Tron: Ares (2025) de Joachim Rønning, tiene la crucial misión de recuperar la longeva saga de ciencia ficción para un nuevo público. Pero, además, el motivo por el cual la franquicia se volvió icónica en primer lugar. El mérito lo tiene la primera película dirigida y escrita por Steven Lisberger, estrenada en 1982. La cinta desafió cualquier límite visual o de trama, para explorar en un rico mundo tecnológico con reglas, lenguaje y hasta sus propios mitos. Todo, con un apartado visual que deslumbró al público y sentó las bases para lo que vendría después

En especial, porque el universo de Tron se extendía tanto fuera como dentro de la pantalla del ordenador. Fuera, Kevin Flynn (un jovencísimo Jeff Bridges), debía enfrentar el mundo corporativo que intentaba limitar su creatividad y talento. Por lo que, en medio de la lucha contra la malvada corporación informática ENCOM — que no solamente ha robado sus diseños, sino que además dispone de ellos a voluntad —, Kevin termina en una situación inaudita. Eso, cuando el temible sistema de protección denominado Programa de Control Maestro (MCP por sus siglas en inglés), escanea su cuerpo con un láser experimental. Una estrategia que le transporte directamente al mundo virtual, denominado The Grid, el Sistema Tron o simplemente, la Red.

Una vez ahí, el programador descubrirá que las fórmulas informáticas que imaginó para sus ambiciosos proyectos, crean en realidad un microcosmos vivo y complejo. Uno, además, con sus propios villanos, enemigos y una batalla por conservar el control y evitar que MCP se haga con el control total de la información. Un giro de los acontecimientos que no solo abarca a los programas y otras entidades vivas en la red de ENCOM, sino lo que ocurre en la vida real. Por lo que Kevin se encontrará en la disyuntiva de batallar cómo puede por salvar tanto al mundo informático digitalizado como su creación Clu (Codified Likeness Utility por sus siglas en inglés). Eso, mientras encuentra la manera de desenmascarar a ENCOM y sus planes de dominación mundial. 

Un mundo nuevo para el cine

Claro está, una premisa semejante, necesitó de una puesta en escena y apartado visual especialmente diseñados para mostrar el mundo de programas convertidos en entidades vivas. Por lo que uno de los fuertes de la original Tron, es su asombrosa cinematografía y efectos especiales. Para recrear a un mismo tiempo el mundo real y el que se encuentra dentro del ordenador, la producción se firmó con una técnica mixta. Por un lado, en Super Panavision de 65 mm, a excepción de las múltiples capas generadas por computadora, que se filmaron en VistaVision. Algo que brindó a la película su especial estética retrofuturista. 

Por otro lado, Disney contrató a las mejores empresas de diseño y efectos especiales para recrear un mundo interconectado y altamente tecnológico. Con una estética única, Tron además, rompió los esquemas en la combinación de diversas técnicas visuales y artísticas. Para la labor, el estudio contrató al dibujante francés Jean Giraud (Mœbius), encargado de diseñar la escenografía y vestuario de la película. 

En cuanto al diseño de los vehículos que recorren Tron City, capital del Sistema Tron, la idea era reimaginar un mundo pleno de vida con su propia tecnología. Por lo que el artista Syd Mead diseñó toda una serie de vehículos capaces de recorrer los extraños parajes digitales del microuniverso. Finalmente, Peter Lloyd — especializado en alta tecnología — creó la futurista ciudad dentro del sistema de juegos de ENCOM. El conjunto resultó tan innovador como para considerarse un antes y un después en el apartado de efectos visuales en el cine. 

Todo lo que hay que saber sobre el universo ‘Tron’

La película original plantea todo su mundo desde la lucha de Kevin Flynn por evitar que una cibercorporación malvada tome el control sobre la data del mundo. Nada nuevo bajo el sol en la actualidad, pero que, en su época, sorprendió y desconcertó por su carácter innovador. En especial, porque Kevin era un antihéroe que parecía encarnar los valores rebeldes y de desconfianza a la tecnología de principios de 1980.

Por lo que la primera película se enfoca esencialmente en este genio programador, despedido en principio por la compañía ENCOM. En una jugada sucia, Ed Dillinger (David Warner), robó el trabajo como programador de Kevin y lo hizo pasar por suyo. Por lo que el despido y la arremetida de ENCOM contra el protagonista pasan por dos puntos. Uno, desprestigiarle tanto como sea posible. Otro, utilizar sus avances en seguridad informática de una manera tortuosa. 

Por lo que Kevin, a pesar de trabajar en su propia sala de videojuegos, no cesa en su empeño de demostrar las malignas intenciones de Dillinger. Y es justo su empeño por recabar pruebas, lo que le conducirá a ser teletransportado al interior del Sistema Tron. Mucho más, unirse a otros programas dentro del hipertecnificado mundo para luchar por liberar al sistema de la corrupción. Algo que finalmente logrará con éxito, por lo que al regresar al mundo real lo nombran director ejecutivo de ENCOM. Además, claro está de limpiar su nombre. 

¿Qué es ‘Tron’ exactamente entonces?

El nombre de la película alude a dos cosas a la vez. Por un lado, el Sistema Tron — y su ciudad central — centro del mundo digitalizado al que Kevin es transportado. Por otro lado, también se refiere al programa introducido por el amigo de Kevin, Alan Bradley en el sistema de ENCOM y que tiene por objetivo proteger la red. En la primera película, está interpretado por Bruce Boxleitner (quien también interpreta a Alan) y es uno de los héroes que ayudan a Kevin a vencer. 

¿Un dato curioso? En Tron: Legacy el actor vuelve para encarnar a Tron, solo que ahora es su reverso malvado, Rinzler. Pero al final, se redime en el momento necesario para salvar el día. Por lo que, de una u otra manera, sigue siendo el héroe entrañable de la cinta original. Por último, Tron también es el nombre del videojuego diseñado por Kevin en la saga y que le convierte en celebridad mundial en el género. 

Elementos importantes en la saga ‘Tron’

La cinta de 1983, además de ser un prodigio técnico, también construyó una mitología que Tron: Ares revisita con meticulosa atención. Por lo que, la trama no es solo una versión más tecnificada — y visualmente espectacular de la original — sino también, una aproximación detallada a sus puntos más recordados. En especial, los que te dejamos a continuación: 

Usuarios y programas en ‘Tron’

En el ecosistema de Tron, hay una diferencia precisa entre las personas del mundo real — llamadas usuarios — y los programas. Y aunque el mundo en general desconoce que dentro del ordenador hay una forma de vida autónoma, lo cierto es que ciertamente los habitantes de Tron conocen la otra realidad. Por lo que la llegada de Kevin en la primera película, fue un evento inexplicable y catalizador de una serie de sucesos posteriores. 

Para mantenerse con vida, los programas deben cuidar de su disco de identidad, un círculo metálico, que se lleva en la espalda. De perderlo o ser destruido, su poseedor será borrado— o en términos informáticos derezeado en la Red — que es el equivalente a morir en el mundo de la cinta.

Juegos

En Tron, los juegos entre programas se usan para medir fuerzas y además, hacer funcionar todo el sistema de la Red, por lo que les considera valiosos y necesarios. Pero en Tron: Legacy, además, se mostró que las justas tienen mucho de arena de gladiadores, en la que uno o más jugadores se enfrentan en medio de situaciones extremas. 

La inteligencia artificial

Aunque no es un tema que tocara la primera película — no en la forma en que lo comprendemos en la actualidad — Tron analizó la capacidad de las máquinas para la autoconciencia. O en realidad, exploró, con inteligencia y a detalle, en la capacidad de la tecnología para crear vida independiente. Un giro que Tron: Ares recupera y en el que intenta indagar desde la perspectiva de las preguntas e inquietudes contemporáneas sobre temas semejantes. 

Lo que debes recordar de ‘Tron: Legacy’

Estrenada en 2010 y dirigida por Joseph Kosinski, la cinta regresa al escenario de la primera película desde un ángulo interesante. Por lo que, comienza en un punto complicado: luego de 7 años como CEO de ENCOM, Kevin desapareció sin dejar rastro. Por lo que su hijo Sam (Garrett Hedlund), creció a la sombra del aparente abandono y su enorme legado como figura esencial de la tecnología. 

Gracias a su padre, también es el principal accionista de ENCOM. Pero mientras crece, la empresa se encuentra en diversas manos. Una de las más peligrosas, las de Ed Dillinger Jr., hijo del ejecutivo estafador y tramposo de la película original, interpretado por Cillian Murphy, en una participación no acreditada. 

Pero mientras Sam alcanza la mayoría de edad y decide qué hacer con su futuro, recibe una misteriosa transmisión desde la sala de videojuegos de su padre. En el local, ya abandonado, encuentra una extraña consola que, cuando la enciende, lo transporta a la Red y por supuesto, a Tron City. Una vez allí, descubre que su padre estuvo perdido y confinado durante largas décadas, al propio mundo que creó.

Al final, la libertad

Más complicado aún, que había sido traicionado por CLU — su otro yo digital — cuando ambos descubrieron formas de vida autónoma en la Red. Los Isos (algoritmos isomórficos), eran una combinación de identidad con capacidad para ser por completo independientes de la Red. Algo que les convertía en la peligrosa posibilidad que la inteligencia artificial pudiera vivir fuera de Tron City. Por lo que CLU destruyó a todos los Isos y atrapó a Kevin, en un intento de evitar que pudiera divulgar el descubrimiento. 

Kevin pensó que los Isos eran el avance que necesitaba para cambiar el mundo a mejor. Pero Clu no estuvo de acuerdo y se rebeló. Destruyó los Isos, atrapó a Flynn y tomó el control de la Red. Pero finalmente, Sam, Kevin y la última Iso sobreviviente Quorra (Olivia Wilde), luchan por derrotar a CLU. Lo que logran, al precio de la vida de Kevin, que se recombina con su creación, siendo borrados ambos en el heroico gesto. 

Para la conclusión de Ares: Legacy, Sam toma el control de ENCOM y Quorra parece mostrar las posibilidades de la inteligencia artificial, la vida humana y la tecnología. Un giro que Tron: Ares retoma al indagar en la posibilidad de que la tecnología de los Iso pueda ser algo más que una promesa de esperanza. 


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