El submarino amarillo más importante de la historia de Reino Unido es el de The Beatles. Después, le sigue en importancia el Boaty McBoatface, un submarino robótico desarrollado por el Centro Nacional de Oceanografía de dicho país en 2018. Su objetivo no es otro que investigar las profundidades acuáticas con cámaras de última generación, capaces de llegar a lugares recónditos. Su primer viaje lo hizo bajo la plataforma de hielo de Filchner, en la Antártida. Sin embargo, después, los científicos responsables del proyecto se han ido acercando a su tierra. Su última expedición la han realizado en Escocia. Concretamente en las profundidades del lago Ness, donde se han encontrado una curiosa sorpresa.
Una cámara que no esperaban encontrar allí se enganchó en las hélices del submarino y volvió a la superficie con él. Los científicos vieron que era una cámara trampa que aparentaba décadas de antigüedad. Inicialmente el hallazgo fue un misterio, pero no tardaron en descubrir que se trata de una cámara colocada en 1970 por el profesor Roy Mackal, de la Oficina de Investigación del Lago Ness y la Universidad de Chicago.
El objetivo de aquel científico era discernir el origen de las leyendas del monstruo del lago Ness. Lejos de pensar que Nessie sea de verdad un dragón o bestia prehistórica, muchos científicos a lo largo de la historia han barajado la hipótesis de que se tratase de alguna criatura marina menos fantástica o incluso un efecto óptico causado por burbujas procedentes de volcanes subacuáticos. Otros tenían teorías bastante más extravagantes y pseudocientíficas. Es el caso del propio Mackal, quien decidió colocar varias cámaras trampa para averiguar por fin qué había ahí abajo. Por algún motivo, esta nunca fue recogida y ha permanecido 55 años bajo el agua. ¿Lo más curioso? Se encuentra intacta y se han podido recuperar las imágenes que tomó.
En busca del monstruo del lago Ness
Roy Mackal fue un biólogo de la Universidad de Chicago, muy conocido en el campo de la criptozoología. Esta es una pseudociencia que estudia el origen de animales legendarios cuya existencia está más que cuestionada.
Lógicamente, tenía muchísimo interés en la figura del monstruo del lago Ness. Por eso, en 1965 viajó desde Estados Unidos hacia las Tierras Altas de Escocia, donde se reunió con varios miembros de la Oficina de Investigación de Fenómenos del Lago Ness. Su trabajo le sedujo tanto que lo dejó todo y se mudó hasta allí para dirigir el proyecto.


Llevó a cabo todo tipo de tareas, desde colocar cámaras trampa en varios puntos del lago Ness hasta diseñar un arpón que, acoplado a un submarino, se encargaría de tomar muestras de tejido de los animales misteriosos que encontrase. También utilizó un sonar para interceptar a la criatura. Pero nunca logró dar con ella.
Sus hipótesis fueron variando a lo largo de los años. En un principio pensaba que se trataría de algún tipo de anfibio de gran tamaño, aún por descubrir. Más tarde, cambió su hipótesis hacia una especie de ballenas extintas hace millones de años.
Mackal murió en 2013 sin la más mínima información sobre el monstruo del lago Ness, ni ninguno de los animales legendarios a cuya investigación dedicó su vida.
Una cámara se le perdió
Cuando Boaty McBoatface se topó con la cámara, los científicos del proyecto se pusieron en contacto con Adrian Shine, una de las personas que trabajaron con Mackal en la colocaicón de las cámaras en 1970. Este confirmó que, efectivamente, es una de las 6 que se instalaron en el lago Ness.
Resulta increíble que después de 50 años y ubicada a una profundidad de 180 metros estuviese casi intacta. Ha sido posible gracias a que la cámara Instamatic estaba dentro de un cubo que la mantenía a salvo de las inclemencias del fondo subacuático.
La cámara estaba automatizada para tomar cuatro disparos cuando se activase el cebo. Algo lo activó, pues se realizaron las cuatro fotos. Sin embargo, Nessie no aparece en ninguna de ellas. Tampoco ninguna criatura legendaria o conocida. En las fotografías solo se ve agua.


La trampa no ha logrado desentrañar el misterio del lago Ness, pero sí que ha mostrado ser una maravilla de la ingeniería. Los propios científicos de la Oficina Nacional Oceánica han reconocido que es cámara podría haber sido fabricada perfectamente por uno de sus ingenieros en la actualidad.
Desde luego, Roy Mackal se pasaba de imaginativo, pero sus métodos eran bastante buenos.