Frank Cuesta ha confesado hoy que todo lo que hemos visto sobre él desde 2010 no era más que un personaje inventado. No es veterinario, mucho menos experto en reptiles, compraba los animales que supuestamente rescataba y mentía sobre su vida personal. Ni siquiera tiene cáncer, como nos había hecho creer en los últimos años. Se ha quitado la máscara, pero la realidad es que hace muchos años que los expertos en herpetología (la ciencia que estudia los reptiles), ecología y otras ramas de la biología venían avisando de sus mentiras.
Ataques falsos de serpiente, animales rescatados en Tailandia que realmente viven solo en el continente americano, especies con claras señas de vivir en cautividad a pesar de que él las mostraba libres en su santuario… Son muchas las mentiras que se señalaban en todo tipo de foros y blogs. Incluso algunos expertos se lanzaron a poner este problema en conocimiento de los medios de comunicación. No obstante, en todo momento Frank Cuesta intentó acallar estas voces. Aseguraba que eran ataques personales e intentaba que se borrasen las publicaciones. Poco a poco fue construyendo ese personaje, unas veces salvador y otras mártir, pero siempre preocupado por la fauna salvaje.
Ahora sabemos que todo era mentira y que deberíamos haber tomado más en serio a quienes venían avisándolo. Porque no fueron ni uno ni dos ni tres quienes hicieron por sacarle los colores. Vamos a ver algunos ejemplos.
El falso ataque de una pitón
Uno de los primeros momentos en los que los expertos vieron que Frank Cuesta, entonces Frank de la Jungla, no era trigo limpio fue en 2010, con su programa recién estrenado. Un encuentro repentino con una pitón casi le cuesta la vida. O al menos eso dijo él. El animal se enroscó a través de sus piernas y llegó a su cuello, donde apretó para intentar asfixiarlo. Fueron los miembros de su equipo los que lograron rescatarlo. O eso nos hizo creer. La realidad es que todo fue un montaje. Ahora lo sabemos, por supuesto, pero ya se intuía entonces.
Uno de los primeros en dar la voz de alarma al respecto fue el psicólogo experto en comportamiento animal Nacho Sierra. Él explicó que declaraciones a varios medios de comunicación, como eldiario.es, que había varias señales de que todo estaba preparado. Por ejemplo, la serpiente que aparece en escena es una pitón molurus (Python molurus). Según el experto, es un animal bastante manso. De hecho, por ese motivo suele usarse en espectáculos. Rara vez atacan a los humanos y, si lo intentan por hambre extrema, se necesitaría un animal de unos 8 metros para que fuese tan difícil escapar como parece en el vídeo. La que atacó a Frank Cuesta no parecía tener más de 2 metros.
Además, Sierra señala que el animal no muerde al supuesto herpetólogo. Solo aprieta y eso es poco habitual, ya que si estos animales atacan es para comer, de modo que no asfixian por asfixiar. También muerden.


Seguimos con los ataques de serpientes
Solo un año después, se hizo viral el ataque de una víbora de Russell (Daboia russelii). En los foros de expertos en reptiles, muchos criticaron lo que aparecía en el vídeo, pues era una sarta de mentiras. Sobre todo, el hecho de que el pie se le necrosa segundos después de la mordedura, a pesar de que la inflamación por una picadura de serpiente suele tardar entre media y una hora. La necrosis, por supuesto, tarda aún más.
Por otro lado, en esos foros se criticó la forma en la que el propio Frank Cuesta se trató la mordedura, sin ir a un hospital, cortando la piel con un cuchillo e inyectándose el antídoto que, ¿afortunadamente?, llevaba consigo. Esto, según señalaron muchos expertos, podría ser peligroso para quienes consideren que esa es la forma correcta de actuar.
Pero aquí, además, entra en juego de nuevo Nacho Sierra, ya que en un artículo para El Confidencial señaló que, tras consultar con dos colegas herpetólogos, comprobó que la herida resultante no era igual que la que hacen ese tipo de víboras. Parecía más bien maquillaje propio de una escena de cine.
Hablando de cine… La tigresa alquilada de Frank Cuesta
En la misma noticia de El Confidencial, el responsable de la principal compañía proveedora de animales para el cine, Fernando Peralta, declaró que Frank Cuesta le pidió a una de sus tigresas, pero la mostró en la pantalla como un animal salvaje. La noticia se publicó en 2019.


De la jaula y el terrario al “santuario” de Frank Cuesta
El propio Peralta señaló también que en algunas imágenes del programa de Frank Cuesta se veían claras muestras de que sus animales no vivían libres en el santuario, sino en cautividad. Mencionó, por ejemplo, el caso de un búho con las puntas de las alas deshilachadas, posiblemente por revolotear dentro de una jaula.
En foros de la época también se pueden leer publicaciones de personas que percibieron en algunos de sus reptiles las muestras de vivir normalmente en un terrario.
Un descubrimiento inexistente
En 2014, Frank Cuesta anunció que había descubierto una nueva especie de rana en Birmania. La más pequeña del mundo. Desde el minuto uno, muchos expertos advirtieron que, mientras no hiciese una publicación en la que describiese la especie, la declaración no podía tomarse por cierta. Más tarde, muchos de esos expertos declararon que lo que mostraba en las imágenes tenía toda la pinta de ser una cría de sapo. Nunca llegó a publicar nada.
¿Cocodrilo o caimán?
En 2011, en un blog sobre reptiles, se publicó un ejemplo que también llamó la atención de muchos expertos herpetólogos. Y es que Frank Cuesta grabó cómo rescataba en plena naturaleza a un cocodrilo de Siam (Crocodylus siamensis). Lo hizo en un parque nacional de Tailandia, donde normalmente se encuentran estos animales.
El problema es que el reptil en cuestión era un caimán de anteojos (Caiman crocodilus), natural de las ciénagas de América Central y del Sur. Era imposible que lo hubiese encontrado en la naturaleza.


Estos son solo unos pocos de los muchos ejemplos que se publicaron en su día. Muchas de aquellas publicaciones se borraron, bien por disputas con Frank Cuesta o bien por desuso de las webs en las que podían leerse. No olvidemos que la época dorada de los foros y los blogs pasó hace varios años.
Esto es lo que hemos podido encontrar hoy. Algunas de las publicaciones tienen 15 años, pero ha sido necesario que el propio Frank Cuesta reconozca todas sus mentiras para que terminemos de creerlo. Quizás, para la próxima, deberíamos tener más en cuenta a los expertos.