Esta misma mañana, el sistema de alertas IGN ha comunicado a buena parte de la población ubicada en el sur de España que un terremoto con magnitud de 5,5 sacudía la tierra. Su epicentro se ha determinado en el Atlántico, concretamente a 19 kilómetros de profundidad. Pero, ¿qué significa esta magnitud? ¿Cómo de grave es? ¿Es la escala de Richter la mejor para conocer con qué potencia sacude un terremoto?

Lo primero es lo primero, el terremoto que ha sacudido la tierra de Portugal, el sur de España y el norte de Marruecos no está considerado como grave. De hecho, que se haya determinado una magnitud de 5,5 en la Escala de Richter lo clasifica como un seísmo moderado. Y, que su epicentro esté adentrado en el océano Atlántico y a 19 kilómetros de profundidad lo convierte en un movimiento de la tierra, por suerte, anecdótico.

Ahora bien, ¿por qué en otras ocasiones terremotos de menor magnitud han ocasionado estragos mucho más relevantes? Bueno, pues la culpa es de Charles Francis Richter, el creador de la Escala Sismológica de Richter. Esta popular métrica para determinar la magnitud de los seísmos no tiene en cuenta ciertos detalles, por lo que es complicado generalizar sus datos.

¿Cómo funciona la Escala de Richter?

Para empezar, es necesario comentar que se trata de una escala logarítmica, por lo que sus resultados crecen en relación a un logaritmo y no de forma lineal, un detalle que le permite ser mucho más precisa.

Escala de RichterEscala de Richter

Además, la clave de la Escala de Richter es que mide la energía liberada por un terremoto. Su fórmula utiliza los tiempos y la amplitud de las ondas recogidas por los diferentes sismógrafos repartidos alrededor del mundo en las zonas de fallas. Conociendo el logaritmo, un sencillo cálculo arroja un dato numérico con decimales que determina la magnitud del seísmo.

Es decir, que la Escala de Richter determina la energía liberada, por lo que dependiendo de dónde se libere tiene unos efectos u otros. En el caso de Portugal, el epicentro está lejos de la población, por lo que una magnitud de 5,5 supone un ligero temblor. En el terremoto de Lorca, por ejemplo, la magnitud fue menor, pero su epicentro a escasos metros de profundidad conllevó cuantiosos destrozos.

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