Como cada año, la OCU ha realizado su análisis veraniego para establecer cuál es el mejor protector solar que se comercializa en España. Lógicamente, no los han analizado absolutamente todos, pero sí que es cierto que han rastreado un amplio abanico de marcas, tanto de venta en supermercados como de droguería y farmacia. En total se han analizado 14 marcas, con un rango de precios muy amplio. Lo mejor es que con sus análisis vemos que, como ya vimos hace poco, un protector solar no tiene que ser caro para proteger mejor.
De hecho, el que se ha catalogado como mejor protector solar ha sido el Decathlon Sun Cream SPF 30, de venta en la gran superficie de productos deportivos por 12,99 euros. Ha habido otros protectores low cost con muy buena nota y algunos bastante caros con una puntuación terrible.
Para puntuar los distintos protectores solares se han analizado cuatro factores. En primer lugar, y con el mayor peso de la nota, la capacidad de protección de sus filtros solares. Cabe decir que no todos los protectores solares ofrecen el FPS que prometen. Desgraciadamente esto es algo que no se puede comprobar en la etiqueta, por lo que las pruebas de laboratorio encargadas por la OCU son de mucha ayuda. En segundo lugar se analiza la facilidad de uso del producto, con muchos factores en cuenta. Después se mide su impacto ambiental y, para terminar, se analiza la etiqueta. El conjunto de todo esto se traduce en una puntuación de 0 a 100, que en el caso del mejor protector solar ha sido de un 75. Ninguno ha alcanzado la perfección; pero, aun así, un 75 indica una calidad muy buena en todos los sentidos.
El mejor protector solar, medido en el laboratorio
La OCU encomienda el análisis de la capacidad de protección a laboratorios independientes, que se encargan de analizar los distintos productos mediante una prueba conocida como Espectroscopia de Reflectancia Difusa Híbrida.


Esta se basa en el principio de que, cuando la radiación incide sobre una superficie, se puede reflejar de dos formas: especular y difusa. La primera, como su propio nombre indica, se refiere a la que ocurre como en el reflejo de un espejo. Algo así como una pelota que rebota en una pared. La segunda, en cambio, hace referencia a la radiación que se dispersa en muchas direcciones.
Con la prueba empleada por estos laboratorios se hace incidir radiación ultravioleta sobre piel de voluntarios y sobre una superficie de plástico y luego se miden los fotones que se reflejan de forma difusa. Esto se hace antes y después de untar un poco de protección solar. En el caso de los humanos, se ponen 36 mg/cm2 de crema en una superficie muy pequeña, de solo 2 cm2. Además, se dejan pasar únicamente 15 minutos antes de la medición. No da tiempo a que la piel se queme, pero sí a que el protector solar haga su magia.
En el plástico, al no haber riesgo para nadie, se puede medir una superficie mayor, de 25 cm2, con una dosis menor, de 1,3 mg/cm2. Además, se deja pasar media hora. De ambas formas se ve la cantidad de radiación que se absorbe y se refleja en la piel o el plástico antes y después de colocar la crema. Así, se puede medir tanto el FPS, que hace referencia a la absorción de radiación UVB, como la protección frente a las radiaciones UVA. Desde la OCU señalan que la diferencia entre unos FPS y otros no es exponencial. Un FPS 30 debe absorber el 97 % de la radiación UVB y un FPS 50 el 98 %. Aun así, se debe comprobar que realmente absorbe lo que promete. O lo refleja, en el caso de los filtros físicos.
Ni los analistas ni los voluntarios saben qué producto están usando
Es importante remarcar que, antes de realizar las pruebas, la OCU cubre los envases con etiquetas oscuras, de manera que los ensayos sean doble ciego. Es decir, ni los analistas ni los voluntarios saben qué producto utilizan. Así no hay sugestión llevada por preferencias.
Y es que la OCU también pregunta a los voluntarios
Para estudiar la facilidad de uso de cada producto y determinar cuál es el mejor protector solar, la OCU hace una serie de preguntas a los voluntarios. Se les encuesta sobre la capacidad de extensión de la crema, el aroma, el tacto y otros asuntos relacionados con la facilidad de uso. Esto también tiene un gran peso en la nota final.


El impacto ambiental, medido a todos los niveles
Para medir el impacto ambiental se analizan tanto la composición del protector solar como su envase. Hay algunos ingredientes que se sabe que pueden ser dañinos para el medioambiente, como la oxibenzona. No obstante, no es lo único que se analiza. También se estudia si el producto puede contener microplásticos en su composición.
En cuanto al envase, se estudian tanto los materiales con los que se ha fabricado como su reciclabilidad.
¿Qué mira la OCU en las etiquetas?
Finalmente se analiza la etiqueta. Para empezar, como es lógico, es importante que se incluyan todos los ingredientes de la composición del producto y también que sean lo menos conflictivos posibles. Ninguno debe ser tóxico a los niveles incluidos, si no sí que no se habría comercializado. Pero es cierto que no todos son igual de conflictivos.
Además, se castiga que tengan posibles mensajes engañosos. Por ejemplo, no se da buena nota a aquellos que señalan que el producto está “testado dermatológicamente”, ya que cualquier protector solar del mercado lo está. Es solo márketing y puede hacernos creer que el resto de opciones son peores. Por otro lado, a menudo se castigan mensajes como “hipoalérgénico”, ya que no hay una legislación concreta para este término e igualmente podría haber algún ingrediente, a menudo perfumes, susceptible de causar reacciones alérgicas. Como bien señala la OCU, da una falsa sensación de seguridad.
¿Cómo se obtiene la nota final?
La nota final corresponde en un 32,5 % al SPF medido, en un 32,5 % a la protección medida frente a radiaciones UVA, en un 20 % al test de facilidad de uso, en un 10 % al impacto ambiental y en un 5 % al etiquetado.
El mejor protector solar, según la OCU (y otras opciones buenas y malas)
Ya hemos visto cuál es el mejor protector solar, según la OCU. Le sigue, con un 74, el Nuxe Sun Haute Protection, con SPF 30. De los protectores solares FPS 50+ el que mejor nota se lleva es el Eau Thermale de Avene, con un 70.
El producto con peor puntuación es el Cien Sun Crema Solar Infantil, de Lidl con FPS 50. Su puntuación es de un 11, que indica muy mala calidad, y suspende en todos los factores analizados. Sin embargo, cabe destacar que el mejor protector solar low cost también es de Lidl. Con un 69, que indica buena calidad, la loción Cien Love Your Planet FPS 30 tiene características muy buenas. Paradójicamente, dado el nombre del producto, solo flojea en su impacto ambiental.


Otro protector solar low cost muy bien puntuado es el Sun Med Spray Solar, tanto FPS 30 como 50+ que se venden en Mercadona por 6,48 y 7,36 euros respectivamente.
En cuanto a protectores solares de alta gama, ya vimos que más caro no siempre es mejor. El siguiente peor valorado después del producto de Lidl es el Vichy Crema Untuosa SPF 50+, con un 12.
Todos protegen, por supuesto. El problema es que muchos no dan lo que prometen o no protegen lo suficiente. Por eso es tan importante este análisis anual de la OCU.