SpaceX no para de granjearse enemigos. Si cada vez son más los astrónomos que alertan que los satélites de Starlink entorpecen sus observaciones, ahora son los pilotos de aviones comerciales los que se quejan de los retrasos que suponen y supondrán los lanzamientos de cohetes Starship y Falcon 9.

Starship es uno de los grandes proyectos de la agencia espacial privada de Elon Musk. Se trata de una gran lanzadera totalmente reutilizable, que puede incluso ser recogida en el aire de vuelta a la Tierra, gracias a una especie de palillos chinos gigantes. Es un proyecto muy retador, por lo que SpaceX ha estado llevando a cabo muchos lanzamientos de prueba. De momento, la compañía tiene luz verde para 25 vuelos de prueba anuales, pero espera poder llegar hasta los 120 lanzamientos y aterrizajes en un año.

Eso puede ser muy positivo para la puesta a punto y posterior utilización de Starship, pero es un gran quebradero de cabeza para los pilotos. Y es que, según dos estudios que se acaban de publicar, esos 120 lanzamientos podrían llegar a retrasar 12.000 vuelos comerciales en un año. Algunos aeropuertos, como el de Orlando, ya están experimentando las consecuencias y la situación, visto lo visto, parece que irá a peor.

¿Por qué dificulta SpaceX los vuelos comerciales?

Durante los lanzamientos, tanto si son de prueba como si no, hay un periodo de tiempo en el que los vuelos comerciales no deberían acercarse a una zona restringida por pura seguridad. Así, se curan en salud en caso de que se diera alguna posible explosión o desvío. Incluso si todo va bien, el riesgo de impactos es alto en una zona determinada.

Ese periodo ventana puede ir entre los 40 minutos y las dos horas, por lo que muchos vuelos comerciales podrían verse afectados. Según SpaceX, los cálculos que se han hecho hasta el momento son exagerados. Señalan que se han tomado datos de los casos más extremos y que no se han tenido en cuenta los lanzamientos y recuperaciones de cohetes tal y cómo suceden en la vida real. 

Además, insisten en que, desde 2022, han trabajado para reducir el tamaño de las áreas de de riesgo, llegando a descender en un 66 %. Sin embargo, muchos expertos no están de acuerdo.

Avión blanco en pleno vuelo.Avión blanco en pleno vuelo.
Los aviones pueden estar varias horas sin poder pasar por zonas determinadas. Crédito: John McArthur (Unsplash)

¿Qué dicen los estudios sobre los lanzamientos de Starship?

Tanto el Centro Espacial Kennedy como el Departamento de Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos han llevado a cabo una Declaración de Impacto Ambiental cuyos borradores ponen en muy mal lugar los lanzamientos de Starship.

Alertan que, para 120 lanzamientos anuales, en el caso de Starship se podrían ver afectados entre 133 y 400 vuelos comerciales en periodos pico, llegando a los 8.000 vuelos al año. Por otro lado, dado que Starship es un cohete reutilizable, durante su vuelta se podrían ver afectados entre 400 y 600 vuelos en los periodos pico, alcanzando más de 13.000 en un año.

Especialmente sería peligroso el aterrizaje de la fase reutilizable de Starship, ya que durante su vuelta a la Tierra cualquier vuelo que se dirigiese al sur de Florida debería abstenerse de cruzar la trayectoria. Eso afectaría a todos los vuelos comerciales de Orlando, Tampa, Miami, West Palm y Fort Lauderdale.

Por desgracia, la situación irá a peor

Otras compañías, como Blue Origin, han recibido los permisos para 12 vuelos al año. Todo se suma y llegará un momento en que la disputa entre vuelos comerciales y espaciales estará servida. Además, los planes de SpaceX pasan por aumentar sus estaciones de lanzamiento, por lo que las zonas de riesgo serían aún más amplias. 

Blue OriginBlue Origin
Blue Origin también puede afectar al tráfico aéreo.

Los sindicatos de pilotos de Estados Unidos y Canadá insisten en que se deben tomar medidas para evitar que los retrasos lleguen a ser desastrosos. Algunos aeropuertos, como el de Orlando, ya están sufriendo las consecuencias y temen que todo empeore a pasos de gigante. Lo peor es que, como ya hemos adelantado, este es solo el principio. Si no se buscan soluciones, los colapsos del tráfico terrestre podrían ser una trivial anécdota al lado de lo que puede ocurrir en el aire. 

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