El estreno de Daredevil: Born Again era un punto marcado en rojo (nunca mejor dicho) en el calendario de los fans del Universo Cinematográfico de Marvel. Siete años después de la dolorosa cancelación de la serie original de Netflix, la compañía recupera al Hombre Sin Miedo para un nuevo título propio en Disney+. El proyecto ha pasado por todo tipo de penurias, incluyendo rescrituras totales y despidos masivos para intentar encontrar el tono adecuado que haga justicia con el abogado de la cocina del infierno. Por fin, tras una larga espera, sus dos primeros episodios ya se han estrenado.
La historia de Daredevil: Born Again devuelve al UCM a las calles de Nueva York. Allí, Matt Murdock, junto a Foggy Nelson y Karen Page, lucha contra las injusticias en su bufete de abogados a la vez que se opone al mal a base de golpes entre callejones con su traje de diablo. Por su parte, el antiguo jefe de la mafia Wilson Fisk emprende su propia carrera política en Nueva York. Cuando sus identidades pasadas empiezan a salir a la luz, ambos se verán abocados a un enfrentamiento inevitable.


Daredevil: Born Again
El Hombre sin Miedo regresa siete años después con una nueva serie que es heredera directa de aquella. Daredevil: Born Again se aferra al espíritu de su predecesora, introduciendo cambios menores pero con un gran vuelco en la historia que le permite mirar hacia un futuro muy prometedor. Acción, sangre, violencia y tensión entran en juego a lo largo de nuevo frenéticos episodios muy entretenidos. Es la mejor serie de Marvel hasta la fecha.
Honrar el pasado
Nada más comenzar, Daredevil: Born Again demuestra lo que es. Puede que la serie no sea técnicamente la misma, pero su espíritu permanece intacto. El sentimiento al verla es la de estar presenciando una tardía temporada 4. Era uno de los grandes miedos de los fans, que no sabían exactamente qué se iban a encontrar. Por fortuna, desde Marvel han optado por mantener las cosas tal y como estaban. Si algo funciona, no lo toques, dice la sabiduría popular.
Es muy interesante descubrir en qué punto se encuentra cada personaje. Han pasado varios años desde la temporada 3. Y gracias a esto, Marvel ha tenido mucha flexibilidad a la hora de abordar Daredevil: Born Again. Pese a las restricciones narrativas de tener que jugar en un universo ya creado, han podido poner las piezas en el tablero como mejor les convenía. A partir de ahí, solo había que seguir las reglas de la serie original y dejarse llevar.


Un tono oscuro, una acción brutal, violenta y explícita, personajes -héroes o villanos- llenos de matices y clarosucuros… Daredevil: Born Again honra su pasado manteniendo inalterados los ingredientes que la hicieron tan querida en su momento. Los fans de la original van a estar muy satisfechos con lo que ha hecho Marvel. Hay ciertos detalles que sí que saben demasiado a fan service descarado, pero no es criticable porque en ningún caso empaña lo que se quiere contar.
Mirar al futuro
Además de encontrar la paleta de color narrativa y emocional adecuada, Daredevil: Born Again debía asumir otro riesgo. Han pasado siete largos años desde la cancelación. Y aunque aún sigue doliendo, la excusa para revivir la serie tenía que ser perfecta. No se podía lanzar a Matt a pegarse con algunos matones callejeros y sencillamente intentar frenar a Fisk por enésima vez. Eso sería aferrarse a la nostalgia sin tener nada que ofrecer. Este proyecto necesitaba un detonante que justificara su propia existencia.


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Por eso, desde el equipo han tomado una decisión arriesgadísima con la historia. Se lleva tiempo anunciando la presencia de un «gran trauma» en el comienzo de Daredevil: Born Again. Y no hay duda de que el suceso agita los propios cimientos de la serie como nunca antes había sucedido. Es un doble o nada que obliga a la historia a moverse rápidamente, a encontrar un nuevo enfoque.


Solo así, con un arranque demencial e impactante, Daredevil: Born Again tenía razón de ser para poder mirar al futuro. Hasta ahora, parecía que Matt Murdock ya había vivido todas las crisis existenciales posibles con su alterego superheroico. Tras tres temporadas, por fin estaba a gusto con quién era. El héroe de Hell’s Kitchen, el hombre anónimo que defendía al débil y castigaba al abusón. Pero esta inesperada circunstancia le pone ante un nuevo dilema.
Ahora, Matt se ve forzado a replanteárselo todo. Es una decisión radical pero inteligentísima que se va desarrollando a lo largo de toda la serie. Poco a poco, el protagonista va a tener que reflexionar y descubrir las implicaciones que acarrea ser o no ser Daredevil. La renuncia a luchar por la justicia con sus puños no entraba en su vocabulario. Pero en estos nueve episodios tendrá que redescubrir quién es él en realidad. Esa búsqueda es el verdadero leitmotiv de la serie, el tema central de Daredevil: Born Again.


Un juego de espejos
Otro de los aprendizajes que Marvel ha aplicado a la serie es que no puede haber héroe sin villano. Por ello, para Daredevil: Born Again era imprescindible contar con el Wilson Fisk de Vincent D’Onofrio. El actor también regresa en un papel casi tan protagónico como el de Charlie Cox. Y al igual que Matt Murdock, este Kingpin debe aprender a vivir bajo un nuevo contexto que le niega su propia naturaleza: ahora es alcalde de Nueva York.
Daredevil y Fisk deben salir de las sombras, actuar a plena luz del día, para conseguir sus objetivos. La serie plantea así un juego de iguales donde uno es reflejo del otro. Son polos opuestos, el bien y el mal encarnados. Pero los dos recorren un camino idéntico que les conduce por la incertidumbre. Con todo lo que les definía perdido en el olvido, tienen que redefinirse, reactivar su esencia en un panorama muy distinto y desagradable para ambos.


Nuevo enfoque de acción
A pesar de que Daredevil: Born Again es, a grandes rasgos, la resurrección de la serie original, no está libre de cambios. Uno de los principales se encuentra en la acción. Ingrediente vital del título de Netflix, aquí cambia ligeramente, aunque los fans pueden estar tranquilos. Por ejemplo, estos nuevos episodios vuelven a contar con un espectacular plano secuencia, santo y seña de las tres entregas anteriores. Pero ahora, por lo general las coreografías no son tan sucias y descarnadas. Hay un componente mas comiquero, que apuesta más por las acrobacias y por un mayor sentido de espectacularidad. Por suerte, funciona.
Lo que sí es evidente es que, debido a la propia historia de Daredevil: Born Again, el número de escenas de acción se ve ligeramente reducido. Hay episodios en los que ni siquiera llega a haber una sola pelea o donde la violencia es extremadamente fugaz. Tiene sentido para la historia que se esta relatando, aunque puede que los fans lo echen en falta. Eso sí, cuando llega lo hace sin guardarse nada. Y, además, el final de la serie promete que la adrenalina y los golpes regresarán con aún más fuerza en la segunda temporada.


Tiempo de cambios
Otro de los cambios más destacables, y este es en realidad el mejor conseguido, es la naturaleza episódica de Daredevil: Born Again. Actualmente, debido al boom de la televisión, muchos estudios (Marvel incluido) presentan con demasiada frecuencia series que en realidad son historias troceadas que perfectamente podrían conformar una película. No es el caso de este proyecto. Cada capítulo cuenta su propia minihistoria dentro del contexto de la gran trama general.
Puede parecer algo básico, pero en los tiempos que corren resulta extrañamente sorprendente. Cada subtrama tiene un principio y un fin. Algunas parecerán más de relleno que otras (no por ello peores, pues todas son entretenidísimas), pero igualmente sirven para profundizar en los temas centrales de la serie. Daredevil: Born Again es, a este respecto, una serie a la antigua usanza en el mejor de los sentidos. Su único pero es que, debido a esto, varios personajes secundarios están un poco desaprovechados. De manera consciente, eso sí, pues sirve como un recordatorio más de que esto, en realidad, gira en torno a Daredevil y Kingpin.


Donde es más doloroso el cambio es en el propio guion. Las tres temporadas de Daredevil contaban con un componente reflexivo muy profundo. Matt le planteaba a los espectadores diferentes dilemas muy personales e incluso religiosos. Eso es lo que hizo que tantos fans se aficionaran y vieran en ella algo más que una simple serie de superhéroes. Ahora, en Daredevil: Born Again, esto desaparece en gran medida.
Hemos dicho que el protagonista pasa por un proceso, y es cierto. Pero el ritmo es tan elevado que apenas hay tiempo para detenerse en sentimentalismos o conversaciones con una mínima profundidad real. Ya lo habían avisado de antemano, pero aquí es donde Daredevil: Born Again sale perdiendo claramente con respecto a su predecesora. De hecho, los pocos momentos en los que se permite esa introspección son sin lugar a dudas los más brillantes de toda la serie.


En definitiva, Daredevil: Born Again es el bestial resurgir de la leyenda. Una serie de altos vuelos, con un ritmo voraz, entretenidísima y que se amolda perfectamente a la herencia de la historia anterior. Cuando cada vez más voces la dan por muerta, Marvel saca las garras firmando su serie más redonda con una primera temporada frenética y magistral. Una oda al personaje que complacerá a los fans y que deja con muchísimas ganas de más.