En el primer capítulo de la nueva temporada de The Last of Us hemos visto un nuevo tipo de zombie. Los amantes del videojuego no se habrán sorprendido, pues no será una novedad para ellos. Sin embargo, quienes solo siguen la historia a través de la serie habrán quedado tan perplejos como Ellie, quien tiene la mala suerte de encontrarse con uno de ellos. Posiblemente, estos zombies, conocidos como acechadores, tendrán mucho protagonismo en lo que queda de temporada. Lógicamente, como todo en la historia, se trata de ficción. Sin embargo, también como con todo en la serie, hay mucha inspiración en la biología real de los hongos. Vamos a ver cuál es esa biología y, para ello, haremos algunos spoilers. Si aún no has visto el capítulo 2×01, guarda este artículo para más tarde.
Durante una incursión de exploración, Ellie y Dina se introducen en un mercado abandonado en busca de algunos zombies que, según sus sospechas, están allí escondidos. En primer lugar se encuentran con un zombie como los que ya están acostumbrados a ver. Un clicker. Cuando ve a Ellie corre hacia ella para atacarla, sin ningún tipo de estrategia. Sin embargo, después de caer a la planta de abajo por un fallo debido al deterioro del suelo, la joven interpretada por Bella Ramsey se encuentra a una segunda infectada. Esta parece ser más inteligente. La acecha escondida y, solo cuando la puede pillar por sorpresa, se lanza a por ella.
Esto le hace sospechar que está ante un nuevo tipo de zombie, por lo que se lo comunica al Consejo cuando vuelve a Jackson. Unos la creen, otros no, pero los espectadores estamos seguros de que no será la última vez que veamos acechadores en The Last of Us.
Dicho esto, cabe preguntarse cuál es la biología de los acechadores. Y es que, aun siendo personajes ficticios, están bastante bien basados en el verdadero hongo Cordyceps. Este no infecta a los humanos, pero sí que convierte en zombies a algunos insectos, como las hormigas. Y lo cierto es que, en cierto modo, los transforma también en acechadores.
La biología de los acechadores de The Last of Us
En 2022, una paleontóloga española y un investigador independiente italiano, Andrea Villa y Alessio del Negro, publicaron un artículo en el que analizaban desde un puto de vista científico los distintos tipos de zombies que aparecen en el videojuego de The Last of Us. Debemos recordar que la serie aún no se había estrenado, por lo que no tuvieron ninguna influencia de la misma para llevar a cabo su análisis.
A los acechadores los ubican entre los corredores y los clickers, con los que sí estamos familiarizados en la serie. Los corredores se acaban de convertir, por lo que su aspecto es casi humano, con muy pocos cambios apreciables. Apenas hay algunas hifas visibles a través de la piel. Los clickers, en cambio, han perdido ya su aspecto humano. El cuerpo sí tiene la forma original, pero el cráneo está abierto y de él surge un gran cuerpo fúngico. Además, la piel tiene un aspecto coriáceo y todo el cuerpo está hinchado. Los clickers están ciegos, por lo que hacen ese típico sonido de click para ubicarse por ecolocalización, como los murciélagos.
En cuanto a los acechadores de The Last of Us, se trata de un término medio. Su aspecto sigue siendo humano, pero la piel está más lacerada y con un color poco saludable. Las hifas ya no se intuyen a través de la piel, sino que la han perforado y han salido fuera. Sobre todo aparecen por la cabeza y los hombros.
En cuanto a los sentidos, pueden ver y oír perfectamente, pero ya han desarrollado la capacidad de ecolocalización. Eso les convierte en grandes exploradores. Pero, sobre todo, son muy buenos acechando y haciendo emboscadas. Sin duda, este es un rasgo que tiene mucha relación con el hongo que ya está invadiendo su cerebro.
Y es que Cordyceps, cuando convierte a los insectos en zombies, los dispone para hacer una emboscada a otros insectos. Por ejemplo, en el caso de las hormigas, las hace subir a lo más alto de un árbol, donde se cuelgan de una rama. Hasta entonces, el hongo las mantiene con vida, pero a su merced. Justo ahí, cuando ya están listas para atacar sin ser vistas, termina con sus vidas, eclosiona a través de ellas y deja caer sus esporas para que otras pobres hormigas que pasen por allí, totalmente inconscientes de lo que ocurre, se infecten. No deja de ser, en cierto modo, una pequeña emboscada.


¿Por qué no habían aparecido hasta ahora?
En la primera temporada de The Last of Us no vimos ni un solo acechador. De hecho, en el vídeojuego salen, pero no abundan. Esto, según el análisis de Villa y del Negro, puede deberse justamente a su capacidad para esconderse. Quizás han estado siempre ahí, pero ningún personaje los había visto y, quienes los vieron, no vivieron para contarlo.
A pesar de ser tan poco visibles, seguro que tendrán mucho protagonismo en lo que le queda a la segunda temporada de The Last of Us. Estaremos muy atentos.