Desde hace unos días, en mi mesa yace una máquina valorada en casi 15.000 euros. Es el nuevo Mac Studio con chip M3 Ultra de 32 núcleos, 512 GB de memoria unificada (RAM, para los amigos) y 8 TB de almacenamiento interno. 14.674 euros, si queréis la cifra exacta del configurador de Apple.

Más de uno se llevará las manos a la cabeza al leer esa cifra. Y es normal. Pero este no es un equipo para el gran público. El Mac Studio fue concebido pensando en entornos profesionales muy exigentes. Y, dentro de ese segmento, esta configuración apunta a lo más alto de la pirámide: los que necesitan, literalmente, el Mac más potente de la historia.

Lo sorprendente, en cualquier caso, no es el precio de este Mac Studio que me acompaña –el habitual en este tipo de ordenadores–. Es todo lo demás. Es decir: el rendimiento que puede llegar a entregar y, sobre todo, la forma en la que lo hace. Porque sí, es un equipo extremadamente potente. Pero lo que te vuela la cabeza es cómo entrega ese gran rendimiento manteniendo el silencio absoluto y, sobre todo, con un tamaño tan reducido. Cabe, literalmente, en uno de los cajones de mi escritorio –y con holgura–. Pero no es ahí donde lo he colocado, evidentemente. El Mac Studio está hecho para ser visto. Su chasis de aluminio unibody, perfectamente simétrico y en el que cada elemento ha sido colocado al milímetro encaja a la perfección con cualquier setup profesional. Da gusto tenerlo a la vista.

La situación contrasta con las clásicas workstations con las que este Mac ha de competir. Dichos equipos suelen estar construidos en plástico, dejan a un lado la estética, ocupan mucho más espacio y sus sistemas de refrigeración se activan con frecuencia –además de ser bastante audibles–. Esto, por cierto, lo digo con conocimiento de causa. En casa tenemos equipos de este tipo debido a la profesión de mi pareja. Y qué horror. El contraste es brutal cuando observo mi setup, gobernado durante estos días por el fantástico Mac Studio, y, acto seguido, lo comparo con el suyo, a escasos centímetros.

Todo esto, en cualquier caso, resulta importante, mas no es vital. Quien busca un Mac Studio demanda, sobre todo, un alto nivel de rendimiento. ¿Y cómo es esta nueva versión en ese sentido?

Mac Studio con M3 UltraMac Studio con M3 Ultra

El rendimiento del Mac Studio

Resulta muy difícil cuantificar cuán potente es una máquina como el Mac Studio. Estos equipos están pensados para entornos profesionales sumamente complejos en los que la optimización del software o la labor a desarrollar, por citar dos variables, influyen enormemente en el resultado final. El ejemplo más sencillo de entender es el de los videojuegos. Por muy capaz que sea este Mac Studio, un PC con una GPU de última generación de Nvidia y el último chip de Intel logrará sin duda un mejor desempeño. En cambio, no necesariamente ocurre lo mismo al editar vídeo.

La mejor forma de homogeneizar estas pruebas es mediante benchmarks, pero incluso estos tienen sesgos en sus diferentes tests. Por lo tanto, resulta clave tomar con pinzas los números expuestos más adelante.

Dicho de otro modo: que el Mac Studio obtenga un resultado un 50% superior en Geekbench no significa que su CPU sea un 50% superior en todas las tareas. En algunas será mayor el porcentaje, mientras que en otras será menor. De igual forma, si la GPU es inferior en estos benchmarks a algún modelo reciente de Nvidia, no necesariamente ha de serlo en todos los ámbitos. Es posible que sea fantástica para renderizar vídeo pero no tanto al ejecutar videojuegos. Y los benchmarks, si bien nivelan el terreno de juego, no cuentan esta historia.

Mac Studio con M3 UltraMac Studio con M3 Ultra

¿Qué especificaciones tiene el Mac Studio que he probado?

La unidad que Apple ha enviado para este análisis es la más avanzada –salvo por el almacenamiento interno–. Como decía líneas más arriba, su coste se acerca a los 15.000 euros y tiene los siguientes elementos:

  • M3 Ultra con CPU de 32 núcleos, GPU de 80 núcleos y Neural Engine de 32 núcleos.
  • 512 GB de memoria unificada.
  • 8 TB de almacenamiento interno SSD.
  • Dos puertos Thunderbolt 5 delanteros, cuatro puertos Thunderbolt 5 traseros, dos puertos USB-A, conector HDMI, puerto Ethernet de 10 Gbps y toma para auriculares de alta impedancia.
  • Wi-Fi 6E, Bluetooth 5.3 y lector de tarjetas SDXC.
Mac Studio con M3 UltraMac Studio con M3 Ultra

Un rendimiento espectacular

Al Mac Studio con el chip M3 Ultra le puedes “echar” todo lo que quieras. Y su rendimiento te volará la cabeza siempre. Premiere Pro, After Effects, Maya… He sido incapaz de poner la máquina contra las cuerdas. Incluso ejecutando varias de estas tareas tan exigentes en simultáneo.

El grueso del tiempo, además, el ventilador permanecía inaudible. En algunos casos entraba en funcionamiento, pero con un sonido tan sutil que no llega a ser molesto. Esto no es magia; es el fruto del trabajo que Apple lleva haciendo años alrededor de la optimización, la eficiencia energética e incluso la forma de los ventiladores (para hacer que estos suenen menos).

El equipo, además, tiene 6 puertos Thunderbolt 5 con una tasa de transferencia de 120 Gbps que, por un lado, permiten conectar accesorios externos que requieran un ancho de banda inmenso o, si lo prefieres, hasta cinco monitores externos (cuatro 6K a 60 Hz y uno 4K a 144 Hz).

En el ámbito de la conectividad, lo único que llama la atención es la ausencia de Wi-Fi 7, una conectividad que sí se oferta en algunos productos de la marca como el iPhone 16 Pro. No es una carencia crucial, pero sí sorprende que un equipo de estas características no monte un módem compatible con dicho estándar.

Mac Studio con M3 UltraMac Studio con M3 Ultra

Sí se vende un Mac Studio con M4 Max, ¿por qué no existe uno con M4 Ultra y, en su lugar, se vende uno con M3 Ultra?

Esta es la pregunta del millón. Y Apple no ha dado detalles concretos más allá de reconocer que no todas las series M tendrán un modelo Ultra. Una respuesta insuficiente, evidentemente.

El M3 Ultra es, simplificando, la fusión de dos M3 Max en un mismo chip. Si comparas las especificaciones, una por una, verás cómo este chip tiene el doble de núcleos de CPU, de GPU, de Neural Engine, etc. Esta táctica no es nueva. La marca lleva años aplicándola en los procesadores de la serie Ultra e incluso desarrolló una tecnología específica para llevar a cabo esta “fusión” de SoCs.

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