Si vives o has vivido con un perro es muy posible que alguna vez lo hayas visto estallar en lo que parece un episodio de locura. Tan pronto está tan tranquilo como comienza a correr en círculos, sin parar y con una explosión de energía que hace tanta gracia como asusta. No es algo raro. Estos episodios, conocidos coloquialmente como zoomies, se dan prácticamente en todos los perros y suelen ser una señal de que están sanos, aunque sí que es cierto que en algunos casos pueden requerir la visita a un especialista.
Técnicamente, este fenómeno se conoce como FRAP, por las siglas en inglés de “periodo de actividad frenética aleatoria”. Y es que justo es eso lo que ocurre. Sin motivo aparente, el perro se pone a correr como loco, con una actividad frenética que apenas suele durar unos minutos.
No está del todo claro a qué se deben los zoomies. La mayoría de expertos coinciden en que es una forma natural de liberar un exceso de energía acumulada. ¿Pero por qué se acumula tanta energía? E igualmente importante: ¿por qué todos la liberan de la mis a forma? Esto es lo que debemos saber al respecto.
Tu perro no está loco por tener zoomies
Hay varios factores en común a todos los zoomies. El primero es su brevedad, pues la mayoría no duran más de un par de minutos. También es común a todos ellos que se dan de forma aleatoria. Son muy difíciles de predecir. Ocurren en todas las razas y edades, aunque son más comunes en los perros más jóvenes. Y, por supuesto, también hay factores comunes en la postura, pues se suelen colocar en posición de juego, con el pecho bajo y las patas hacia delante. Además, jadean constantemente y mueven la cola con energía.
Todo esto es lo que nos ayuda a distinguir los zoomies de otras explosiones de actividad frenética. Ahora bien, ¿por qué ocurren y cómo debemos comportarnos?
Si es algo puntual no son malos
Los zoomies no son malos. Simplemente significan que nuestro perro tiene un exceso de energía y debe descargarlo. A menudo ocurre cuando están contentos, pero también por otros motivos. Por ejemplo, si el perro ha estado todo el día solo, sin nadie que le estimule, cuando sus amigos humanos llegan a casa puede que, en vez de salir a saludar con alegría sin más, estalle en una exhibición de zoomies. En este caso se unen su felicidad y el hecho de que han pasado mucho tiempo sin moverse y tienen mucha energía para liberar.
También puede ocurrir después de un paseo. Salir a la calle les hace felices, les da energía, pero normalmente, con la correa, no tienen muchas opciones de liberarla. Por eso, cuando vuelven a casa se suma la felicidad de regresar al hogar con la posibilidad de desfogarse.
Todas estas situaciones y otras muchas, a veces sin explicación aparente, son totalmente normales. Es muy habitual que les ocurra por la noche, pero pueden darse durante todo el día. Y, por supuesto, que liberen energía no es malo. No obstante, hay dos puntos que sí pueden ser preocupantes, por lo que debemos tenerlos en cuenta.
Por un lado, debemos prestar atención a la frecuencia. Si los zoomies ocurren con demasiada regularidad, puede ser que no estemos sabiendo estimular a nuestro perro para que libere toda su energía. Por otro lado, debemos prestar atención al lugar en el que se desencadenan los zoomies para evitar que nuestros amigos peludos sufran algún accidente.
¿Cómo debemos actuar ante los zoomies?
Puesto que ya hemos visto que los zoomies no son peligrosos, no debemos intentar cortarlos. Si gritamos o regañamos a nuestra mascota para que pare puede que esa descarga de energía se convierta en agresividad. Solo debemos prestar atención a que no se hagan daño.
Por otro lado, si vemos que ocurren con mucha frecuencia, quizás debamos hacer paseos más largos o jugar más con ellos, para que liberen esa energía poco a poco y no mediante una explosión. Si aun así siguen siendo demasiado frecuentes, sería necesario hablar con un adiestrador. También podemos consultar a nuestro veterinario. Ambos saben comprobar que todo va bien en su salud y, sobre todo, lidiar con los zoomies. De todos modos, si no ves que ocurran con demasiada frecuencia o en ocasiones raras, como cuando duermen, disfruta de la felicidad de tu perro. Es totalmente saludable.