Que un medicamento se venda sin receta médica no quiere decir que podamos tomarlo como si fuesen caramelos. Estos medicamentos también tienen una dosis diaria y, normalmente, una cantidad máxima de días para tomarlos de forma continuada. Si después no remiten los síntomas, se debe consultar a un médico, no seguir tomándolos sin más. Y es que muchas veces pueden producirse efectos secundarios graves o incluso adicción. De hecho, hay personas que son adictas a fármacos como el famoso Respibien y ni siquiera lo saben.
Este es un medicamento cuyo principio activo es la oximetazolina, una sustancia que causa la constricción local de los vasos sanguíneos de la nariz, disminuyendo la congestión. En el prospecto se deja muy claro que no se debe tomar durante más de cinco días. Sin embargo, hay personas que viven enganchadas al Respibien y lo usan cada vez que sienten una mínima congestión.
El divulgador científico Álvaro Carmona publicó el año pasado un vídeo en el que recomendaba el uso de agua de mar (la que se vende en farmacias, no eches a correr hacia la playa) y un corticoide para combatir la congestión y la inflamación acumulada por el uso excesivo de Respibien. Esto es importante. Si te das cuenta de que este fármaco forma parte de tu rutina, deberías empezar a sacarlo de ella. Pero recuerda también que este no es el único medicamento sin receta que puede acabar enganchándote. Tomes lo que tomes, no olvides leer el prospecto y seguir sus directrices. Puede ser un fastidio volver a doblarlo para introducirlo en la caja. Si no puedes no lo hagas, no pasa nada, pero léelo.
Del Respibien al Fortasec
Efectivamente, el Respibien no es el único fármaco sin receta que puede causar adicción. Hay muchos; pero, por mencionar algunos ejemplos, vamos a remitirnos a un informe publicado por el Instituto Nacional de Drogas de Abuso de los Estados Unidos, en el que se hacía referencia a dos compuestos: la loperamida y el dextrometorfano (DXM). Podríamos pensar que estos son fármacos que solo se consumen sin receta en Estados Unidos. Sin embargo, si en vez del principio activo nos fijamos en el nombre comercial, veremos que sí que podemos adquirirlos libremente en las farmacias.
La loperamida es un fármaco antidiarreico que en España conocemos mejor como Fortasec. A las cantidades recomendadas para detener la diarrea es totalmente seguro. Sin embargo, a dosis más elevadas puede ser mortal, ya que causa problemas cardíacos y respiratorios. Esto se sabe bien porque se han documentado bastantes casos, precisamente porque hay muchas personas adictas. Hay quien los toma simplemente porque a dosis altas sienten una sensación de euforia. Sin adicciones previas. En otros casos lo toman para intentar contrarrestar la adicción a los opioides. Sea como sea, si se consume demasiada loperamida se genera adicción, de modo que se toma cada vez más, llegando a poder producirse la muerte.
En el caso del DXM, en España tiene muchos nombres comerciales, dependiendo de la compañía farmacéutica que lo suministre. Igual que el Fortasec. En este caso, uno de sus nombres más conocidos es el de Cinfatos. Es un fármaco antitusígeno que se puede adquirir en las farmacias sin receta.
Es bien sabido que los medicamentos con codeína, que también es antitusígena, pueden generar adicción, ya que es un opioide. Sin embargo, se trata de un fármaco que en España se vende con receta, por lo que es más difícil de adquirir. El problema es que el DXM sí se puede comprar sin problema y también genera adicción. Igual que con el Respibien, hay personas que llegan a ser adictas sin darse cuenta. Sienten que no dejarán de toser si no lo toman y acaban desarrollando tolerancia (su cuerpo ya no nota los efectos) y adicción.


En serio, lee el prospecto de los medicamentos sin receta
Además de la posibilidad de adicción, los medicamentos sin receta pueden interaccionar con otros medicamentos o incluso alimentos. Por ejemplo, el Respibien no se debe mezclar con algunos antidepresivos. Hoy en día muchísimas personas toman estos psicófármacos, pero no por ello dejan de tomar el Respibien, básicamente porque, al ser sin receta, ni siquiera leen el prospecto. Debemos revisarlo siempre para asegurarnos de que tomamos los medicamentos correctamente. Si no, sus efectos pueden ser contraproducentes.