1875. El ingeniero británico sir Alexander Cunningham se encuentra excavando en un yacimiento de la provincia pakistaní de Punyaba cuando él y su equipo encuentran algo curioso. Ua trozo de cerámica con un toro junto a dos estrellas, encabezado por seis símbolos, aparentemente procedentes de un idioma desconocido. 150 años después, un ministro hindú ha ofrecido una recompensa de 1 millón de dólares para quien logre descifrar el código de aquella tablilla. Porque no, nadie ha conseguido descifrar lo que más tarde se bautizó como guion del valle del Indo. 

Aquel trozo de cerámica fue el primero de alrededor de 4.000 piezas en la que se encuentra aparentemente la misma escritura. Parece propia de una civilización del indo conocida como Harappan. Esta vivió hace 5.300 años en lo que hoy es el noroeste de la India y Pakistán. Se considera una de las sociedades más antiguas del mundo y también las más enigmáticas, pues no se sabe nada de ella. Ni cómo vivieron ni cómo desaparecieron.

La información de la que disponemos de otras civilizaciones procede en parte de los escritos que, de un modo u otro, fueron dejando a su paso. Sin embargo, al no poder descifrar el guion del valle del Indo, nadie sabe qué ocurría en las sociedades de Harappan. Por eso, el ministro M.K. Stalin, del estado de Tamil Nadu, ha ofrecido esa suculenta recompensa a la persona que logre descifrar sus misterios. Muchos científicos e instituciones lo han intentado, sobre todo a través de la inteligencia artificial. Pero este es un gran ejemplo de que la inteligencia artificial no lo puede todo. Quizás, un humano deseoso de hacerse millonario derroche más ingenio que el más poderoso de los algoritmos.

¿Qué sabemos sobre el guion del valle del Indo?

Con el paso de los años, los científicos y lingüistas que han analizado el guion del valle del Indo han llegado a varias conclusiones. La primera es que sigue siempre más o menos la misma estructura. 

En el centro hay una imagen de un animal. El más habitual parece ser un unicornio alado cuyo significado se desconoce, pero  hay otros, como el toro que se encontró sir Alexander. Sobre el animal siempre hay un letrero compuesto por una cantidad de signos que puede variar, aunque de media suelen ser cinco o seis.

descifrar códigodescifrar código
Suele haber en medio una imagen de un animal. Crédito: Zunkir (Wikimedia Commons)

En los 4.000 ejemplos de esta escritura que se han encontrado se han identificado 67 signos que parecen representar el 80% de la misma. El más usado es un símbolo en forma de frasco con dos asas que, igual que el unicornio, no se ha visto en otras escrituras parecidas.

Se cree que el guion del valle del Indo podría estar relacionado con la escritura Brahmi, empleada en idiomas antiguos, como el dravidiano y el indoario. El primero era característico de las regiones del extremo meridional del subcontinente indio y el segundo de algunas civilizaciones antiguas indoeuropeas.

También se ha relacionado este guion con el sumerio y, en algunos casos, se ha hipotetizado que podría estar compuesto únicamente por símbolos políticos y religiosos. De todos modos, esta última es la hipótesis menos aceptada, ya que la mayoría de ejemplos de esta escritura se han encontrado en sellos de piedra que aparentemente se utilizaban para el comercio. Posiblemente fuese más bien un idioma para los negocios. O quizás para la vida en general, pero no únicamente para la religión. 

No es la primera vez

El guion del valle del Indo es muy misterioso porque se asocia a una civlización de la que no se sabe absolutamente nada. Sin embargo, hay otros casos parecidos

unicorniounicornio
El unicornio alado es el animal más común. Crédito: Kharmeder (Wikimedia Commons)

Por ejemplo, hay tipos de escritura que se conocen, pero tienen un lenguaje subyacente desconocido. Es, por ejemplo, el caso del proto-elamite, de Irán, o el etrusco, de Italia. En el otro lado nos encontramos lenguajes conocidos con símbolos desconocidos, como el rongorongo de la Isla de Pascua o el zapotec mexicano. 

Incluso hay documentos concretos que, aun estando en un idioma conocido, no se han podido descifrar hasta que alguien ha ofrecido una recompensa similar a la del ministro indio. 

Es el caso del conocido como desafío del Vesubio. Este se puso en marcha en 2023 para buscar a alguien capaz de descifrar unos pergaminos encontrados en la Villa Papir de Herculano. Está en latín, por lo cual el idioma es más que conocido. Sin embargo, los pergaminos carbonizados son imposibles de leer. O eso se creía. Solo un año después de que se ofreciese una recompensa de 700.000 dólares a quien lo descifrase, tres jóvenes investigadores de la Universidad de Kentucky dieron la respuesta.

Utilizaron inteligencia artificial para desenrollar virtualmente el pergamino y rellenar los huecos que la lava del Vesubio había carbonizado. Para ello, usaron una técnica de microtomografía computarizada de rayos X, con la que reprodujeron la estructura interna del rollo y reconocieron las zonas de tinta. Después, la inteligencia artificial buscó pequeñas diferencias de densidad dentro de la imagen y las sacó a la luz, permitiendo la lectura. En resumen, ya no había tinta, pero la inteligencia artificial detectó exactamente dónde estuvo en su momento.

El texto era un relato filosófico sobre los placeres de comer. ¿Pondrá algo similar en alguna de las tablillas del guion del valle del Indo? Quizás, con suerte, encontremos a la persona ganadora que nos lo descifre. 

Ver fuente