por los que las pruebas de ETS que le entregaron podrían no ser válidos. Pero no es el único motivo.
Lily Phillips no estableció un protocolo en el que se tuviese en cuenta la realización correcta de las pruebas de ETS y cometió varios errores. Por eso, puesto que parece estar decidida a subir la apuesta y acostarse con 1.000 hombres en febrero, todo esto es lo que debería tener en cuenta.
¿En qué casos se hacen las pruebas de ETS?
En realidad, lo que detectan las pruebas de ETS no son las enfermedades, sino las infecciones de transmisión sexual (ITS). Esto significa que detectan si se ha producido la infección con algún patógeno de los que se transmiten durante el sexo. Incluso si la persona en cuestión no tiene síntomas ni ninguna manifestación de enfermedad.
Dicho esto, podemos seguir hablando de pruebas de ETS, pues es el nombre que se les da normalmente. Hay muchos motivos para llevarlas a cabo. Algunas personas se los hacen rutinariamente, sobre todo cuando suelen tener muchas parejas sexuales. También algunos especialistas médicos pueden solicitarlo si lo ven necesario. Pero, sobre todo, hay dos motivos muy específicos por los que a veces ser lleva a cabo un test de ETS. El primero es conocer que se ha teniendo una conducta de riesgo y el segundo querer comprobar que estamos limpios antes de tener sexo sin protección con una pareja estable.
No es el caso de Lily Phillips y por eso puede que haya pasado por alto los factores más importantes.
En primer lugar, lo ideal es repetir el test de ETS dos veces o, al menos, dejar que pase un tiempo antes de realizarlo. Esto se debe a que existen muchas infecciones de este tipo que tienen un tiempo de incubación muy amplio, en el que podrían dar falsos negativos.
Por ejemplo, en el caso del VIH, las pruebas más avanzadas, conocidas como pruebas de cuarta generación, deben hacerse 6 semanas después de la conducta de riesgo. Si son pruebas más antiguas, serían necesarias 12 semanas.
Supongamos ahora que uno de los hombres que se acostó con Lily Phillips lo hizo con otra personas sin preservativo y sin saber si podría tener una ITS. Si se hizo el test dos semanas después, nadie puede acreditar que no estuviese incubando la infección y que en el momento de acostarse con Lily ya sí contagiase.
Por otro lado, lo ideal es practicar la abstinencia desde que se realiza la prueba o, como mucho, hacerlo con protección. Si se tiene sexo de nuevo, puede producirse una infección posterior. Esto no es un problema para quienes se encuentran en una relación estable y monógama. Sin embargo, en casos como el de Lily Phillips sí debe tenerse en cuenta.
Otros riesgos corridos por Lily Phillips
Lilly Phillips pidió pruebas de ETS a todos los hombres con los que acordó inicialmente un encuentro sexual para su reto. Sin embargo, en el documental se cuenta que algunos no pudieron acudir y enviaron a un amigo a última hora. Lo más probable es que esos amigos no tuviesen tiempo a hacerse ningún test. Incluso si se lo hubiesen hecho a última hora, no serviría de nada si hubiesen tenido conductas de riesgo previas.
Por todo esto, antes de acostarse con 1.000 hombres Lily Phillips debería establecer unas normas, como la realización de 2 test con 12 semanas de separación. El problema es que eso sí se puede certificar, pero la ausencia de conductas de riesgo entre test y test y entre la última prueba y el sexo con ella son imposibles de demostrar. Solo basta con la palabra de esos hombres. Y, por probabilidad, entre 1.000 hombres sería muy sencillo encontrar a un mentiroso.