El parlamento de Irán votó este domingo a favor del cierre del Estrecho de Ormuz, la vía marítima vital por la que transita alrededor del 20% del petróleo diario mundial.

Email Kowsari, comandante de la Guardia Revolucionaria, dijo que la importante escalada de Irán en respuesta a los ataques estadounidenses contra sus instalaciones nucleares «se llevará a cabo cuando sea necesario», refirió la cadena estatal iraní Press TV.

La decisión del Consejo Supremo, órgano del que forman parte el presidente de Irán, Masud Pezeshkian, varios ministros, tres representantes del líder supremo y figuras de las fuerzas de seguridad del país, debe tomarse esta noche, según refirió EFE.

Trascendió que la medida podría bloquear 1.000 millones de dólares en envíos diarios de petróleo, razón por la cual probablemente disparará los precios del petróleo.

El estrecho que conecta el Golfo de Omán con el Golfo Pérsico es uno de los cuellos de botella más críticos del mundo, con tan solo 32 kilómetros de ancho en su punto más angosto.

Las rutas marítimas en el estrecho (la zona con la profundidad suficiente para el paso de los barcos) son aún más estrechas, con menos de 3 kilómetros de ancho.

El canal es poco profundo, lo que lo convierte en un objetivo particular para la minería submarina. Además, su estrechez hace que los buques que pasan sean vulnerables a ataques con misiles terrestres o a la interceptación por lanchas patrulleras o helicópteros.

Cabe destacar que la mayor parte del petróleo exportado por Irán, Irak, Kuwait, Catar, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, transita por esta estrecha vía fluvial.

Es probable que Asia sea la que sufra más las consecuencias de cualquier cierre de la vía fluvial, ya que China, India, Japón y Corea del Sur obtienen la mayor parte de sus importaciones de petróleo a través del estrecho.

Escalada en su nivel máximo

La decisión del Parlamento de Irán se da luego de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dio este domingo a Irán a escoger entre «paz o tragedia» tras el bombardeo estadounidense de tres instalaciones nucleares en suelo iraní llevado a cabo el sábado, e insistió en la capacidad de Washington para atacar nuevos objetivos si «la paz no llega rápido».

En un breve discurso a la nación desde la Casa Blanca, acompañado por su vicepresidente, J.D. Vance; el secretario de Estado, Marco Rubio, y el secretario de Defensa, Pete Hegseth, Trump dijo: «Esto no puede continuar. Habrá paz o una tragedia para Irán mucho mayor que la que hemos presenciado en los últimos ocho días«.

Instalaciones destruidas

Según Trump, las principales instalaciones de enriquecimiento nuclear de Irán -Isfahán, Natanz y Fordó- fueron destruidas por completo tras el ataque perpetrado este sábado.

La instalación de Fordó, ubicada a unos cien kilómetros al sur de Teherán, es considerada como la más importante del programa nuclear iraní.

El mandatario estadounidense halagó al Ejército de su país por la misión realizada y aseguró que ningún otro en el mundo podría haberlo logrado.

Y a renglón seguido enfatizó que junto con Israel, y en especial con el primer ministro Benjamín Netanyahu, lograron avanzar «para erradicar esta terrible amenaza para Israel».

Estados Unidos llevaba varios días sopesando unirse o no a los bombardeos israelíes contra Irán, en el marco del conflicto actual entre ambos países.

En este contexto, las Fuerzas Armadas estadounidenses habían desplegado varios componentes de su colosal arsenal en Oriente Medio, incluidos portaaviones, cazas o bombarderos.

Trump destaca el éxito de los ataques

Trump afirmó que EE. UU. había completado «con éxito» un ataque contra tres instalaciones nucleares iraníes, los primeros bombardeos estadounidenses que se producen en el marco del conflicto actual entre Israel e Irán.

«Hemos completado con gran éxito nuestro ataque contra las tres instalaciones nucleares de Irán, incluyendo Fordow, Natanz e Isfahán», dijo el mandatario en la red Truth Social.

EE. UU. empleó «entre cinco y seis bombas antibúnker», lanzadas desde bombarderos B-2, además de una treintena de misiles Tomahawk lanzados desde submarinos y destructores en el ataque.

Además, las instalaciones nucleares de Natanz y Estefan «fueron destruidas con 30 misiles Tomahawk lanzados por submarinos estadounidenses a unos 640 kilómetros de distancia», así como desde navíos de la Armada.

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