¿Por qué me conviene una cuenta remunerada?
Con una cuenta remunerada sueles tener total disponibilidad de tus fondos, como si fuera una cuenta normal y corriente. Por lo que en cualquier momento podrás hacer frente a imprevistos o necesidades concretas.
Si tu objetivo es hacer crecer los ahorros con un riesgo prácticamente nulo, este tipo de productos te van a resultar muy interesantes: ganarás capital poco a poco y sin comprometerse a largo plazo. Además, no te exigirán conocimientos de inversión, algo que necesitarías con los fondos monetarios o saber manejar los ETF.
¿Te suena demasiado bien? Estas cuentas tienen un pequeño truco: la fidelización. No vas a poder irte de una a otra con total libertad, sino que este tipo de cuentas suelen requerir que te quedes con ellos durante un tiempo, con el objetivo de que una vez terminado el plazo del contrato, sigas con ellos.
Estas cuentas también suelen ofrecer productos complementarios, como tarjetas de crédito o hipotecas. Es posible que contratando estos servicios, puedas mejorar las condiciones de remuneración. O quizás los usen para llamarte la atención: es probable que te ofrezcan una remuneración interesante, pero que para conseguirla debas contratar otros productos del banco.
Tip financiero: Si has pedido el dinero de un préstamo, pero no lo vas a utilizar todavía, depositarlo en una cuenta remunerada puede ser una forma muy sencilla de sacarte un extra mientras pagas las cuotas.