El retraso de la nueva Siri sigue dando de qué hablar y Apple ha tomado medidas extremas para resolver los problemas que impidieron el lanzamiento de la versión mejorada del asistente virtual, impulsada por Apple Intelligence. La empresa incluso ha instruido a sus ingenieros a que hagan lo que sea necesario para llegar a una solución, lo que incluye romper una de sus reglas más estrictas al lidiar con IA de terceros.
Un explosivo reporte de The Information echa luz sobre el caos que se generó dentro de Apple durante el desarrollo, la promoción y el fallido lanzamiento de la versión renovada y más inteligente de Siri. La publicación no solo expone los presuntos fallos a nivel de gestión por parte de los líderes del proyecto, sino también la aparente desesperación por parte de la firma al publicitar funciones de IA que ni siquiera existían.
La postergación del lanzamiento de la nueva Siri hasta 2026 o 2027 ha llegado acompañada de una reestructuración de los equipos a cargo de su desarrollo. El mes pasado se decidió que la evolución del asistente virtual ya no estará bajo la óptica de John Giannandrea, el jefe de inteligencia artificial de Apple, sino que será responsabilidad de Mike Rockwell, quien comandó los esfuerzos detrás del Apple Vision Pro.
Rockwell le responderá directamente a Craig Federighi, vicepresidente de ingeniería de software de la firma de Cupertino. Federighi quiere respuestas, y las quiere de inmediato. Es por ello que, como indicamos al comienzo, les ha encomendado a los ingenieros que hagan lo que sea necesario para poner a la nueva Siri en forma. Ello incluye el uso de modelos de lenguaje de código abierto pertenecientes a otras empresas para impulsarla, algo que hasta aquí tenían prohibido.
Apple podría usar modelos de IA de terceros para salvar a la nueva Siri


De acuerdo con el reporte, en 2023 Apple prohibió que sus ingenieros incluyeran modelos de inteligencia artificial desarrollados por terceros en sus productos. La empresa pretendía que todas las labores de IA se realizaran sí o sí con tecnología propia, y que aquellas pertenecientes a otras firmas solamente se podían usar para comparativas de rendimiento (benchmarks).
Esto habría profundizado los inconvenientes para mejorar el funcionamiento de Siri, pues los desarrolladores habrían concluido que ninguno de los modelos de Apple funcionaba tan bien como los de OpenAI. Y a eso se le habrían sumado varias situaciones que habrían incrementado la disconformidad de los empleados por la falta de rumbo y ejecución del proyecto.
Con el auge de la inteligencia artificial generativa tras el debut de ChatGPT, prácticamente todas las Big Tech se abocaron de lleno a desarrollar e implementar sus propias versiones de esa tecnología, excepto Apple. Si bien la empresa presumía de varios años abordando funciones y características vinculadas con la IA, ninguna tenía que ver con lo que la nueva avanzada de chatbots liderada por OpenAI. Es más, las primeras versiones de ChatGPT dejaban rápidamente en ridículo a Siri.
Una falta de ambición que habría costado muy caro


The Information publica que el propio John Giannandrea consideró en 2022 que los nuevos bots impulsados por IA generativa no añadían valor. También menciona que Robby Walker, quien lideraba el equipo de Siri, no tenía la ambición necesaria para afrontar desafíos más complejos y que se enfocaba en cumplir con objetivos menores.
La falta de progreso con Siri y demás iniciativas vinculadas con la inteligencia artificial incluso se habría convertido en motivo de burlas internas. El reporte indica que el equipo de AI/ML (inteligencia artificial/aprendizaje automático) de Apple habría sido bautizado por los propios empleados como AIMLess. Traducido del inglés, aimless significa «sin propósito» o «sin objetivo».
Pero la gota que colmó el vaso habría sido la demostración de las supuestas nuevas características de Siri que Apple hizo en la WWDC 2024. Durante la keynote se mostró que el asistente podía extraer información de un vuelo desde los correos electrónicos y mostrarla en tiempo real, o generar un recordatorio de los planes para almorzar a partir de datos guardados en los mensajes y planificar una ruta en Apple Maps. Sin embargo, nada de eso era real. El uso de una demo ficticia habría tomado por sorpresa a los propios ingenieros de la compañía.
Apple ahora apostaría a dar un vuelco rotundo en su estrategia detrás de la nueva Siri. De la mano de Federighi y Rockwell, hacer que el asistente virtual del iPhone y demás dispositivos de la manzana sea verdaderamente útil (e inteligente) es prioridad. Ya veremos si los californianos realmente sacan provechos de modelos de IA de terceros para conseguirlo.