La soledad duele. Todos hemos escuchado esto alguna vez, pero puede que no nos hayamos parado a pensar en que duele en el sentido más físico y literal de la palabra. Algunos estudios habían apuntado a esta relación entre soledad y dolor en el pasado. Sin embargo, no eran tan completos como el que ha publicado recientemente un equipo de científicos de la Universidad de la City de Londres.
En su estudio han participado más de 250.000 pacientes con edades muy variadas, entre los 15 y los 100 años. Además, pertenecían a 139 países distintos, con sus diferentes culturas y economías. Todos estos datos pertenecen a una serie de encuestas realizadas entre y 2024, en las que se recoge información de salud, tanto física como mental.
Se vio que los voluntarios que referían sentirse solos tenían más probabilidad de sentir dolor físico. También era más probable que la soledad se asociase con problemas de salud y angustia psicológica. De hecho, parece que justamente el dolor físico está promovido por la angustia psicológica. Y lo peor es que el porcentaje de personas que refirieron sentirse solas es muy alto. La soledad es una epidemia muy seria a la que debemos buscar solución. Sobre todo porque no es algo tan simple como no tener personas al lado. Alguien puede sentirse solo aun estando rodeado de gente.
¿Cómo se relacionaron la soledad y el dolor?
El 22,7 % de los participantes en estas encuestas refirieron haberse sentido muy solos durante las últimas 24 horas. Curiosamente, muchos de ellos explicaron que tenían muchos amigos o familiares a los que acudir. Aun así, se sentían muy solos.
Esas personas que solían sentirse solas tenía más del doble de probabilidad de experimentar dolor físico, casi el doble de probabilidad de tener problemas de salud y un 25,8 % más de riesgo de tener angustia psicológica.


Lógicamente, se vio una gran relación con el contexto cultural y, sobre todo, el nivel socioeconómico. Sin embargo, a pesar de que algunos de los países más pobres registraron las tasas más altas de soledad, dolor y angustia, las asociaciones no siguieron perfectamente los patrones de desarrollo económico. Alguien puede sentirse solo rodeado de gente y con muchos millones en el banco.
La edad es menos relevante de lo que parece
Es cierto que las personas mayores son más propensas a sentirse solas. Además, los achaques de la edad hacen que también sientan más dolor físico. Sin embargo, la proporción en la relación entre soledad y dolor era consistente para todos los grupos de edad. Eso sí, estaba bastante más marcada en las mujeres que en los hombres.
¿A qué se debe esta relación?
En este estudio solo se ha buscado demostrar con una muestra muy amplia de personas que la relación entre soledad y dolor es mucho más que una anécdota. Sin embargo, no se detienen en esclarecer las causas.


Sí que lo han hecho otros estudios en el pasado. Por ejemplo, en 2022 se demostró que las personas mayores que se sienten solas suelen tener niveles más altos de proteína C reactiva en sangre. Esta es una proteína que se sintetiza en el hígado y se eleva cuando hay alguna inflamación. La inflamación está muy relacionada con el dolor, por lo que la causa parece ser esa. Posiblemente la soledad desencadena una angustia psicológica que, a su vez, desencadena un estado inflamatorio en el cuerpo. Aunque a veces podría ser al revés. Primero la angustia y después la soledad. Sea como sea, como consecuencia, puede sentirse un gran dolor físico. Un dolor que no siempre se soluciona con analgésicos. En algunos casos, puede que la terapia psicológica sea muy útil para lidiar con él.