Suele decirse que los coreanos y las coreanas son las personas con la mejor piel del mundo. No es para menos. Resulta muy difícil adivinar la edad de cualquiera de ellos. Normalmente solemos quedarnos cortos vaticinando. Es precisamente por eso por lo que se ha hecho tan famosa su rutina de skincare de 10 pasos, traspasando sus fronteras y formando parte del día a día de muchísimas personas en todo el mundo. Pero eso no es todo, pues en Corea del Sur también son demasiado comunes las clínicas de estética clandestinas en las que coreanos y turistas pueden hacerse todo tipo de tratamientos.
En 2015 el gobierno surcoreano anunció que tomaría medidas al respecto, pero basta con ver las publicaciones de Instagram del futbolista colombiano James Rodríguez para comprobar que no fueron suficientes. En una serie de stories, el centrocampista mostró algunas fotografías en las que se ve cómo le sacan sangre y luego se la vuelven a transferir. Según él, previamente la oxigenan, para mejorar así el aspecto de su piel. Supuestamente, le han realizado algo conocido como aféresis oxidativa, pero la realidad es que no hay ningún tratamiento que tenga ese nombre exacto.
Posiblemente se haya sometido a una transfusión de plasma rico en plaquetas. Este sí es un tratamiento bastante común en medicina estética, que incluso goza de cierta evidencia científica. Sin embargo, el problema viene cuando se lleva a cabo en clínicas de estética clandestinas. Además, resulta bastante inverosímil. Alguien con el dinero de James Rodríguez podría haberse hecho este tratamiento en España o en cualquier otro país en el que se lleva a cabo de forma legal. En España, por ejemplo, se realiza por unos 200 euros, sin necesidad de clandestinidad. Corea del Sur tiene una merecidísima fama en todo lo que concierne al skincare, pero en este caso es un error recurrir a sus técnicas.
¿Qué se ha hecho James Rodríguez en la cara?
En una publicación de X en la que un usuario comparte algunas de la stories de James Rodríguez, otra usuaria pregunta a Grok qué es lo que ocurre en la foto y quién sale en ella. Tras hablar brevemente sobre la carrera del futbolista, señala que, en su Instagram, dijo que se había sometido a una aféresis oxidativa. Por lo tanto, toda la información que hemos encontrado para el artículo sobre el nombre del tratamiento procede de una IA. Debemos recordar que una IA no sabe decir “no sé”. Ante la falta de información, se la inventa, por lo que no podemos estar seguros. Aunque sí es posible que se haya realizado una aféresis.
Y es que este nombre se le da al proceso por el cual se separan los componentes de la sangre, normalmente por centrifugación. Esta es una máquina que gira, sometiendo la sangre a una fuerza centrífuga, que ayuda a separar las células sanguíneas del plasma y los componentes solubles.
Las distintas células de la sangre se separan por su gravedad específica, por lo que puede ser muy útil para tratar a pacientes con enfermedades que causen un deterioro en sus propias células. También se lleva a cabo la aféresis para obtener plasma para donar. O incluso para limpiar la sangre de componentes dañinos. Esto último, por ejemplo, se puede hacer en personas con enfermedades autoinmunes graves. Su sangre se limpia de esos autoanticuerpos que atacan a células propias, disminuyendo así los síntomas.
Dentro de la aféresis nos encontramos también los tratamientos con plasma rico en plaquetas. Es un procedimiento que se lleva usando 40 años, aunque sobre todo se hizo famoso hace 15. La mayoría de estudios apuntan a su eficacia para el tratamiento de lesiones musculares y osteoartritis, pero también se conocen otras aplicaciones, como las relacionadas con la estética. Es uno de los tratamientos favoritos tanto de clínicas de estética clandestinas como legales. ¿Pero en qué consiste básicamente?
Más plaquetas para tener más colágeno
Para llevar a cabo este tratamiento se extrae una pequeña cantidad de sangre del paciente. A veces basta con solo 20 ml. Esta sangre se centrifuga para obtener por un lado el plasma y por otro las células. Pero solo interesa un tipo de célula sanguínea: las plaquetas. Por eso, se prepara una inyección con plasma rico en plaquetas del propio paciente. Lo único externo que se añade es una sustancia que promueve la activación de los factores de crecimiento que ya van asociados a las plaquetas.
Una vez lista esta mezcla, se inyecta al paciente en la zona que se desee tratar. Los factores de crecimiento promueven que proliferen nuevos vasos sanguíneos en la zona. Eso permite que lleguen más nutrientes hasta ella y, por lo tanto, que crezcan nuevas células.
Inicialmente se vio que esto era muy útil en la osteoartritis, ya que se regeneran los tejidos dañados. Pero con el tiempo se ha observado que también es beneficioso para la piel; ya que, por ejemplo, ayuda a reponer las células productoras de colágeno. A más colágeno, una piel más tersa. Los estudios sobre este tema reclaman una mejor estandarización de los procedimientos, pero reconocen que el aumento de los niveles de colágeno es real. Parece que sí funciona.
Entonces, ¿por qué recurrió James Rodríguez a las clínicas de estética clandestinas?
No sabemos qué pasó por la cabeza de James Rodríguez para tomar esta decisión. A veces, nos convencen de que las clínicas de estética clandestinas llevan a cabo procedimientos más exclusivos, pero este no es el caso. También es posible que lo hiciesen por menos precio, pero tampoco es que sea especialmente caro para el bolsillo de un futbolista famoso.
No tenemos ni idea de por qué lo hizo, pero sí sabemos que las clínicas de estética clandestinas pueden ser muy peligrosas. Se suele alertar que, si estos procedimientos no se llevan a cabo correctamente, pueden darse varios problemas, incluyendo infecciones potencialmente graves.
Por eso, si quieres ir a Corea del Sur a arrasar con sus productos de skincare, adelante. No sabemos si te funcionarán todos, pero daño, en principio, no te harán. Ahora bien, si tu idea es ir a alguna de sus clínicas de estética clandestinas, piénsatelo dos veces. Por mucho que lo haya hecho James Rodríguez, es una malísima idea.