¿Por qué unas personas tienden a asumir más riesgos que otras? Hay todo tipo de factores que pueden influir en ello, desde el contagio con el protozoo de la toxoplasmosis hasta la educación que haya recibido cada individuo. No obstante, a menudo uno de los factores más relacionados con la impulsividad y la toma de riesgos, especialmente en relación con las decisiones económicas, es la testosterona.

Esta hormona se encuentra tanto en hombres como en mujeres, pero en niveles más altos en los primeros. Suele relacionarse con el hecho de que los hombres a menudo sean más violentos, agresivos en la conducción o impulsivos a la hora de tomar decisiones. De hecho, hay algunas hipótesis que la relacionan con el hecho de que las mujeres suelen vivir más que los hombres. Podría decirse que los impulsos a veces vencen al instinto de supervivencia. 

De cualquier modo, según un estudio publicado recientemente por científicos de la Escuela de Economía de Estocolmo en Suecia y la Universidad de Nipissing, en Canadá, puede que lo de relacionar la testosterona con las decisiones económicas arriesgadas no sea tan acertado.

Justifican su estudio con que la mayoría de investigaciones sobre este tema se han realizado con muy pocos participantes. Ellos reunieron a 1.000 hombres con edades comprendidas entre los 18 y los 45 años y realizaron un ensayo clínico doble ciego. El más completo para analizar la influencia de una sustancia en un efecto determinado. Así, vieron que, en principio, no parece que la testosterona tenga tanto que ver en ese tipo de impulsos. Ya sabes, si la culpaste cuando te compraste ese coche carísimo que no necesitabas, ve buscándote otra excusa.

¿Por qué se relaciona la testosterona con las reacciones impulsivas?

Más allá de su papel en la diferenciación sexual, la testosterona tiene también una gran influencia sobre el cerebro. Numerosos estudios apuntan a que cuando sus niveles están muy elevados afecta a la conectividad de la amígdala, una región cerebral involucrada en la regulación emocional y, por lo tanto, también en el control de los impulsos.

También parece que los cambios en los niveles de testosterona afectan a los niveles de serotonina, igualmente relacionados con la impulsividad y la agresividad. Todo esto ha llevado a pensar que la testosterona puede promover la impulsividad. De hecho, es algo más que demostrado. Como consecuencia, también se relaciona con la agresividad, ya sea con otras personas o en comportamientos individuales, como la conducción, y con la toma de decisiones poco meditadas. 

¿Pero de verdad influye en las decisiones económicas?

Los estudios que relacionan la testosterona con las decisiones económicas impulsivas suelen realizarse con muy pocos participantes. Uno de los más grandes se llevó a cabo en 2017 con 243 personas

Por eso, los autores del estudio que se acaba de publicar quisieron llevar a cabo un estudio con más participantes. Reclutaron a 1.000 voluntarios, que se sometieron a un ensayo clínico doble ciego. Esto quiere decir que el placebo se repartió de forma aleatoria, de tal modo que ni los participantes ni los investigadores supiesen quienes habían recibido el placebo y quienes la testosterona.

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Las decisiones económicas no variaron de un grupo a otro.

La mitad recibió una dosis de testosterona por vía nasal y la otra mitad una dosis igual de placebo por el mismo medio. 30 minutos después, cuando la hormona ya debía haber hecho efecto, tuvieron que contestar a una encuesta muy común en el ámbito de economía para valorar la toma de decisiones en esta área. Con este test se midieron cuestiones como la toma de riesgos, la generosidad, la voluntad de competir y las preferencias de equidad.

Habría cabido esperar que los voluntarios que recibieron la testosterona fuesen más impulsivos a la hora de tomar decisiones. Incluso que mostrasen menos generosidad y más competitividad. Sin embargo, no hubo diferencias remarcables entre ambos grupos en ninguno de los parámetros. La testosterona no estaba afectando a las decisiones económicas.

¿Hay limitaciones?

Es un hecho que la testosterona está relacionada con los impulsos y la agresividad. Existen muchos estudios en los que se miden niveles más elevados de esta hormona en hombres que han cometido crímenes violentos. Sin embargo, parece que esto no se aplica a las decisiones económicas. 

La testosterona alta se relaciona a menudo con la violencia

El estudio no es solo el más completo en lo que a número de participantes se refiere. También está diseñado para eliminar muchos factores de confusión que podrían afectar a los resultados. Sin embargo, el hecho de que solo se haya medido el efecto de una dosis de testosterona en un solo momento de la vida y que no hayan participado mujeres (recordemos que todos tenemos testosterona en nuestro organismo) sí que podría ser una limitación.

Habrá que seguir estudiando este tema con más factores añadidos. Mientras tanto, como ya te anticipábamos, búscate otra excusa. Si compras sin pensar no es culpa de lo que fabrican tus testículos. 

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