Tras sembrar el pánico en Valencia y otros puntos del país, la DANA dice adiós a España, pero la inestabilidad meteorológica no nos va a dar ni un respiro. Y es que los meteorólogos españoles están muy pendientes de Patty, una tormenta tropical que primero ha permanecido bajo la vigilancia del Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Estados Unidos, pero poco a poco se ha desplazado por el Atlántico hasta llegar a las Azores, desde las que se planea que entre en la península ibérica el próximo martes, 5 de noviembre.

Como suele ocurrir con este tipo de fenómenos, para cuando llegue a España habrá perdido mucha fuerza. De hecho, posiblemente haya descendido hasta la categoría de tormenta subtropical. No obstante, es muy posible que Patty deje precipitaciones intensas en varias zonas del oeste del país.

Sobre todo puede haber alertas en Galicia, Castilla León y Extremadura. Ya se ha avisado a las autoridades y los servicios de protección civil de estas regiones para que presten atención al avance de la situación y tomen las medidas necesarias cuanto antes. La DANA de Valencia nos ha demostrado que el tiempo es oro. No se deben volver a cometer los mismos errores.

El camino de Patty hacia España

Antes de convertirse en tormenta tropical, Patty se mantuvo bajo la vigilancia del CNH bajo el nombre de Invest 96L. El término Invest se utiliza para denominar aquellos sistemas tropicales ciclónicos que corren riesgo de convertirse en tormenta tropical. Un sistema tropical ciclónico es un sistema giratorio de nubes de tormenta que se mueve en contra de las agujas del reloj y se forma sobre aguas tropicales.

En sus fases más iniciales, cuando aún no tiene mucha fuerza, se conoce como depresión tropical. Sin embargo, después puede pasar a tormenta tropical y, de ahí, a huracán. Por eso, en el momento que un sistema se clasifica como Invest, se tiene en cuenta el peligro que podría suponer y se dedican más recursos a su seguimiento.

El código utilizado es un número del 90 al 99, seguido de una letra que hace referencia a la cuenca en la que se está formando. Para el Atlántico se usa la L, pero para el Pacífico oriental tenemos la E, para el Pacífico occidental la W e incluso hay letras que hacen referencia a cuencas mucho más pequeñas, como la A del mar Arábigo.

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